jueves, 30 de junio de 2005

La calma y el silencio


Al di là dell'apparente calma, il tormento. Ada Piolti

"Es mejor un día de la vida de una persona cariñosa
que toda la vida de una persona hostil"
Dhammapada


LA CALMA Y EL SILENCIO


Por aquel tiempo eran muchos los que se retiraban a la soledad de los montes a meditar, y eran muchos los que en el silencio de las cumbres y de los pequeños valles ocultos, se buscaban a si mismos.

Pero Abul Beka decía de ellos:

Aquellos que buscan el silencio en la calma nunca lo encontraran desnudo, para desnudarlo hay que buscarlo entre el bullicio.
Decidme: ¿de que sirve a un corazón tener calma en medio de la soledad?
¿Acaso no es como la calma que tiene un río cuando riega un valle?
¡Mas! ¡Qué grande es un corazón cuando en medio de la alteración conserva la calma y se viste con el silencio!
Es como el torrente que resbala sereno por la falda de la montaña.
Muchos van a los lugares donde lo mas que les molesta es el canto de un pajarillo, o el ritmo que arranca la brisa a las hojas de los árboles y se dicen: “Estoy tranquilo y sereno en este lugar, ya he alcanzado la calma y el silencio es amigo de mi corazón.”
Pero cuando vienen al bullicio, sus corazones se agitan y sus pulsos se alteran; y sus pensamientos chocan violentamente en sus frentes. Y yo les diría: ¿dónde guardasteis la calma? ¿qué morada le preparasteis en vuestros pechos que tan pronto se fue de vosotros?
Mirad que aquel que busca el silencio interior lo encuentra en medio de los ruidos y de las voces y de los gritos; y tomándolo lo sienta en su corazón, y al escucharlo ya no oye hacia afuera sino hacia adentro.
Y en verdad os digo, que ni una tormenta ni el galope de cien caballos podría separarlo de él.
Para buscar, pues, la calma interior no os vayáis donde todo es calma y sed vosotros la calma. De esta forma la encontrareis al darla y la tendréis en el grado en que veáis que otros necesitan de vosotros para calmarse.

Cayetano Arroyo.




miércoles, 29 de junio de 2005

Varadero


VARADERO


Recordando a Lilian.

Nunca la distancia,
ni en el tiempo ni en el espacio
es causa de olvido
Joshua Naraim


Varadero solitario esperando
el anclaje de su velero ansiado,
que errante a la deriva estando,
lucha por encontrar la guía del faro.

Por lontananza se le ve llegando
con paso tímido y pesada carga,
saturada la bodega de desengaños
hace zozobrar la ilusión de su alma.

Has navegado surcando todos los mares
y de soledad y desamor te han llenado,
descansa en este puerto tu peregrinaje
tripulante único en este varadero solitario.

Descansa tu cuerpo en mi arena
la fatiga de tu corazón errante,
llena de amor tu alma serena
y déjame soñarte amante.

Lady Halcón




martes, 28 de junio de 2005

Cadáveres rebosantes de salud


CADÁVERES REBOSANTES DE SALUD

El que ha osado volar como los pájaros,
una cosa más debe aprender:
a caer
Rainer María Rilke


Todos tenemos la muerte anunciada y sólo nos falta conocer la fecha. Hay tipos que mueren a los cien años y crios que apenas tuvieron tiempo para jugar con su féretro. La muerte es un asunto de toda la vida en el que sólo cambia la manera de morirse. Cada día se muere menos gente en su cama y aumenta el número de los que sucumben en la carretera, muchos de ellos en esos terribles accidentes en los que con la violencia de la colisión la cabeza del muerto no sería de extrañar que apareciese en el maletero del otro coche. Al Gobierno no le cabe esto en la sesera y se empeña en que los contribuyentes no se mueran por fumar, ni por conducir, tampoco por tomar bebidas alcohólicas o meterle otras drogas al cuerpo. Con ese acoso en tantos frentes de riesgo, maldita sea, uno se pregunta de qué coño quiere el Gobierno que se muera la gente. ¿De no fumar?¿De no beber?¿Habremos de morir acaso de no padecer enfermedad mortal alguna?¿Moriremos de favor?¿Tal vez para presumir? Al cabo de tantos años de pedirnos explicaciones por nuestra vida, ¿habremos de soportar que nos pidan explicaciones también por nuestra muerte? A lo mejor hemos emprendido un camino surrealista en el que la muerte nos la decida la Administración y hayamos de pedir la vez para que se nos fusile por prescripción facultativa en los hospitales de la beneficencia. Porque resulta que incluso los médicos te riñen por tus cuadros clínicos, con lo cual tengo claro que en caso de enfermedad me será más interesante contarle mi problema al mecánico del coche.
Esto de la salud no hay Dios que lo entienda. En mi infancia era malo comer pescado azul, que es justamente lo que ahora te recomiendan los dietistas. Contra lo que siempre creimos, ahora resulta que las patatas no engordan, ni el aceite de oliva, ni los bocadillos de chorizo. Un equipo de investigadores de la Universidad de Barcelona acaba de confirmar que tampoco engordan los helados. Y ya sabíamos que tampoco nos engorda el tocino, la misa o los pasteles. A este paso, va a resultar que lo que nos engorda es el hambre. Pero a la vanguardia de las grasas dietéticas se opone la advertencia de que todo produce cáncer: el tabaco, el alcohol, el sol, los escapes de los coches, el papel de las quinielas, el humo de los crematorios, todo, incluso la quimioterapia, produce cáncer. Hace un par de años cundió la alarma porque se decía que la telefonía móvil era una fuente de cáncer, cuando lo que en realidad produce la telefonía móvil es el deterioro del idioma, esa cosa que antes te cobraban los médicos cuando ibas a la consulta y de la muerte te avisaban delicadamente con aquel texto jeroglífico en el que se mezclaban la soberbia, el parkinson y el latín.

Jose Luis Alvite




sábado, 25 de junio de 2005

Versos rotos

Porque se tiene conciencia
de la inutilidad de tanta cosas
a veces uno se sienta tranquilamente
a la sombra de un árbol
-en verano-
y se calla

VERSOS ROTOS

A Latequin,
evocando la angustia
de una oscura noche de octubre del 89

(...Todo sueño se rompe al despertar.
Mi amor dormido se despierta hoy
en versos rotos)
Joshua Naraim


Hoy se me llena la vida de recuerdos.
Cinco años de ilusiones preñadas de ternura,
de desesperanzas cargadas de silencios,
de sueños que se han muerto de angustia,
día a día,
segundo a segundo,
en un lento, pero constante,
fluir hacia la Nada.


Y en el fondo del alma
la tristeza,
como un grito desgarrado que te llama,
y la angustia,
fermentada en la soledad de tu ausencia,
y el miedo,
a perderte de todo y para todo.

Y callas.
Elocuentemente callas,
Y me intimidas con tu silencio,
tan hermético,
tan tuyo,
testigo impasible del desamor
que enmudece nuestras almas,
telón de acero
de dos seres destinados a quererse
sin esperanza.

¡Si pudiera suprimir esta mesa
y abrazarte!
¿Si pudiera ...?
¡Si tú quisieras!
¡Si tú quisieras suprimir esta mesa
y abrazarme!
La mesa no sería un abismo
entre nosotros.

No sé por qué te quiero.
No tengo razones para amarte
tan sólo sueños, ilusiones, esperanzas,
decepciones, tristezas, desamores,
pero te amo sin razones razonables.

Y si pudiera olvidarte ...
¡Ay, si pudiera olvidarte!
No te olvidaría.
Las razones del corazón
no siempre tienen sentido.

Y tampoco puedo amarte sin romperme,
sin hacer daño a inocentes que me aman,
o creo que me aman.
Mi libertad tiene cadenas poderosas.
Mi amor también las tiene.
No puedo ser fiel a los demás
sin traicionarme.

Pero déjame amarte.
Déjame amarte hasta el límite de lo posible,
de la forma, modo y manera
que estimes oportuno.
Ilumina con tu luz
mi amor oscuro,
y si es posible
ámame tú también.
Comparte mi vida.
Déjame compartir la tuya,
Aunque sólo sean cinco minutos.
Cinco minutos,
tan sólo cinco minutos,
rutinarios,
sin alicientes,
sin gozo,
pero a tu lado
son cómo el sol
que amanece cada mañana
y nos alegra el día
y nos hace sentir vivos.

Y a cambio ...
¿Qué puedo ofrecerte, yo, a cambio
excepto mi amor, mi cariño
y mi incondicional entrega?
No tengo los regalos, ni las ofrendas,
ni los presentes que tu quieres.
Ni los que puedan expresar
verdaderamente lo que yo siento.
Ni tan siquiera evocarlo o recordarlo,
adivinarlo o presumirlo.

Yo sé lo que tú anhelas.
Y no puedo,
no puedo regalarte
la vida que deseas:
La seguridad
ese reino que precisas.
Yo vivo en la sombra
del amor callado.
No soy un príncipe azul,
ni tengo reino.
Mi tesoro o mi miseria
es el tiempo que te entrego
lleno de sentimiento,
de rutinas esculpidas,
de minutos hurtados
que sumados hacen horas, días,
eternidades de sufrida espera,
más llenas de ilusión que de placer,
más llenas de nostalgia que de pasión.
Vacío de todo
excepto de cariño.

Ya sólo queda una esperanza,
la dicha interna de saberme vivo,
y vivir eternamente en el amor y el sentimiento.
Todo parece y sucumbe ante la Muerte,
excepto aquello que sentimos.
Quizá en otra vida
pueda ofrecerte,
lo que en esta me está vedado.
Y quizá me aceptes,
tú, entonces.
Hasta ese momento
te seguiré queriendo,
en silencio,
es decir, gritando.

Joshua Naraim

jueves, 23 de junio de 2005

No tentar a la mala suerte


En el mar de tu deseo

"La esencia de la vida
es dejarse ganar por la ternura"
Joshua Naraim


NO TENTAR A LA MALA SUERTE


Ser un mal poeta,
fatal si es necesario,
y por la mañana levantarte muy tarde,
alargar los versos
como quien acumula piedrecitas
y después las lanza a la marea,
y por la noche levantarte aún más tarde,
y después las lanza a la resaca,
escoger una palabra al azar
y dar vueltas y más vueltas
por la ciudad, junto a ella,
cogiditos de la mano,
escoger una palabra gigante,
como, por ejemplo, hermafrodita,
y pasearla junto a ti
por en medio de las multitudes desacostumbradas,
y después levantarte muy tarde
en la mañana, y que ella ya no esté,
lavarte los dientes y las manos,
sentarte a escribir y esperar,
esperar, cansarte de esperar,
limpiar el polvo y hacer la cama,
descubrir bajo la mesa
cientos
de objeciones muertas
y un despertador enajenado
que gira y gira, impasible
ante tus horas de sueño o de insomnio.

Agustín García Calvo




martes, 21 de junio de 2005

Siempre


Mersad Berber


A Indah,
en recuerdo de nuestro primer encuento
cuando fuí herido o acariciado
por sus versos.
Enero de 2001

"La incertidumbre que sientes en tu interior
es la entrada a la sabiduría"
Joshua Naraim


SIEMPRE


Siempre te hallo donde tú me esperas:
en el vértigo helado de tu ausencia;
la vida pierde pie, y la evidencia
de nuestro amor, derriba sus fronteras.

Mi pensamiento fluye donde es veras:
en ese río inmenso de tu esencia,
que no se da respiro o complacencia
más que para allegarme a sus riberas.

¡Vivida en ti! Anhelos lleva el viento:
ni ser diosa de todos tus arcanos,
ni ser grial, conjuro, o ser su aliento,

volveré a desear, pues ya son vanos:
¡qué mayor emoción que ésta que siento
cuando abandono mi alma entre tus manos!

Indah




domingo, 19 de junio de 2005

Azul cobalto y oro






¿No ves que estoy creciendo,
mirándome por dentro,
buscándome en la calma?
Beatriz Rivera







Me convocas para que abra los ojos a tus ojos.
En mi voz: paisaje habitado de amapolas, Ángeles y hadas,
tu nombre flota suspendido entre cuatro vocales bajo un cielo Matisse
(puntillismo violeta, azul cobalto y oro).


Con desgana se disuelve la luz entre las gotas,
es mágica su tinta transparente: nadan sobre el papel amebas diminutas;
y me descalzo -de obligaciones-. El mundo se perderá un poema -dices-
Sonrío. ¡Que se lo pierda!:


«¿No ves que estoy creciendo,
mirándome por dentro,
buscándome en la calma?»


me sumerjo en la lluvia; buceo tu paisaje habitado de hipocampos y mimos
(sonidos de gamelán, y pastelitos de arroz para los dioses buenos),
y toda yo, yo toda, alcanzo la tierra prometida
para escuchar mi nombre:
para que me pronuncie, suavito,
el incansable idioma de tus manos.



indah



sábado, 18 de junio de 2005

Amé su cuerpo entonces






A Marian

"Algunas mujeres parecen ostras,
transforman sus lágrimas en joyas"





AME SU CUERPO ENTONCES

Amé su cuerpo entonces y su alma.

Su piel fue para mí la tierra firme;
la soñé como un sexto continente
no registrado en mapas todavía.

Soñé con la bahía de su boca.

Su pelo era una selva virgen
que abría su misterio mineral y oscuro.
Soñé con las ciudades de sus pechos.

Los ríos de las venas que afloran en su piel
eran rutas abiertas
a la navegación y al gozo.

Se podía viajar en su mirada.

En las blancas llanuras de sus manos
yo cultivé el maíz y buenas relaciones.

Después no pude estar sino en su cercanía.

Otto Raúl González






viernes, 17 de junio de 2005

Las cenizas amarillas de un monje budista

Eduardo Úrculo


A Carz

Escucha Escucha Escucha
a la hermosa inquilina del 204 que despereza
sus miembros y se queja y extiende su viuda desnudez
sobre la cama. De su cuerpo sale un vaho tibio
de campo recién llovido.

Alvaro Mutis


Las cenizas amarillas de un monje budista

No somos gente de muchas palabras pero nos tenemos cerca para lo que se nos puede ofrecer. Mi amigo Anxo Fortes es sicólogo y tiene una mirada profunda y escrutadora que si te la echa encima te entra ganas de confesar el asesinato de los Kennedy y el terremoto de Agadir. Anxo jamás pierde la calma y suda lo justo para mantener la piel mas húmeda que la correa del reloj. Capaz de las frases más cortas y expresivas, mi sicólogo de "Corzo" podría resumir El Quijote en un telegrama de dos euros. Dios no lo quiera, pero estoy seguro de que si un balazo amenazase con desangrarle una pierna, Anxo Fortes sería capaz de hacerse un torniquete con la femoral de la otra. Muchas madrugadas me quedé mirándole creyendo que no se daba cuenta y comprendí que los ojos del sicólogo pontevedrés podrían ser la distancia más corta entre los míos. A veces Anxo le echa una mano a las cartas a Susiño Oitavén, el jefe del local, y las bazas se suceden a su favor como si viese el juego de su rival reflejado en la humedad del aire. Tipos como él no sería de extrañar que reventasen una caja fuerte utilizando una llave de mantequilla y la combinación de la bonoloto. Me gustan los tipos aplomados y penetrantes como Anxo Fortes, que jamás pierde la calma ni el control sentado en su taburete con la inexcrutable cerrajería de sus piernas cruzadas como dos frazadas de acero. Los tipos como él lo que se merecen no es una tumba, sino una novela. Tiene mi amigo sicólogo una sonrisa escondida, intestina, sorda, la expresión como mosqueada de alguien cuya sonrisa fuese una inflamación del esófago. Anxo Fortes se toma las copas en "Corzo" a metro y medio de mí, dejando espacio para el humo y para cualquier mujer vanidosa, pero lo mismo podría tomárselas en la página 120 de una novela de James M. Cain. En una de esas ocasiones en las que se pone cáustico, Anxo Fortes me dijo que la mitad de mis problemas mentales los habría resuelto meando a tiempo. Naturalmente, no me lo tomé por la tremenda. A un tipo como yo, la causticidad diagnóstica de alguien tan inteligente como Anxo Fortes le sienta como si le mordiese los labios Ava Gardner. O como si le apretase los huevos un tipo con las manos paganas y venéreas de Rita Hayworth. El otro día se me vertió la copa sobre sus flamantes pantalones color vainilla y Anxo se limitó a sacudirlos con el revés de una mano, como si le hubiese derramado las cenizas amarillas de un monje budista. No perdió la compostura. Me disculpé y creo que ni siquiera me hizo puto caso. Sabe que no había maldad. Y que todo es relativo. Anxo Fortes es la clase de hombre tan entero y tranquilo que si se le cayese encima la cagada de una paloma, se querellaría contra la Ley de la Gravedad...

Jose Luis Alvite




jueves, 16 de junio de 2005

El sapo Paco


Hay personas que no dicen:
"Voy a alcanzarlo todo".
Dicen:
"Yo ya lo soy todo,
pero puedo crecer"
Joshua Naraim


EL SAPO PACO

Había una vez una charca en la que habitaban varias especies de sapos. Vivían felices y contentos y, como dice la Biblia, crecieron y se multiplicaron hasta que la charca se hizo pequeña.

Para colmo de males sobrevino una fuerte sequía y el nivel de las aguas comenzó a descender día a día. Cada día que pasaba había menos agua y la convivencia entre los sapos comenzó a hacerse incomoda.

Los líderes de los sapos se reunieron en comité, para estudiar la situación, y llegaron a la conclusión de que el problema era la falta de lluvia; la solución era esperar: pronto llovería y volverían a vivir tan felices como antes.

No obstante, uno de los sapos, “el sapo Paco”, ajeno a todas aquellas deliberaciones se puso a dar saltos tratando de salir de la charca y de alcanzar el nivel superior, que dado el descenso de las aguas ya le quedaba un poco alto. Lo intentaba una y otra vez, sin conseguirlo.

Los otros sapos al verlo le decían: “Para que saltas. Nunca llegarás al otro lado. No malgastes tus fuerzas. Pronto va a llover y volveremos a estar como antes”. Pero el sapo Paco no hacía caso alguno a lo que le decían y seguía y seguía intentándolo.

Poco a poco con el ejercicio la potencia de sus ancas se fue haciendo mayor, y a los pocos días, consiguió saltar al otro lado de la charca.

Los sapos más potentes y preparados, al verlo marchar y darse cuenta que no volvía, siguieron sus pasos y también salieron de la charca. No obstante, un gran número de sapos aleccionados por sus líderes se quedaron tranquilamente en la charca esperando la lluvia.

Hemos de decir que la lluvia no llegó y todos los sapos de la charca se murieron, porque cuando quisieron salir, el desnivel era tan grande que todo esfuerzo se hizo inútil.

Al otro lado de la charca había un gran lago lleno de nenúfares y los sapos supervivientes, que habían optado por el éxodo, recuperaban su antigua felicidad en un nuevo paraíso.

Agradecidos aclamaban al sapo Paco como su salvador por haberles enseñado el camino de esta nuevo Edén, pero el sapo Paco no hacía caso alguno a lo que le decían y seguía con su vida de siempre.

Ya cansados de que sus alabanzas y agradecimientos no tuvieran respuesta por parte del sapo Paco, comenzaron a alborotarse a acusarlo a gritos de orgulloso y engreído.

Y en medio del tumulto un viejo sapo les dice: "No hay vanidad ni orgullo ni desprecio, el sapo Paco es simplemente sordo."





martes, 14 de junio de 2005

De uno en uno


"La caridad, para el pobre,
es un lujo sólo al alcance
de las almas nobles".

Joshua Naraim

DE UNO EN UNO

En una puesta de sol, un amigo iba caminando por una desierta playa mexicana. Mientras andaba empezó a ver que, en la distancia, otro hombre se acercaba. A medida que avanzaba, advirtió que era un nativo y que iba inclinándose para recoger algo que luego arrojaba al agua. Una y otra vez arrojaba con fuerza esas cosas al océano.

Al aproximarse más, observó que el hombre estaba recogiendo estrellas de mar que la marea había dejado en la playa y que, una por una, volvía a arrojar al mar.

Intrigado, el paseante se aproximó al hombre para saludarlo:

-Buenas tardes, amigo. Venía preguntándome qué es lo que hace.

-Estoy devolviendo estrellas de mar al océano. Ahora la marea está baja y ha dejado sobre la playa todas estas estrellas de mar. Si yo no las devuelvo al mar, se morirán por falta de oxígeno.

-Ya entiendo –replicó mi amigo-, pero sobre esta playa debe de haber miles de estrellas de mar. Son demasiadas, simplemente. Y lo más probable es que esto esté sucediendo en centenares de playas a lo largo de esta costa. ¿No se da cuenta de que es imposible que lo usted pueda hacer sea de verdad importante?

El nativo sonrió, se inclinó a recoger otra estrella de mar y, mientras volvía a arrojarla al mar, contestó:

-¡Para ésta sí que es importante!

Jack Canfield ; Mark V. Hansen






lunes, 13 de junio de 2005

El abuelo y la nieta



“Hay que ser muy egoístas
ayudando a otros”
Joshua Naraim



EL ABUELO Y LA NIETA

Es hermoso ver como la vejez y la infancia se dan la mano,
y bailan un mismo son.
Abuelo y nieta compartiendo tiempos tangentes
con papeles cambiados:
¡Tan inocente el viejo!
¡Tan sabia la niña!
Sabiduría e ilusión
dándole un beso a la vida
y esquinazo a la muerte.

Joshua Naraim






domingo, 12 de junio de 2005

Alicia


A Indah,
a esa mujer sin rostro
amante de la poesía.

Carlos Oroza,
dedicado a la "alquimia de la poesía"
es de los pocos poetas malditos que aún viven,
y con el que me he tropezado un par de veces.
Cofundador de la revista "Tropos"
e integrantente del movimiento "beat"
fue Premio Internacional de poesía Underground
Joshua Naraim

“Tienes tanto aire en tus manos
que el cielo se te viene abajo”
Carlos Oroza


ALICIA

He venido a verme. Quiero salir y no puedo entrar.
Paso por el lado simplemente y no me llaman.
Y veo a Cátin. La ciudad en sus números y la luz. La calma.

Era en un sexto de un seis de una calle que arrancaba del centro
Una distancia que sólo se conocía por teléfono
Y vino un desconcierto. La calma. Vino la calma.

La calma y mirarás. La mirarás decía
Y sus ojos tenían la precisión táctil de su boca
La calma. Vino la calma.

Y Alicia había declarado al mar calamidad sentimental
Y en el interior había vibraciones incrustadas
Manchas que se reproducían en latidos
Y se esparcían manifestantes y multitudinarios por los escaparates
Donde permanecían horas y días
Con la cabeza apoyada en los cristales.

Alicia tenía la sonrisa. La alegría del que pierde la respiración
Alicia era una mujer que se confundía en principio
Desde la primera escalera de un sexto izquierda
Un séptimo izquierda que arrancaba del centro
Una distancia que sólo se conocía por teléfono
O a través de sus gemidos en el estado íntimo de su soledad.

Y en la ciudad de cristal del arquitecto de Suiza
Alicia buscaba el alivio
Alicia había quedado solo
Porque las lunas de los escaparates estaban todas ocupadas
Y no había un milímetro para apoyar su frente

En los grandes edificios habían puesto andamios
Y en la parte de la ciudad alta
Todas las ventanas estaban ocupadas
Por los delirantes que tenían las frentes agujereadas

Los hombres estaban suspendidos en el aire
Sobre los andamios con las frentes inclinadas en las ventanas

Alicia fue a apoyar su frente a los stops
A los coches que habían quedado aparcados
Y los coches estaban también ocupados
Y las ventanas de los coches Los cristales
Estaban pegados en las frentes que deliraban de dolor.

Alicia fue a refugiarse en la púrpura de los ángeles
Y la púrpura de los ángeles estaba pegada en la frente dolorida de los místicos
Y fue a buscar la cera de los laboratorios eclesiásticos
Y no había solución
La ciudad de cristal del arquitecto de Suiza
Estaba totalmente ocupada.

Alicia anduvo recorriendo toda la ciudad
Y fue a los stops y a los anuncios publicitarios
Y todos los anuncios
Y los stops
Y la luz piloto de los coches
Estaban ocupados por las frentes que deliraban de dolor.

Alicia fue a ver los ojos abiertos de los animales muertos
Y los ojos abiertos de los animales muertos
Estaban ocupados por las golondrinas
Que se apoyaban contra el ojo derecho de los animales muertos
Del interior de la ciudad de cristal del arquitecto de Suiza.

Alicia fue a la estación
Donde estaban los coches de los ferrocarriles
A ver si había una posibilidad.

Miraba si había una rendija de luz
Que se introdujera por debajo de las puertas de los trenes
Para apoyar su frente
Pero no era posible
Porque aquella luz que bajaba por debajo de las puertas de los trenes
Estaba ocupada por las frentes de los animales
Que antes se habían nutrido de los enfermos neurálgicos de los trenes
Que viajaban a la ciudad de cristal del arquitecto de Suiza.

Alicia andaba sola
Y se perdía buscando un espacio en las ventanas
En las lunas de los museos
En los escaparates
Y no había un minuto para apoyar sus latidos
No había llanto
Y no era posible inclinar la cabeza sobre la humedad de una lágrima.

No eran posibles los extraordinarios Las horas fuera
En los relojes no había siquiera una hora
Que penetrase contra el punto neurálgico de la cabeza
Habían desaparecido los pinchazos exteriores
Para luchar contra el dominio interno de la cabeza.
Pero ahora ya no hay nadie en los andamios
Nadie esta con las frentes en las lunas de los escaparates
Ya no hay más frentes acariciando la púrpura de los ángeles
Ya no hay más gente rociándose la frente
Con la cera derretida de los laboratorios eclesiásticos

Ya no hay más
Nadie
Nadie está mirando a los altares
Aproximando la frente a los monumentos
Nadie esta suspendido en la ciudad.

Nadie está de pie buscando el frío de los escaparates
Buscando el frío el viento de las alturas por el cráneo
Nadie
Absolutamente nadie.

Porque todos los que estaban suspendidos
En la ciudad de cristal del arquitecto de suiza
Habían descendido
Se habían desplomado contra el suelo boca abajo
Y habían desocupado todas las estancias
Y sucedía entonces que por el suelo no se podía andar
Porque el suelo estaba repleto de bocas boca abajo
Y el espacio aéreo fue ocupado por otras formas de animales.

Carlos Oroza






sábado, 11 de junio de 2005

Uno no escoge

Life after the Taliban


"Fotografiar es poner en el mismo punto de mira
la mente, el ojo y el corazón.

Henri Cartier Benson


UNO NO ESCOGE

Uno no escoge el país donde nace;
pero ama el país donde ha nacido.

Uno no escoge el tiempo para venir al mundo;
pero debe dejar huella de su tiempo.

Nadie puede evadir su responsabilidad.

Nadie puede taparse los ojos, los oídos,
enmudecer y cortarse las manos.

Todos tenemos un deber de amor que cumplir,
una historia que hacer
una meta que alcanzar.

No escogimos el momento para venir al mundo:
Ahora podemos hacer el mundo
en que nacerá y crecerá
la semilla que trajimos con nosotros.


Gioconda Belli



viernes, 10 de junio de 2005

Margarita

Margaritas

A José Sanchez in memorian
fallecido el pasado 6 de junio
atrapado entre los ejes del camión en que trabajaba.
Joshua Naraim



MARGARITA
A un muchacho que murió en primavera

Yo no te conocí,
pero te ofrezco, sobre tu tumba abierta en primavera,
este pequeño sol para tus huesos.
Yo no te conocí. Oí tu nombre
cuando la luz del surtidor te dejaba quebrándose
y morían en tu oído, como cirios, las últimas palabras,
cuando rompías el hilo que te unía a nosotros
y escuchabas las flautas extrañas de la muerte.
Los lirios te buscaban la boca palpitante,
inmóvil te inundaba el sudor de la lucha,
tu cuerpo se quedaba parado en los relojes
y caían tus párpados sin querer mirar nada.
Los años te brillaban como auroras la tarde de la huida
y una mano apretaba tu corazón de niño
donde no tuvo tiempo de entrar una muchacha;
esa mano de hielo, en un giro fantástico,
como un robo inaudito desgajó tus raíces
y te lanzó a lo eterno, completamente solo.
-Arlequín en la danza sacramental del tiempo-.
Nada se había movido: aún estaba
con el último gesto que hiciste sin saberlo.
Ahora ya estás dormido en brazos de la tierra,
ante la primavera calzada de amapolas.
Yo no te conocí,
pero tu lecho abierto en primavera tendrá una margarita
porque todos ignoran que bajo el sol descansas,
que veintitantos años se han quebrado en tu frente
y que una niña mira tus balcones vacíos;
sobre tu lecho mullido en primavera habrá una margarita
porque todos dejaron a un lado tu recuerdo;
porque la calle gritaba como siempre esta mañana
y la gente reía sobre tus huesos rotos.


Julia Uceda



jueves, 9 de junio de 2005

No son mis manos

Amistad

Humildad no es hacerse de menos,
sino pensar menos en uno mismo.
Joshua Naraim



NO SON MIS MANOS

No son mis manos
las que me sacaron del vientre de mi madre.

No son mis manos
las que cambiaron mis pañales sin desfallecer.

No son mis manos
ni las que me criaron con esmero
ni las que me alimentaron con cariño.

No son mis manos
las que me ensañaron a leer las primeras letras
y a escribir las primeras palabras.

No son mis manos
las que cultivan mi alimento
ni las que recogen mi basura
ni las que suministran la luz que me ilumina.

No son mis manos
las que protegen mi ciudad de los desaprensivos
ni las que defienden mi país.

No son mis manos
las que me cuidaran en la enfermedad
ni las que me consolarán en la vejez
ni las que me enterrarán cuando muera.

No son mis manos
sino las vuestras.
¡Os necesito!

Joshua Naraim






lunes, 6 de junio de 2005

Bronce

"Cerezos en flor". Manuel de García
Silencio
y un silencio más profundo
cuando los grillos dudan
Leonard Cohen.








Bajo una sábana de nieve, todo mi abrigo
-por espantar el sueño-
modelo un corazón en barro.
Si me durmiera, borbotearía el bronce fundido
llenando de plenitud el contra molde;
pero yo sé que no se debe: es peligroso dormir bajo la nieve.


Y sonrío
-tan sólo por ejercitar mis músculos-
mientras la tierra extiende sus cabellos frente a mis ojos,
mientras la noche los adorna de imposibles,
mientras los cerezos se afanan en el milagro de su resurrección.


Recopilo pequeños renuncios, tréboles de cuatro hojas,
y espero -por espantar el sueño-
que ocurra algo. Una casualidad tal vez:
la conjunción de todos los planetas, tus pasos sobre el hielo,
el calor de tus manos derritiéndolo: Agosto sobre la fría piel del mundo.


¡Si fuera un cerezo!,
-grito por espantar el silencio mineral que me rodea-
sabrías dónde estoy, trasplantarías mi voz a tierra fértil,
y yo retoñaría, amor. Retoñaría.




indah





domingo, 5 de junio de 2005

Donde nace el alma

A Naptüder álma

Luz a lo lejos
Infinita nostalgia
de no sé qué.
José Corredor-Matheos




DONDE NACE EL ALMA

Allí, donde nace el alma,
en no sé que recóndito lugar de mi ser,
donde aún corren vigorosos y transparentes
manantiales de pureza.

Allí, en sus aguas cristalinas, diáfanas y puras,
espejos relucientes de luz y sonido,
es donde quiero verme reflejado.

Los espejos del mundo me deforman.
Espejos de dolor donde la luna,
con lágrimas en los ojos,
peina cada noche sus cabellos.

Espejos de asfalto
bañados en sangre suicida.

Espejos de ira,
donde los hombres, domingo a domingo
miran sus rostros desfigurados o reales
de tigres o leopardos o víboras
que desgarran el mundo,
a la vez que embriagan sus espíritus.

Allí, donde nace el alma,
es donde quiero verme.
Es donde quiero vivir.
Dentro, muy dentro de mí.

Donde no puedan herirme las flechas del mundo
ni pueda mancharme su lodo.

Donde las utopías de los locos
puedan hacerse realidad.

Allí donde la materia por ser materia
no pueda llegar
ni llevar toda su podredumbre.

Allí, donde la risa es franca
y no amablemente llena de envidia.

Allí, donde no hay lágrimas amargas como risas.

Allí, donde el tiempo no corre
ni la vejez importa.
Donde la muerte es una amiga.

Allí, donde nace el alma
es donde quiero enterrarme y vivir.

Joshua Naraim

Nota: A este poema le tengo un cariño especial. Hace tiempo que circula por la web, hoy me lo he encontrado casualmente en Brasil http://toa-a-toa.blogger.com.br/2003_11_01_archive.html
en medio de poemas en portugués y hermosamente decorado en http://rincondelpoeta.webcindario.com/animacion9.htm




sábado, 4 de junio de 2005

La belleza

"Belleza Serena". Royo



La belleza no es un concepto absoluto
ni puede plantearse en términos atemporales.
Varía extraordinariamente en función de los tiempos,
de las modas, de las épocas, de las culturas.
A Tiziano le resultaría terrible asomarse a un cuadro de Picasso.
Ni siquiera su ideal de mujer tiene que ver,
por ejemplo, con el culto a la imagen que la sociedad actual
puede concederle a Mónica Bellucci.
Humberto Eco



LA BELLEZA

La mitad de la belleza depende del paisaje;
y la otra mitad de la persona que la mira...

Los más brillantes amaneceres; los más románticos atardeceres;
los paraísos más increíbles;
se pueden encontrar siempre en el rostro de las personas queridas.

Cuando no hay lagos más claros y profundos que sus ojos;
cuando no hay grutas de las maravillas comparables con su boca;
cuando no hay lluvia que supere a su llanto;
ni sol que brille más que su sonrisa......

La belleza no hace feliz al que la posee;
sino a quien puede amarla y adorarla.

Por eso es tan lindo mirarse cuando esos rostros
se convierten en nuestros paisajes favoritos....

Herman Hesse




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