Joshua Naraim ha muerto.
Sus últimas palabras:
A M.,
"No merece la pena vivir olvidándote"
A sus amigos, conocidos y compañeros de este espacio,
"Gracias por vuestra compañía.
No lloréis por mí,
os espero al otro lado de la vida"
R.I.P.
Dejo su último post: "Despertar de un sueño roto"
(F.G.S.)
Recuerdo último
para una mujer que tenía los ojos bonitos
y la mirada
brillante.
Las
7:00 de la mañana. Huyo de una cama vacía, de un sueño roto, de unos recuerdos
que muerden con rabia y paseo mi pena, bajo un cielo empedrado, por calles dormidas,
con el aire fresco golpeándome el rostro y el corazón herido.
Recuerdo
aquel lejano San Roque de 1986, cuando tu anhelo era mi anhelo, la distancia
más larga era un abrazo y nuestro calor empañaba los cristales. Desde aquel
día, San Roque siempre fue un día especial, simbólico y festivo. Aquél día,
empezaba un sueño que hoy se rompe, entre el silencio, la distancia y el frío emocional. El último y posiblemente
el más grande de mis fracasos vitales.
La
lucidez y el tiempo me ha abierto los ojos y me han mostrado lo que no he querido
ver, lo que equivocado que estaba, el autoengaño que vivía y cómo mis
verdades más creídas no eran más que mentiras pendientes de descubrir. ¡Aún me
gustaría seguir con los ojos cerrados!
Siempre
creí que tenía un buen ojo para elegir a
mis amigos y a mis amadas. ¡Qué equivocado estaba! Los que no traicionaron mi
confianza, limpiaron mi bolsillo o rompieron mi corazón.
Porque
hay preguntas que queman y respuestas que, calladas y ocultas, ahogan, tengo
una daga clavada en el corazón, un corazón que ya no sangra, y un mar en los
ojos, unos ojos que ya no lloran.
La burbuja
del desamor ha estallado y mi amor ya no cotiza en el mercado de tu corazón, en
lugar de acciones tenía participaciones preferentes…
En fin,
amargura, dolor, desencanto, ausencia…
Lo que
más duele es que ya no estés, aunque estés cerca, casi al lado. La distancia ya
no se mide en metros sino en ausencia.
Gracias
por todo y por nada. Necesitabas espacio y tiempo, ya es tuyo. No molesto más.
Ya no tengo nada que decir que te interese escuchar, ya no tengo nada que
escuchar que no me cause dolor.
No se
le pueden pedir flores al otoño y hace frío cuando no hay un abrazo en que
abrigarse
Ahora que
el calor de una barra de pan fresca en la mejilla es lo más parecido a una
caricia, que no he recibido en los últimos años, la soledad es un vacío preferible al colmo de un amor hueco o una amistad dolorosa. No puedo dejar de
quererte, pero no soporto ni tu frío, ni tu compasión, ni tus silencios íntimos.
Recuerdo
a Sil, con frecuencia, y su muerte
rodeada de amor, como comentaba su cuñada; y siento pena, por él y por mí.