domingo, 25 de noviembre de 2007

Enséñame, amor



A Uma

“El amanecer es tu cuerpo y todo
lo demás todavía pertenece a la sombra.”
José Ángel Valente


Enséñame, amor, la permanencia de lo amado en el amor.
Enséñame el aire que mesa las hojas de los sauces
y el lento vuelo de los álamos por las aguas frías.
Enséñame a vivir como una alondra en las ramas de tu aire,
vivir como un beso en la tarde de azahar que vive en ti.
Enséñame la fuerza del río en los montes y la suave
fe de los frutos que se ignoran a sí mismos para ser fruto.
Enséñame la eterna sabiduría del bosque en marzo,
la belleza de lo que no tiene nombre y vive en la sonrisa.
Enséñame a soñar con el tranquilo aroma de tu abrazo,
a ser rosal de calma y lluvia en la tormenta que me niega.
Enséñame en tu cuerpo la palabra; en tu piel, la alegría;
en tu beso, la libertad; en tu ausencia, el fuego de la ausencia.
Enséñame el asombro, a correr por la soledad como un canto,
a sentarme en los árboles y los ríos y permanecer,
a ser algo más que tristeza, carne y brevedad fundidas,
a ser llama de tu llama y paz en la paz de tu cuerpo.
Enséñame a elevar los montes sobre el río, a elevar playas
sobre la nieve, el desencanto, el desasosiego y el olvido.
Enséñame tu cuerpo. Enséñame la vida con tus manos.
Enséñame, amor, hoy que es otoño, a parecerme a la vida.

Sara Pujol Russell



No estás deprimido, estás distraido

A Craz.



Cuando la vida te presente mil razones para llorar,
demuéstrale que tienes mil y una razones para sonreír.






No estás deprimido, estás distraído, distraído de la vida que te puebla.
Distraído de la vida que te rodea: Delfines, bosques, mares, montañas, ríos.
No caigas en lo que cayó tu hermano, que sufre por un ser humano cuando en el mundo hay 5,600 millones.

Además, no es tan malo vivir solo. Yo la paso bien, decidiendo a cada instante lo que quiero hacer, y gracias a la soledad me conozco; algo fundamental para vivir.

No caigas en lo que cayó tu padre, que se siente viejo porque tiene 70 años, olvidando que Moisés dirigía el éxodo a los 80 y Rubistein interpretaba como nadie a Chopin a los 90. Sólo citar dos casos conocidos.

No estás deprimido, estás distraído, por eso crees que perdiste algo, lo que es imposible, porque todo te fue dado. No hiciste ni un sólo pelo de tu cabeza por lo tanto no puedes ser dueño de nada.

Además la vida no te quita cosas, te libera de cosas. Te aliviana para que vueles más alto, para que alcances la plenitud. De la cuna a la tumba es una escuela, por eso lo que llamas problemas son lecciones. No perdiste a nadie, el que murió simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón. ¿Quién podría decir que Jesús está muerto? No hay muerte: hay mudanza. Y del otro lado te espera gente maravillosa: Gandhi, Michelangelo, Whitman, San Agustín, la Madre Teresa, tu abuela y mi madre, que creía que la pobreza está más cerca del amor, porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas, y nos aleja por que nos hace desconfiados.

Haz sólo lo que amas y serás feliz, y el que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser será, y llegará naturalmente. No hagas nada por obligación ni por compromiso, sino por amor. Entonces habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible. Y sin esfuerzo porque te mueve la fuerza natural de la vida, la que me levantó cuando se cayó el avión con mi mujer y mi hija; la que me mantuvo vivo cuando los médicos me diagnosticaban 3 ó 4 meses de vida. Dios te puso un ser humano a cargo, y eres tú mismo. A ti debes hacerte libre y feliz, después podrás compartir la vida verdadera con los demás. Recuerda a Jesús: "Amarás al prójimo como a ti mismo".

Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo y piensa que esa criatura que estás viendo es obra de Dios; y decide ahora mismo ser feliz porque la felicidad es una adquisición.

Además, la felicidad no es un derecho sino un deber porque si no eres feliz, estás amargando a todo el barrio. Un sólo hombre que no tuvo ni talento ni valor para vivir, mando matar seis millones de hermanos judíos. Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera, el chocolate de la Perusa, la baguette francesa, los tacos mexicanos, el vino chileno, los mares y los ríos, el fútbol de los brasileros, Las Mil y Una Noches, la Divina Comedia, el Quijote, el Pedro Páramo, los boleros de Manzanero y las poesías de Whitman, Mäiller, Mozart, Chopin, Beethoven, Caraballo, Rembrandt, Velásquez, Picasso y Tamayo, entre tantas maravillas.

Y si tienes cáncer o SIDA, pueden pasar dos cosas y las dos son buenas; si te gana, te libera del cuerpo que es tan molesto: tengo hambre, tengo frío, tengo sueño, tengo ganas, tengo razón, tengo dudas ... y si le ganas, serás más humilde, más agradecido, por lo tanto, fácilmente feliz. Libre del tremendo peso de la culpa, la responsabilidad, y la vanidad, dispuesto a vivir cada instante profundamente como debe ser.

No estás deprimido, estás desocupado. Ayuda al niño que te necesita, ese niño será socio de tu hijo. Ayuda a los viejos, y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas. Además el servicio es una felicidad segura, como gozar a la naturaleza y cuidarla para el que vendrá. Da sin medida y te darán sin medidas.

Ama hasta convertirte en lo amado, más aún hasta convertirte en el mismísimo amor. Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas, el bien es mayoría pero no se nota porque es silencioso, una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que le destruyan hay millones de caricias, que alimentan la vida.

Facundo Cabral




viernes, 23 de noviembre de 2007

Sin después

Nada en este mundo tiene sentido
si no tocamos el corazón de las personas.
Si la gente crece con los golpes duros que da la vida,
también puede crece con toques suaves en el alma.




Sin después

Si desde ayer, mañana solo es hoy,
hoy te amaré y he de nacer después,
y por mañana solo viviré,
para poder amarte siempre y otra vez.

Si desde ayer te quise,
y no soñé porque soñar es tiempo que se va,
hoy te quiero en un tiempo sin después,
y desde todo el tiempo que vendrá.

Que Dios me de perdón si amarte tanto
fuera pecado acaso u osadía
de ser así tal vez rompiera en llanto
pero aún en pecado te amaría.

Cada color se vuelve transparencia,
en mi pupila muere hasta la rosa,
mi mente no concibe interferencia en la actitud astral
para una diosa
y acaso no he llegado a amarte un poco
de lo que tu mereces dulce esposa.

José Larralde



miércoles, 21 de noviembre de 2007

EL COLLAR DE TURQUESAS

“Si un día tienes que elegir entre el mundo y el amor…
Recuerda:
Si eliges el mundo quedarás sin amor,
pero si eliges el amor, con él conquistarás al mundo”
ALBERT EINSTEIN


Detrás del mostrador el hombre miraba distraídamente hacia la calle mientras una chiquilla se aproximaba al local.

Ella aplastó su naricita contra el vidrio del escaparate, y sus ojos color de cielo brillaron cuando vio determinado objeto.

Ella entró en el local y pidió ver el collar de turquesas azules y le dijo al vendedor: “Es para mi hermana. ¿Podría hacerme un lindo paquete?”

El dueño del local miró a la chica con desconfianza y le preguntó: “¿Cuánto dinero tienes?”

Sin alterarse ella sacó de su bolsillo un atadito y fue deshaciendo los nudos.
Lo colocó un sobre el mostrador y dijo: “¿Esto alcanza o no?

Ella mostraba orgullosa algunas monedas.

"Sabe", continuó, “quiero regalarle esto a mi hermana mayor. Desde que nuestra madre murió ella me cuida y no tiene tiempo para ella. Hoy es su cumpleaños y estoy segura que le hará muy feliz este collar, que es del color de sus ojos”".

El hombre se fue al interior, colocó el collar en un estuche, lo envolvió cuidadosamente con un rojo papel e hizo un hermoso moño con una cinta azul.

"Toma", le dijo, "Llévalo con cuidado.”

Ella se fue feliz saltando calle abajo.

Todavía no había terminado el día cuando una linda joven de cabellos rubios y maravillosos ojos azules entró en el negocio.

Colocó sobre el mostrador el paquete desenvuelto y preguntó: "¿Este collar fue comprado aquí ?"

"Si señora", respondió el dueño del local.

“¿Cuánto costó ?"

"¡Ah!", dijo el dueño “el precio de cualquier objeto en mi negocio es siempre un asunto confidencial entre el vendedor y el cliente."

“Mi hermana sólo tenía algunas monedas. ¿Este collar es verdadero, no? Ella no tendría el dinero suficiente para pagarlo".
El hombre tomó el estuche, rehizo el envoltorio y con mucho cariño colocó la cinta diciendo: "Ella pagó el precio más alto que cualquier persona puede pagar. Ella dio todo lo que tenía".

El silencio lleno el pequeño local y las lágrimas cayeron por el rostro de la joven, mientras sus manos tomaban el paquete.



La verdadera donación es darse por entero, sin restricciones

domingo, 18 de noviembre de 2007

Historia de la sonata "Claro de Luna"


¿Quién de nosotros no tuvo un momento de extremo dolor?

¿Quién nunca sintió, en algún momento de la vida, ganas de desistir?

¿Quién todavía no se sintió sólo, extremadamente sólo,
y tuvo la sensación de haber perdido la dirección de la esperanza?

Ni las personas famosas, ricas, importantes, están libres de tener sus momentos de soledad y de profunda amargura…

Fue lo que le ocurrió a uno de los reconocidos compositores de todos los tiempos, llamado Ludwig Van Beethoven, que nació en 1770, en Bonn, Alemania, y murió en 1827, en Viena, Austria…

Beethoven vivía uno de esos días tristes, sin brillo y sin luz. Estaba muy abatido por el fallecimiento de un príncipe de Alemania que era como un padre para él…

El jóven compositor sufría de una gran carencia afectiva. Su padre era alcohólico y lo agredía fisicamente. Falleció en la calle, por esa causa …Su madre murió muy jóven. Su hermano biológico nunca lo ayudó en nada, y, súmese a todo esto, el agravamiento de su enfermedad. Síntomas de sordera, comenzaban a perturbarlo, al punto de dejarlo nervioso e irritado…

Beethoven solamente podía oír usando una especie de trombón acústico en el oído. El llevaba siempre consigo un papel o un cuaderno, para que las personas escribiesen sus ideas y así poderse comunicar, pero no todas tenían paciencia para eso, ni para leer sus labios…

Notando que nadie entendía, ni lo ayudaba, Bethoven se retrajo y se aisló. Por eso ganó la fama de misántropo. Fue por todas estas razones, que el compositor cayó en una profunda depresión. Llegó a escribir un testamento, diciendo que se iba a suicidar…

Pero como ningún hijo de Dios está olvidado, llegó la ayuda espiritual, a través de una muchacha ciega, que vivía en la misma modesta pensión, donde Beethoven se había mudado, y que le dijo casi gritando: “Yo daría todo por poder ver una noche de luna”

Al oírla, Beethoven se emociona hasta las lágrimas. Al fin y al cabo , él podia ver! El podía poner su arte en sus composiciones…

Las ganas de vivir se le renovaron y entonces compuso una de las piezas más hermosas de la humanidad: “Sonata Claro de Luna”. En su tema, la melodía imita los pasos lentos de algunas personas, posiblemente, los suyos o los de otros, que llevaban el cajón mortuorio del príncipe, su protector…

Mirando al cielo plateado por la luna, y recordando a la muchacha ciega, como al preguntarse el por qué de la muerte de un mecenas tan querido, él se deja sumergir en un momento de profunda meditación transcendental…

Algunos estudiosos de música dicen que las tres notas que se repiten, insistentemente, en el tema principal del 1º movimento de la Sonata, son las tres sílabas de la palabra “why”? u otra palabra sinónima, en alemán…

Años después de haber superado el sufrimiento, llegaría el incomparable Himno a la Alegria, la 9ª sinfonia, que corona la misión de este compositor, ya totalmente sordo.

Himno a la Alegria expresa su gratitud a la vida y a Dios, por no haberse suicidado…Todo gracias a aquella muchacha ciega, que le inspiró el deseo de traducir, en notas musicales, una noche de luna…

Usando su sensibilidad, Beethoven retrató, a través de la melodía, la belleza de una noche bañada por la claridad de la luna, para alguien que no podía ver con los ojos físicos.




viernes, 9 de noviembre de 2007

Parte de guerra


Te lancé al vendaval de las pasiones
sin la coraza puesta.
(F. García Lorca).


Instantes de exaltación
amor y olvido,
vida y soledad amarga
esperando verte.
El parte de una dominación
completa e inequívoca,
una victoria imposible
contra el tiempo,
contra el estandarte de tu boca.
Un deseo artificial
en el que se hunde mi ser
en el que no encuentro salida.

Paola Laskaris

viernes, 2 de noviembre de 2007

Declaración


Gritan las serpientes en las celdas del aire. La ebriedad sube
desde las piernas femeninas y tú pones tus labios en sus líquidos.

Coge la flor de la agonía. Aún

hay humedad en la ceniza que amas.

(De “Libro del Frío”, Antonio Gamoneda)



DECLARACION

Hoy, en el día de cualquier año,
en el año de cualquier siglo,
en mis plenas facultades mentales y físicas
y asumiendo cuanto vivo y escribo ...
declaro, que me declaro culpable.

Culpable de todo lo que no hice,
de todo lo que no he visto ni oído,
de las palabras que no dije a tiempo
y de las otras, que nunca aprendí.

Me preocupé por cosas que jamás sucedieron
y pasé gran parte de mi vida
en sitios equivocados,
en horas equivocadas, con gente equivocada.

Declaro, que llegué tarde a todas las citas,
que no estuve nunca antes en ninguna parte,
que encontré la primavera florecida,
la tierra repartida y el cielo prometido.

Que todo lo que tengo es menos de lo que me falta,
que lo que creía, no lo creí después
y que cometí el peor de los errores:
soñé en un mundo de pesadillas.

Declaro también, que no hay nada más cierto
que nuestro pasar por la vida,
ni nada más falso que nuestra vida al pasar.

Que es feliz aquel que no quiere nada,
que no sabe nada, que no se pregunta nada
y que no se da cuenta de nada.

Que de una mano temblorosa
puede caerse el amor que hay en ella,
que todo lo que no se da, no se acumula, se pierde.

Que todos somos al fin y al cabo esclavos
de algún vicio o de alguna virtud.

Que he sido fiel solamente a mis dudas
y que el hombre más libre que conocí
iba atado al corazón de una mujer.

Gian Franco Pagliaro

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