viernes, 13 de agosto de 2010

Etiquetas


Mujer con pan - Daniel González Poblete


A Ellem,
así es el mundo delante de mis ojos.


Desde que nacemos nos van poniendo etiquetas. Te dan un nombre, te adscriben a una religión, te inscriben en un colegio, te ubican en una familia, de una determinada clase social, que vive en un pueblo o una ciudad determinada, enclavado en un país concreto y con una cultura singular, y todo ello te confiere un carácter especial ó, al menos, eso se supone, del que nada has decidido ya que todo te viene impuesto. La mayoría de la gente lleva esas etiquetas, con orgullo, hasta su muerte e incluso llega a dar su vida por ellas.


Pero debajo de todas esas etiquetas hay un ser que no es ni más ni menos como tú, que vive, siente y padece como tú, que tiene los mismos derechos que tú y merece el mismo respecto. Quizá la ruleta de la vida haya sido generosa contigo, pero eso no te hace más digno, aunque si más afortunado. Quizá la desgracia y el infortunio te ronde y tu dolor sea grande no por ello eres menos digno ante Dios y ante los hombres, aunque éstos, ciegos en su egoísmo, eleven altares a sus egos inflamados para convencerse a si mismos de una superioridad que en su interior saben que no existe.


Poco a poco me voy deshaciendo de viejas etiquetas y me voy creando las propias:


Un nombre: Joshua Naraim Piñeiro.
Un país sin fronteras, multirracial, multicultural, nacido del mestizaje y el respecto: Freelandia.
Una bandera: la bondad.
Una religión: la ética universal en la que caben todas las religiones y todos los dioses, porque muchos son sus nombres pero su esencia y mensaje es único.
Un alias, que expresa una meta: "El mago de la montaña"
Y un camino para llegar a ella: "El camino de la sabiduría"


Si me preguntarán ¿qué soy? ó ¿a qué me dedico? y tuviera valor para responder con la verdad tendría que responder: a "aprendriz de sabio". 


La sabiduría es la inteligencia capaz de encauzar y conducir 
la energía más poderosa del universo: el amor.

¿Qué es la magia para mí? Saber amar.


En muchas ocasiones me he preguntado: ¿qué es la sabiduría? y una buena respuesta es la que se puede extraer de la historia de Daminana de la mano del escritor Agustín Cerezales:


Cae la tarde en la casa de la colina. Las flores de las pitas miden con su perfil de bailarinas cretenses la gradación de la luz que va dejando brotar, al desvanecerse, colores nuevos y vivos, efímeros esplendores en las pedregosas laderas. Un gato mimoso viene a enroscarse en las piernas del marido de Damiana, que lo acaricia.


Lo rescató su hija de cubo de la basura, allá en la capital. Es gracioso y saltarín, y al punto se va a jugar con el perro tuerto, al que Morica, la burra, saltó el ojo de una coz. Hace muchos años que la burra no trabaja. Ya no es rentable. Damiana, la mujer del pan, como le gusta que la llamen, la mantiene por cariño: -Así es la niña...-dice su hombre, con plácida y orgullosa resignación.


Hablamos de burros, y de mulos y mulas. El que nace de burra es sufrido, generoso y abnegado, como su madre. El de yegua tiene más alzada y más remos, pero es indócil y de poco carácter. Manda la hembra: la yagua sería una señorita, guapa y espantadiza, y la burra la mujer pobre, sufrida y noble. Ellas transmiten lo esencial, el macho lo adyacente (Schopenhauer, por cierto, estaría de acuerdo).


En el pueblo más cercano han abierto una escuela nocturna para adultos. Con un poco de suerte, Damiana podrá cumplir su sueño, y leer a los poetas, a los filósofos, y poner ella misma en un papel, sin necesidad de dictarlas, las poesía que compone. Damiana es analfabeta. Yo le digo que no es tan importante escribir y leer, que ciertamente es utilísimo, pero que también sirve para perderse en mil averiguaciones vanas. Damiana asiente, y comenta que, por el contrario, la Naturaleza es, siempre, muy directa en lo que nos enseña. -Pero de todas formas, leer y escribir...,¡qué riqueza!- añade, y le brillan los ojos al decirlo, con lírica codicia.


Hay que decir que esa naturaleza que ama, en la que sabe leer lo que no dicen los libros, no siempre fue generosa con ella ni con sus vecinos. Hay muy poco agua en la rambla, y hubo tiempos de gran miseria, en los que nadie venía a comprar el esparto, en los que ni siquiera podían los hombres trabajar como jornaleros en otras comarcas más agraciadas.Tiempos desolados, de hambre y emigración. Sin embargo, no le deslumbra la opulencia que, de unos años acá, han traído el turismo y la industria. -No es eso, no es eso...-mueve la cabeza pesarosa. Y yo traduzco, recordando otros comentarios suyos, otra tarde, a propósito de otra cosa: lo que importa no es a dónde se llegue ni qué se obtenga, lo que importa es cómo se haga el camino.


Así ocurre con el pan que amasa y hornea, el mejor pan que yo haya probado nunca: apuesto a que podría reconocer y dar nombre si fuera preciso a cada una de las hogazas que salen de su horno, pastora de su rebaño, porque en cada una de ellas pone su signo, su amor y su sabiduría, esa sabiduría que viene desde la noche de los tiempos, como la levadura madre, y que como ella, ha de renovarse diariamente.


Evoco hoy a Damiana porque ayer, a bocajarro, un amigo me preguntó que era la sabiduría, y al punto me vino su figura, su porte y su sonrisa a la imaginación: Sabia es una persona inteligente que, con el tiempo, no pierde la pureza -dije. Y, por una vez, sabía lo que decía.

7 comentarios:

Arya dijo...

Hace unos dias me llego la galleta de la fortuna en un restaurant de comida china "Cuando hayas terminado de cambiar, estaras acabado".

Veo el cambio como la renovacion diaria... ese seguir creciendo atravez de las experiencias, cosa en lo que mucho creo. La vida es una interminable leccion... la sabiduria viene con ella.

Solo que yo la veo como una buena causa para seguir creciendo... pienso que si llegara el dia en que diga soy sabia, sera el dia en que deje de cambiar... y como dice la galletita de la fortuna.. estare acabada.

Feliz como aprendiz de la vida misma...

Mi luz para ti siempre :)

MentesSueltas dijo...

Hola Joshua Naraim, comparto lo dicho por Arya, la vida es un constante cambio, dia a dia...
Hermoso leerte y reflexionar.

Te abrazo
MentesSueltas

mel dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Joshua Naraim dijo...

Lo único que permanente, Arya, es el cambio.El cambio y el movimientos son los signos de la vida.

Te envié al correo de hotmail lo que me pediste.

Un abrazo.

Joshua Naraim dijo...

Bienvenido, Mentes Ssueltas.
En estos días, me pasare por tu blog para conocerte un poco a través de él.

Un abrazo

gaia07 dijo...

Creo en esa sabiduría que llega mucho más allá.
Aprender a vivir sabiendo qué eres,
que dónde estás es por poco tiempo,
y que la felicidad consiste en disfrutar cada segundo de vida sin pensar qué eres, dónde estás ni por cuanto tiempo.

Ser uno mismo desembarazado de lo impuesto, crearse y mostrarse, ya es un maravilloso acto de amor.

Un beso.

Joshua Naraim dijo...

Ser, en un mundo donde reina el tener y el aparentar.
Un abrazo Gaia.

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