viernes, 1 de diciembre de 2006

Yo estaré en tu pensamiento...

A Cris

Yo estaré en tu pensamiento, no seré más que una sombra imprecisa;

habré existido en un instante en que la alegría y la piedad ardían en tus ojos.

Pero también quiero permanecer desconocido en ti.

Desconocido. Simplemente envuelto en tu felicidad.

Tú distraída en tu luz y yo apenas viviente en ella, y así, imperceptiblemente amado, esperar la desaparición.

Aunque quizá estamos ya separados por un hilo de sombra y cada uno está en su propia luz

Y la mía es la que tú vas abandonando.



Antonio Gamoneda







domingo, 26 de noviembre de 2006

Tus ojos

A tus ojos

He envejecido dentro de tus ojos; eras la dulzura y el exterminio
y yo amé tu cuerpo en sus frutos nocturnos.

Tu inocencia es como un cuchillo delante de mi rostro,

pero tú pesas en mi corazón y, como una miel oscura, yo te
siento en mis labios al ir hacia la muerte.

Antonio Gamoneda

Tus Ojos

Tus ojos reflejan todo el peso de la humanidad. En esos ojos tristes se cierne la gran pregunta. La oscuridad del mundo en la palma de tu mano. Temo que nunca se disipe. Ansío tu abrazo sin tiempo. Un beso que nunca vamos a recuperar. Pensé en tu piel como refugio. Tú también sabes lo que se esconde tras los muros de la habitación. Sabes que tras los muros se halla la mentira primigenia, el miedo. El miedo a la oscuridad. Un sueño me perturba por las noches. Es una niña que espera. Espera una mirada como la tuya. Espera la miseria del mundo tras los muros de su casa. Sabe que cuando se apaguen las luces todo empezará de nuevo.

Entrada la noche me despierto entre tus sombras. Sabemos que se aprende rápido a ser infeliz. Ni el sol más brillante es capaz de descender. Encajada en un pequeño rincón de cielo me siento a contemplar. Nacen las esperanzas de abarcar las nubes con los dedos. Y nada se complica más. El día que soñé que te esperaba fue terrible. El pánico a que nunca llegaras fue aun peor que tu mirada. Tu mirada parecía interrogarme. Al lanzarme a tus brazos entendí que ya no había tiempo para amarte. Que no era esa la pregunta que se dibujaba en tus ojos. Y se acabaron las oportunidades para mí. Se acabaron las oportunidades para ti. Se acabaron los gritos que se escapan por las rendijas. Esos gritos ahora se ahogan en la noche. Un llanto se esconde dentro de la almohada y allí se halla tu respuesta. La respuesta a tus ojos es todo aquello que se encuentra en las esquinas de la habitación, donde un día te sentaste a esperar un cambio. A esperar el silencio. En tu mirada ya no se halla la pregunta. Se halla un mundo escondido por el miedo. Y la niña que he sido cree amarte por todo ese dolor que se refleja en tus ojos. Por esa pregunta que se contesta de forma cruel. Por ese misterio que se esconde tras los muros de la habitación.

Minaia Llorca




lunes, 13 de noviembre de 2006

Supongo que le amo profundamente

A tí y a las mujeres
a las que la ternura
recorre su cuerpo
como un escalofrío
Joshua Naraim


Supongo que le amo profundamente. En caso contrario, con toda seguridad no seguiría a su lado después de trece años, porque si algo tengo claro en la vida es que no me gusta arrastrar situaciones o personas que no me llevan a ninguna parte.
No es que él me lleve a destino alguno reconocido, pero viene conmigo por mi mismo camino, y eso en el fondo es llevarme. A ratos lo llevo yo, a ratos me lleva él, depende de cómo se dé el camino, de lo tortuoso o retorcido que sea dependiendo de los zapatos que calzamos cada uno.
Y lo cierto es que a pesar de mis tacones, suelo llevar paso más estable, y tropiezo menos, o esa es mi visión de nuestro caminar juntos.
Estoy convencida de que a las personas nos definen nuestras vivencias. No comulgo con esa máxima de que la persona nace o se hace, no. Creo que se hace en cualquier caso, y a él lo hicieron algunos años difíciles de los que nunca pudo recuperarse del todo, a pesar de la paz y el relativo equilibrio de nuestro tiempo juntos.
Un padre alcohólico marca mucho. Los recuerdos infantiles y preadolescentes de un hombre que llegaba a casa dando portazos y rompía la serenidad del hogar obligando a los niños a esconderse bajo las camas para presenciar lo menos posible discusiones llenas de gritos y amenazas convierten a un ser humano en alguien permanentemente asustado, que puede optar por reproducir ese mismo modelo o bien rechazarlo de plano.
Afortunadamente, su caso es el segundo. De aquel extremo, él ha pasado al extremo contrario, de modo que cualquier incremento del tono de voz ante las rabietas de los niños se convierte en un espanto en su cara y una reacción defensiva que no guarda proporcionalidad con el hecho.
Y eso, evidentemente, se traduce en incomprensiones, más protestas, más discusiones en las que reconozco que pierdo los nervios del todo.
Mi conclusión en esas ocasiones es que ya no me quiere como antes, ya no soy yo la protagonista de sus duermevelas, ya no la única y más importante razón de su día a día, ya no soy su preocupación, ya no le desasosiega el hacerme feliz por encima de todo.
Supongo que es cierto, entonces, que aquel enamoramiento del principio, como dice la gente, da siempre paso al cariño de ahora, a la relación testaruda de fuerte base pero escasa emoción.
Luego está el asunto de la convivencia. Tremenda palabra. Hoy en día existen incluso concursos en televisión basados en ese concepto, en la dificultad de afrontarla y superarla, donde asistimos absortos a los conflictos de completos extraños con los que en ocasiones nos sentimos profundamente identificados.
El tiene la costumbre de salar los filetes directamente sobre la encimera de la cocina. Lanza la carne sobre el granito y vuelca el salero con gran profusión.
No es que me parezca censurable. Lo que sin duda me lo parece es que luego no pase una bayeta y lo limpie, porque siempre casualmente ubico algún documento sobre la pasta infame de la sangre del animal pegoteada de granitos salados.
En la película “Hable con ella”, el personaje que interpreta Javier Cámara dice que el cerebro de las mujeres es un misterio. Supongo que es cuestión de cristal a través del que se mira, pero yo siempre he pensado que el misterio está en el de los hombres.
No concibo dejar la tapadera del water elevada después de usar el baño alrededor de una docena de veces al día, o el cuchillo lleno de mantequilla sobre la mesa, junto a madalenas desmigadas y la taza sucia al irme a trabajar por las mañanas.
No me explico cómo puede salpicarse hasta el último centímetro cuadrado del espejo en una sola lavada de manos y no darse cuenta al salir, ni por qué el lugar idóneo para dejar las zapatillas es la mitad de la alfombra de la habitación.
Me resulta incomprensible que el menú más apetecible si yo no estoy, aunque el frigorífico esté lleno de manjares sea un pollo asado del supermercado, y su desinterés por si los niños llevan el pantalón de un chandal y el jersey del otro.
En mi ausencia, los niños van al colegio con las greñas que han despegado de la almohada, sin que un triste peine las domestique. Los deberes pueden regresar en la mochila sin resolver tal y como llegaron, está permitido comer palomitas sin haber probado primer ni segundo plato y lanzarlas por doquier sin prejuicios.
Decorar de mil colores a rotulador la mesa blanca del salón no es sino una obra de arte, y llenarse la ropa recién lavada de manchas heterogéneas, una tarea ineludible a la que no pueden oponerse servilletas ni baberos.
Los niños son felices, por supuesto, pero yo pierdo el cabello del estrés de forma cada vez más preocupante.
Recuerdo una ocasión en la que un bol entero de patatas fritas sufrió un lamentable accidente, y él recogió varios puñados de forma mecánica, haciendo crujir el resto bajo sus pasos por la cocina sin ningún recato.
Cuando le pregunté si no era consciente de que un alto porcentaje de patatas fritas continuaba en el suelo y estaba pegándose a la suela de sus zapatos preguntó: “¿Qué patatas?”.
Tenemos un serio problema con las cortinas. Yo insisto en cerrarlas para evitar que las moscas se introduzcan en nuestro hogar y se conviertan en molestias insoportables durante todo el verano. El las descorre completamente cada vez que entra y sale al porche, aunque nunca me ha explicado por qué.
Cuando el bebé duerme la siesta intento caminar de puntillas por toda la casa, apenas suspiro, y si me caliento un café cierro la puerta de la cocina para que el pitido del microondas no la despierte.
El se sitúa justo en la puerta de su habitación y se suena la nariz de esa manera suya indescriptible que se asemeja al sonido que emite el elefante africano hembra, que es el que manda en la manada.
Otro grave problema es su condición de exfumador empedernido reconvertido en liga antitabaco unipersonal. Cuando su familia, que comparte conmigo el indeseable hábito, viene a casa a comer, él nos obliga a reunirnos tiritando en pleno invierno en la puerta de casa para consumir un cigarro en el menor tiempo posible, sin que una sola bocanada de humo traspase la puerta.
Otra de sus inefables costumbres es la de quitarme lo suelto que llevo en el monedero sin avisar. Cuando llego a Carrefour, descubro con sorpresa que no tengo euro para introducir en el carrito de la compra, lo que me obliga a entrar en el hipermercado, sacar dinero del cajero, comprar cualquier cosa innecesaria para conseguir una moneda, volver a salir al parking y entonces, desenganchar el carrito.
Por supuesto, en el transcurso de los minutos que dura esta operación, voy farfullando todo tipo de pestes, especialmente teniendo en cuenta que siempre llevo prisa.
Cuando nos casamos pensé con alivio que había recuperado finalmente el derecho a leer en la cama por las noches, una costumbre que mi madre persiguió históricamente obligándome a apagar la luz y dormirme a la fuerza, estrangulando así mi amor por consumir Literatura a diario y convirtiéndome en una nocturna prófuga de la lectura.
Mi obcecación por leer durante toda mi adolescencia me llevó a hacerlo a escondidas bajo las mantas, ayudándome de una linterna, y posteriormente, cuando nos cambiamos de casa, acercándome todo lo posible a la ventana y aprovechando la luz de una farola de la calle.
De este modo, cuando a los 30 años me sometí a un reconocimiento médico empresarial, el oftalmólogo comprobó con sorpresa que adolecía de vista cansada, como si tuviera veinte años más de los que tenía.
Sin embargo, el cambio de estado civil no vino sino a redundar en el mismo problema.
El aseguraba, primero suavemente, que no era capaz de dormir si la lamparilla de mi mesita estaba encendida. Cuando arreciaron mis protestas, se rindió a los argumentos, pero meses más tarde consideré insoportable su forma de mascullar entre dientes, dando vueltas en la cama tan vigorosamente que el colchón parecía una frágil lancha a la deriva en la más fuerte marejada, de modo que replegué mis tropas y abandoné el ansiado hábito.
Años más tarde, consideré que ya que no se me permitía leer, al menos exigiría un rato de televisión entre las sábanas como alternativa para conciliar el sueño.
Al principio él compartía esos ratos conmigo, pero en pocos minutos caía a plomo sobre la almohada y de nuevo comenzaba a gruñir y roncar alternativamente, hasta que se sentaba en la cama y estallaba de ira, llamándome egoísta.
De nuevo replegué mis tropas y me obligué a mí misma a permanecer en el inhóspito sofá del salón, cubierta por una manta, todo el invierno, hasta que el cansancio me rendía y me arrastraba trabajosamente por las escaleras hasta el lecho conyugal en el que él, curiosamente, permanecía roncando, pero con los auriculares de la radio en los oídos.
Nunca he entendido por qué el timbre de voz de Jose Ramón de la Morena no perturba su sueño, y en cambio, mi televisor sí lo hace, a pesar de que el volúmen era tan bajo que necesitaba aplicar las palmas de mis manos a los pabellones de mis orejas para conseguir desentrañar lo que decían los protagonistas de la película de turno. Hay noches que despierto, sobre las tres o cuatro de la madrugada, al son de alguna melodía o la voz de algún meloso locutor radiofónico nocturno y compruebo con espanto que los auriculares continúan pegados a su cráneo.
Pero él es así. Supongo que le amo profundamente porque soporto estoicamente sus manías y sus costumbres, e imagino que, aunque no me lo diga nunca, él también soporta las mías. También imagino que aquel jamón colgado del cielo que mi madre decía que estaba intacto, esperando a la primera pareja que lo mereciera por no haber discutido nunca, continúa allí.
Creo que es un padre estupendo, aunque no sea perfecto. Probablemente habrá pocos en la Historia que hayan criado unos niños tan saludables y felices hombro con hombro junto a una mujer con semejante dedicación, de hecho, hay pocos padres (afortunadamente actualmente más, pero siempre pocos) que crien a sus hijos.
También es un compañero de camino magnífico. A pesar de todos los pesares.
Sé que es su buena intención la que le lleva a ponerse la gorra de “señor todoarreglado” de la que habla el autor de “Los hombres son de marte y las mujeres de venus” cuando me quejo de que los niños no me dejan dormir los fines de semana, y propone que me vaya unos días a casa de mis padres a descansar.
Sé que quiere lo mejor para mí cuando me impele a llamar a tal o cual persona para conseguir un empleo mejor, aunque a mí eso me saque de mis casillas y le conteste que soy mayorcita para llamar a quien quiero y que no deseo su ayuda.
Sé que sus besos son sinceros, aunque en el fragor de la batalla diaria nos los demos escasa y casi maquinalmente.
Sé que no se da cuenta de que azul y verde muerde, y por eso viste a los niños como le parece, y que no los peina porque los encuentra guapos de todas formas.
Sé que nuestra relación está viva porque él pone mucho de su parte, porque sin duda queda mucho de aquello que nos apegó el uno al otro casi desesperadamente cuando nos conocimos, de forma casual, aquella mañana de Enero.
Anoche, a oscuras, en nuestro dormitorio, acurruqué mi cabeza en su regazo durante largo rato. Charlamos profusamente de todo un poco, apenas recuerdo de qué, porque estaba adormilada, pero sí recuerdo su tono de voz, acariciadora y sus manos sobre mi pelo, incansables, velando mi viaje de la vigilia al sueño.
Sólo en sus brazos me siento en casa. Sólo su calor reconforta mi alma incluso al término del día más descorazonador, más agotador o más aburrido.
Creo que una vez más hablamos del amor, de lo que lleva a las personas a conocerse, de esos largos dedos de un destino mágico que te sitúan en un lugar concreto en un momento concreto, de modo que ese instante cambia tu trayectoria vital.
O hablamos de nuestros hijos, de sus ingenuidades, de sus ilusiones, de sus presencias en nuestras vidas.
Con él, las conversaciones se convierten en eternos monólogos compartidos, en interminables poemas dialogados, en intercambio de instantáneas de la memoria, casi en diálogos conmigo misma. Incluso las soledades son hermosas. Porque son deseadas.
Me gusta decirle que es mi media mitad, porque así lo siento.
Supongo que, algunas veces, cuando la convivencia nos supera momentáneamente, olvido que estoy refunfuñando contra mí misma, que con quien me enfado es conmigo, por no ser capaz de expresarle del modo adecuado lo que no me gusta.
Supongo que le amo profundamente, porque aunque no me deja leer o ver la televisión en la cama, nunca me he planteado dormir en otra.
Imagino que si dormir con él me sigue compensando, es porque le amo profundamente.
Y cuando a mediodía, al llegar del trabajo con el correo recogido del buzón, he dejado las cartas sobre el desierto de granito de la encimera de la cocina y los sobres se han llenado de esos gordos granos de sal, lo he imaginado con una gran sonrisa, entre los humos de la sartén, y cortando la carne en pequeños trocitos para que los niños puedan masticarlo bien.
Y la ternura de esa imagen ha recorrido mi cuerpo como un escalofrío.

Franca Velasco




viernes, 10 de noviembre de 2006

Como la tierra seca abre


A Marian

Como la tierra seca abre
su dura entraña el agua,
como el galope de un caballo fuerza el horizonte
y hace saltar el corazón los límites
de la indefensa vida: así has vennido tú.
Te reconozco.
Así has llegado. Es tiempo
de dolor. Es tiempo, pues, de alzarse.
Tiempo de no morir.
Pues has venido
cuando hasta su raíz mis huesos
la pena quebrantaba.
Así has llegado, así has venido tú,
fidelidad sin fin que me ata a la vida.

José Ángel Valente



lunes, 30 de octubre de 2006

Cinco meses en Oaxaca: Catarsis de Luz Stella o Monólogo Octembrino



"A Luz Stella,
mujer valerosa, comprometida y amiga,
a modo de abrazo en la distancia y el tiempo,
en estos momentos díficiles de su vida en Oaxaca,
con la esperanza de recuperar el paraíso"
Joshua Naraim

"En la prosperidad nuestros amigos nos conocen.
En la adversidad nosotros los conocemos".

¡Han trancurrido cinco meses y seguimos vivos!

Hoy hace cinco meses que empezó esta locura en Oaxaca, cinco meses de toma de la ciudad. Los senadores del PAN, del PRI y del PRD -señores de mucho pantalón y pocos huevos- que han venido a visitarnos afirman con desfachatez que no pueden declarar la ingobernabilidad... Y ya son 10 muertos, el último de ellos en una barricada. Y es ahora cuando me doy cuenta del ángel que tuve protegiéndome aquella madrugada de agosto en que me enfrenté a ella con mi bebé enfermo camino del hospital.

Aún en los peores momentos de ruptura, muerte o secuestro sentía que mi lugar era en Colombia -mi país natal- con mi gente. Jamás pensé abandonarlo para siempre:¡Pero la vida da tantas vueltas...!

La vida, a veces, es una ironía. Cuando me vine de Colombia pensé que el sonido de las balas y las bombas quedaría convertido en un lejano recuerdo o, en el peor de los casos, en una sufrida y amarga pesadilla, pero abrigaba la certeza de que esa funesta musica de fondo nunca más sería cotidiana y real; que atrás dejaba la guerra, la violencia y la desesperanza.

¡Que va…!¡La realidad es otra, es tozuda, tiene patas y me alcanzó en Oaxaca. Quizás sea mi karma. Mi madre dice que: "No hay lugar en donde el buey no are". Mi madre no sabe que eso lo escribió Violeta Parra, pero ella lo dice siempre; es un dicho muy popular en Colombia, y allí el significado que se da al buey es el de un animal muy laborioso, nada tiene que ver con el significado mexicano del término.

Alejandro, mi esposo, me dijo que Oaxaca era un paraíso, y yo, enamorada, olvidé que todo paraíso tiene su serpiente.

En estos cinco meses, ciento cincuentra y tres días para ser exactos, me llegaron multitud de cartas de personas perdidas en el espacio y el tiempo que nos envían su abrazo solidario. Cartas que me llenaron de sorpresa y de alegría al reanudar el contacto perdido o de tristeza por la noticia de algún amigo fallecido. Mis excompañeras de trabajo, allá en Colombia, y algunos amigos de corazón me escribieron contándome que se habían reunido y propuesto una colecta para enviarnos el dinero recaudado o unos pasajes de regreso, si nuestro deseo era volver. Yo solo les pedí que oraran. Otros nos mandaron sus mejores deseos y su amor, pues no cuentan con más, pero eso para mi ya es todo. Por eso viví y sentí el valor de la palabra “solidaridad” en toda su extensión y dimensión, palabra que siento, con dolor, que algunos mexicanos desconocen y que tampoco encuentran en sus dicionarios.

Dicen que "los amigos son los hermanos que se escogen". Yo soy hija única no tengo hermanos, pero que lindos los que tengo.

¿Saben qué es el hambre crónica? En Colombia se ha tipificado como, "una versión silenciosa e insidiosa de hambre en la cual las personas y familias, de manera persistente, no logran acceder a la cantidad de calorías y nutrientes que requieren sus organismos. En ese sentido, el PROYECTO HAMBRE, organización civil establecida en 1977 en Estados Unidos, nos recuerda que “El hambre crónica no es una cuestión de alimentos. Ocurre cuando las personas carecen de una oportunidad o sistemáticamente se les niega la ocasión de ganar el dinero necesario para producir suficiente comida, recibir la educación necesaria, desarrollar las habilidades precisas para cubrir sus necesidades primarias y tener una voz en las decisiones que afectan sus vidas".Pero eso no sucede solo en Colombia. Aquí en Oaxaca hay familias que subsisten con 14 pesos diarios. Si, esos 14 que no nos sirven para nada a nosotros son un todo para ellos. Mujeres a las que solo se les da el trabajo de sirvientes, porque como he oído de labios de mexicanos del DF, es sabido que las “mejores sirvientas son las indias oaxaqueñas”. Vivo en un país mestizo que discrimina y niega la existencia del otro por ser diferente, en donde hay propagandas en la televisión para que usen ciertas cremas blanqueadoras y los dejen entrar en los antros,un país en donde se exhibe orgullosamente el perfil de las mujeres televisa, rubias y de ojos azules como un ideal mexicano.

Pero de esto no se habla, es más chic y de moda hablar de otras PEJEndejadas.

Amigos tengo por cientos
para toda mi delicia
yo lo digo sin malicia
con verdadero contento
yo soy amiga del viento
que rige por las alturas
amiga de las honduras
con vueltas y torbellinos
amiga del aire fino
con toda su travesura

Yo soy amiga del fuego
del astro más relumbrante
porque en el cielo arrogante
camina como su dueño
amiga soy del ruiseñor
relámpago de la luna
con toda su donosura
alumbra la más furiosa
y amiga de las frondosas
oscuridades nocturnas.

Amiga del solitario
lucero de la mañana
y de la brisa temprana
que brilla como el rosario
amiga del jardinario
del arco de las alianzas
amiga soy de confianza
de nubes y nubarrones
también de los arreboles
en todas las circunstancias.

Amiga soy de la lluvia
porque es un arpa cantora
de alambres y de bordonas
que tuntunean con furia
amiga de la centuria
de los espacios tesoros
y de los ecos sonoros
que guardan los granizales
amiga de los raudales
que entonan su lindo coro.
Amiga de la neblina
que ronda los horizontes
cordillerales y montes
con su presencia tan fina
la nieve por blanquecina
poblados y soledades
bonanzas y tempestades
son mis amigos sinceros
pero mi canto el primero
de todas mis amistades.

(Violeta Parra) (1954-1957)


En estos cinco meses me han quedado muchas dudas y muchas cosas muy claras.
En lo referente a las acciones en momentos de crisis me he planteado esta pregunta ¿Qué he hecho yo por Oaxaca? A lo que me respondo:
He escrito a Naciones Unidas, a Derechos Humanos, a la UNICEF, recibí algo de Amnistía Internacional por dos amigas Colombianas en Italia. Escribí un correo para que fuera reenviado por mis amigos a sus contactos adjuntando una carta del pueblo de Oaxaca dirigida a los dos presidentes, el saliente y el entrante. En Caracol que es la principal cadena de comunicación en Colombia se hizo un programa radial de dos horas dedicadas a nosotros los habitantes de Oaxaca y dedicado a la “compatriota y su familia” o sea yo. Lloré a moco tendido y cuando hablé por radio desde aquí se me cortó la voz, pero hice la denuncia que correspondía al caso intentando ser objetiva e imparcial. A pesar de que como extranjera soy susceptible de que me apliquen el 33 y me deporten por hablar de política, como ser humano tengo derechos inalienables que no se me pueden vulnerar y que estan amparados por los derechos civiles y humanos de ambos paises y a nivel internacional. (Derecho al trabajo, a la educacion, al libre tránsito y otros más ademas de los derechos de los niños que protegen a mis hijos menores de edad)

Alejandro no quiso que grabara el programa porque dijo que había cosas que se deben dejar ir y diluir. El programa empezó con la historia de Aquiles y su indolencia, lo que conllevo a la muerte de Patroclo y a la de Héctor; luego se hablo de la indolencia de algunos estados durante la segunda guerra mundial para terminar y recaer en la situación de México y en el caso Oaxaca.

Tengo mi conciencia tranquila porque hice lo que a mi juicio tenía que hacer en su momento. Que haya servido o no para algo es cuestion de otro analisis de catarsis.

Hemos decidido quedarnos en Oaxaca pidiendo a Dios que la empresa resista. Hay tanto desempleo y miles de millones de dólares perdidos por la toma de la ciudad. Alejandro recibió la oferta generosa de un amigo llamado Fernando quien nos brindó una casa de su propiedad en Pachuca. Y otras personas le escribieron ofreciendole su apoyo. Afortunadamente no estamos laboralmente en una situación crítica, la empresa ha aguantado el embite y es el sustento de varias familias de la sierra, en Querétaro, en Oaxaca y en Colombia.

Esta semana a Alejandro, lo invitaron a los diálogos por Oaxaca en su calidad de restaurador, en la mesa de trabajo por el patrimonio tangible de la ciudad, nos sentamos junto a gente de la Appo . Alejandro aportó sus ideas. A ver que pasa.

Eso hemos hecho nosotros por Oaxaca. ¿Qué has hecho tu?

Luz Stella (Adaptado por Joshua Naraim)




viernes, 27 de octubre de 2006

Sombra de Otoño

A Issazul,
para que no pierda la fascinación de la sorpresa
y de las suaves sacudidas...
Joshua Naraim

Sombra blanca de mi alma,
errante entre los caminos,
cavando siempre las sepulturas
de la noche.
Un día, aturdido te vi,
desamparada de voz,
desnuda de imaginación,
muda de fantasía.
Sentí en tu ausencia la oscuridad
alimentando la lumbre de tu huella
y mi duda creció, creció en tu busca
y el eco de mi garganta se agotó
en los caminos embelesado
por tu lejanía.
Sombra blanca de mis sueños
no te pierdes por los caminos
ni te llevan los ecos de otros cantares
que el espejismo es agua, cuando más
sed tienes.
Ven, quédate aquí en este árbol que te engendró,
entiérrate en mis raíces y dame tu fruto.
Que tu camino es mi comienzo
y tu eco es mi voz.

Saleh Abdelahi



sábado, 14 de octubre de 2006

Lo que nos enseñan a los economistas

No me enseñaron a entender la iniciativa personal. Me enseñaron, como a todos los estudiantes de ciencias económicas, a creer que toda la gente, a medida que va creciendo, debe prepararse para conseguir empleo en el mercado laboral. Si Ud. no logra conseguir un puesto, se inscribe para recibir ayuda del gobierno. Pero no podía sustentar estas creencias cuando me enfrenté a la vida real de los pobres en Bangladesh. Para la mayoría de ellos, el mercado de trabajo no significaba mucho. Para sobrevivir, se concentraban en sus propias actividades económicas. Pero las instituciones políticas y económicas no se daban cuenta de su lucha. Eran rechazados por las instituciones formales, sin haber hecho nada para merecerlo.

Me asombraba ver cómo sufrían los pobres porque no podían conseguir una pequeña suma de capital de trabajo - la cantidad que necesitaban era inferior a un dólar por persona. Algunos de ellos sólo podían conseguir el dinero en condiciones muy injustas. Tenían que vender los bienes al prestamista al precio arbitrario que él decidía.

Creamos instituciones y políticas basadas en la manera en que hacemos suposiciones sobre nosotros y otros. Aceptamos el hecho que siempre habrá pobres entre nosotros. Por eso hemos tenido gente pobre entre nosotros. Si hubiéramos creído que la pobreza es inaceptable para nosotros, y que no debe pertenecer a un mundo civilizado, habríamos creado instituciones y políticas apropiadas para crear un mundo sin pobreza. Queríamos ir a la Luna - y fuimos a ella. Queríamos comunicarnos unos con otros muy rápidamente - por lo que hicimos los cambios necesarios en la tecnología de las comunicaciones. Logramos lo que queremos lograr. Si no estamos logrando algo, mi primera sospecha recae sobre la intensidad de nuestro deseo de lograrlo.
Creo firmemente que podemos crear un mundo sin pobreza, si queremos.

En ese mundo, el único lugar para ver la pobreza es en un museo. Cuando los escolares visiten el museo de pobreza, se horrorizarán al ver la miseria e indignidad de los seres humanos. Culparán a sus antepasados por tolerar esta condición inhumana de una manera masiva.

Grameen me ha enseñado dos cosas: primero, nuestra base de conocimientos sobre las personas y cómo actúan todavía es inadecuada; segundo, cada persona es muy importante. Cada persona tiene gran potencial. Ella sola puede influir en las vidas de otros en comunidades, y naciones - dentro y más allá de su propio tiempo. Cada uno de nosotros tenemos en nuestro interior mucho más de lo que hemos tenido oportunidad de explorar hasta ahora. A menos que creemos un ambiente favorable para descubrir los límites de nuestro potencial, nunca sabremos lo que tenemos dentro. Grameen me ha dado fe, una fe inquebrantable en la creatividad de los seres humanos. Esto me lleva a creer que los seres humanos no nacen para sufrir la desdicha del hambre y la pobreza. Sufren ahora, y sufrieron en el pasado porque ignoramos al tema.
Muhammad Yunus

Discurso de aceptación del premio "Ayuda a la Auto-ayuda" de la Fundación Stromme.
26 de septiembre de 1997, Oslo, Noruega.

miércoles, 27 de septiembre de 2006

Las piedras grandes...



"Las cosas más importantes no deben estar nunca
a merced de las menos importantes".

Johann Wolfgang von Goethe

¿Qué haría si me quedara solamente una hora de vida?
¿Cómo sería esa hora, la más larga o las más corta de mi vida?
¿Me queda todavía una hora de vida?
En mi corazón llevo escrita una máxima, que por desgracia, incumplo más de lo que quisiera: "Vive como si fuera el último minuto de tu vida pero como si fueras a vivir eternamente".
Me viene a la cabeza una historia, que seguro estará por internet y que recopile hace ya algunos años

Un experto asesor de empresas en Gestión del Tiempo quiso sorprender a los asistentes a su conferencia.
Sacó de debajo del escritorio un frasco grande de boca ancha. Lo colocó sobre la mesa, junto a una bandeja con piedras del tamaño de un puño y preguntó:


¿Cuantas piedras piensan que caben en el frasco?


Después de que los asistentes hicieran sus conjeturas, empezó a meter piedras hasta que llenó el frasco. Luego preguntó:


¿Está lleno?


Todo el mundo lo miró y asintió. Entonces sacó de debajo de la mesa un cubo con gravilla. Metió parte de la gravilla en el frasco y lo agitó. Las piedrecillas penetraron por los espacios que dejaban las piedras grandes. El experto sonrió con ironía y repitió:


¿Está lleno?


Esta vez los oyentes dudaron:


Tal vez no.


¡Bien!


Y puso en la mesa un cubo con arena que comenzó a volcar en el frasco. La arena se filtraba en los pequeños recovecos que dejaban las piedras y la grava.


¿Está lleno? preguntó de nuevo.


¡No!, exclamaron los asistentes.


Bien, dijo, y cogió una jarra de agua de un litro que comenzó a verter en el frasco. El frasco aún no rebosaba.


Bueno, ¿qué hemos demostrado?, preguntó.


Un alumno respondió:


Que no importa lo llena que esté tu agenda, si lo intentas, siempre puedes hacer que quepan más cosas.


¡No!, concluyó el experto: lo que esta lección nos enseña es que si no colocas las piedras grandes primero, nunca podrás colocarlas después. ¿Cuales son las grandes piedras en tu vida? Tu salud, tu familia, tus amigos .... Recuerda, ponlas primero. El resto ya encontrará su lugar.

¿Cuales son las grandes piedras de mi vida? ...
¿Y de la tuya...?





lunes, 18 de septiembre de 2006

Acercándome pausadamente al lecho...

A Indah...


El viejo sabe y no puede,
el joven puede y no sabe.


Las siguientes palabras están inscritas en la tumba de un obispo (1100 d.c.) en la cripta de la abadía de Westminster:
Cuando yo era joven y libre y mi imaginación no conocía límites, soñaba con cambiar el mundo. A medida que me fui haciendo mayor y más prudente, descubrí que el mundo no cambiaría, de modo que acorté un poco la visión y decidí cambiar solamente mi páis.
Pero eso también parecía inamovible.
Al llegar a mi madurez, en un último y desesperado intento, decidí avenirme a cambiar solamente a mi familia, a los seres que tenía más próximos, pero ¡ay! tampoco ellos quisieron saber nada del asunto.
Y ahora que me encuentro en mi lecho de muerte, de pronto me doy cuenta: " Sólo con que hubiera empezado por cambiar yo mismo", con mi solo ejemplo habría cambiado a mi familia.
Y entonces, movido por la inspiración y el estímulo que ellos me ofrecían, habría sido capaz de mejorar mi país y quién sabe si incluso no hubiera podido cambiar el mundo.

jueves, 7 de septiembre de 2006

Donde hay huella


A quien corresponda



No hay olvido donde hay huella
aunque el silencio sea largo y profundo…

Sigo esperando que vuelvan
las sirenas que secuestran al sol
mientras llora desconsoladamente el mar.
Y escuchar de tu voz un secreto
que empieza y nunca acaba,
que va y viene,
y se va…

Y que vengas…
porque necesitas contarme tantas cosas:
los veranos de tranquilón y alfalfa,
los otoños de vides,
los inviernos de abrigo,
y las madrugadas oscuras,
oscuras como para pescar estrellas;
y el cansancio…
ese cansancio de no saber
y saberte tan lejos…
…y, a la vez,
tan cerca.

Sigilosa te asomas, como siempre, a mi ventana
y percibo
tu sombra y tu sonrisa,
tu perfume y tu silencio,
tu luz callada y tu voz rota
tu impaciente paciencia,
tu discreción y tu respeto.

Hoy quiero romper este silencio
profundo y largo
porque no hay olvido
donde hay huella.

Joshua Naraim



miércoles, 23 de agosto de 2006

Uno aprende...

"No pierdo el ánimo,
porque cada intento fallido que dejo atrás
es un nuevo paso adelante"
Thomas Alva Edison

Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia, entre sostener una mano y encadenar un alma.
Y uno aprende que el amor no significa recostarse y una compañía no significa seguridad.
Y uno empieza a aprender que los besos no son contratos y los regalos no son promesas.
Y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos.
Y uno empieza a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno del mañana es demasiado inseguro para planes, y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.
Y después de un tiempo, uno aprende que si es demasiado, hasta el calorcito del sol quema.
Así uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar que alguien le traiga flores.
Y uno aprende que realmente uno puede aguantar, que realmente uno es fuerte, que uno realmente vale.
Y uno aprende y aprende, y con cada adiós uno aprende....

Jorge Luís Borges

jueves, 3 de agosto de 2006

Wislawa Szymborska

A Mar,

Wislawa Szymborska (Polonia, 1923)

Escritora y premio Nobel polaca, considerada una de las voces más originales de la poesía contemporánea de su país. Nació en un pueblo de la provincia de Pozman, pero se trasladó, junto con su familia, en 1931, a Cracovia, lugar al que siempre ha estado ligada. Su primer libro publicado fue Busco la palabra (1945), pero no empezó a conseguir reconocimiento literario hasta la aparición, en 1952, de su poemario Por eso vivimos, que fue seguido de Preguntas planteadas a una misma (1954), ambos en la línea historicista propia del realismo socialista imperante en ese momento, fruto de su admiración por el poeta ruso Vladimir Maiakovski y del rechazo a los horrores de la ocupación nazi en Polonia. A partir de 1956, se desarrolla en Polonia, como en otros países del área soviética, un sentimiento nacionalista en el que participan activamente muchos intelectuales que buscan una vía para condenar y superar todo lo que fue el periodo stalinista. Szymborska opta por una reflexión personal e intimista que le devuelva un equilibrio espiritual. En esta línea escribe Llamada a Yeti (1957) que es un ajuste de cuentas con su propio dogmatismo anterior. La crítica vio en el Yeti a Iósiv Stalin. Le siguen Sal (1962), en la que se plantea la vida humana como parte de todo un proceso universal, escrita con un fino humor y sobriedad; y después, Cien consuelos (1967), Gran número (1976), Gente en el puente (1986) y Fin y principio (1993), en los que ya aparece perfilado su estilo intimista, irónico, paisajístico y existencialista. La obra de Wislawa Szymborska está considerada como una lírica impregnada de duda metódica con claras intenciones éticas, al estilo del poeta español Antonio Machado; da la casualidad que también como él, se sirve de versos cortos, estrofas clásicas y léxico común, y con estos elementos consigue unos poemas de gran hondura y fuerza. Por el conjunto de su obra, que no es muy numerosa, recibió en 1996, el Premio Nobel de Literatura.

BAJO UNA PEQUEÑA ESTRELLA

Que me disculpe la coincidencia por llamarla necesidad.
Que me disculpe la necesidad, si a pesar de ello me equivoco.
Que no se enoje la felicidad por considerarla mía.
Que me olviden los muertos que apenas si brillan en la memoria.
Que me disculpe el tiempo por el mucho mundo pasado
por alto a cada segundo.
Que me disculpe mi viejo amor por considerar al nuevo
el primero.
Perdonadme, guerras lejanas, por traer flores a casa.
Perdonadme, heridas abiertas, por pincharme en el dedo.
Que me disculpen los que claman desde el abismo el disco
de un minué.
Que me disculpe la gente en las estaciones por el sueño
a las cinco de la mañana.
Perdóname, esperanza acosada, por reírme a veces.
Perdonadme, desiertos, por no correr con una cuchara de agua.
Y tú, gavilán, hace años el mismo, en esta misma jaula,
inmóvil mirando fijamente el mismo punto siempre,
absuélveme, aunque fueras un ave disecada.
Que me disculpe el árbol talado por las cuatro patas de la mesa.
Que me disculpen las grandes preguntas por las pequeñas
respuestas.
Verdad, no me prestes demasiada atención.
Solemnidad, sé magnánima conmigo.
Soporta, misterio de la existencia, que arranque hilos de tu cola.
No me acuses, alma, de poseerte pocas veces.
Que me perdone todo por no poder estar en todas partes.
Que me perdonen todos por no saber ser cada uno de ellos,
cada una de ellas.
Sé que mientras viva nada me justifica
porque yo misma me lo impido.
Habla, no me tomes a mal que tome prestadas palabras patéticas
y que me esfuerce después para que parezcan ligeras.

Versión en español de Abel A. Murcia


domingo, 30 de julio de 2006

Creativos Culturales: ¿Y tú qué sabes?



TRES PALABRAS

Cuando pronuncio la palabra Futuro
la primera sílaba pertenece ya al pasado.

Cuando pronuncio la palabra Silencio, lo destruyo.

Cuando pronuncio la palabra Nada
creo algo que no cabe en ninguna no existencia.

Wislawa Szymborska

¿Y TÚ QUÉ SABES?

A mi juicio una película interesante para ver con ojo crítico y prudente y, sobre todo, para meditar sobre su contenido y las preguntas que encierra:

¿Por qué seguimos cometiendo los mismos errores?
¿Por qué seguimos relacionándonos con el mismo tipo de gente?
¿Por qué seguimos teniendo el mismo trabajo?
En este infinito mar de potencial que nos rodea, ¿cómo podemos seguir creando el mismo tipo de realidades?
¿Es posible que estemos tan condicionados por nuestro día a día, tan condicionados en la manera en que creamos nuestras vidas que nos acogemos a la idea de que no tenemos control de todo esto en absoluto?
En esta película descubriremos que en el momento que podamos explicarnos lo que está ocurriendo dentro de nosotros,seremos capaces de cambiar lo que sucede a nuestro alrededor.

Siguiendo la historia de Amanda (Marlee Matlin), la película se sumerge en el fantástico mundo de Alicia en el País de las Maravillas con sus encuentros casuales y sus fenómenos inexplicables. Ya que su vida empieza a desmoronarse, Amanda se va dando cada vez más cuenta del incierto mundo que se esconde tras lo que consideramos nuestra realidad. A través de este viaje, Amanda descubre que mirar dentro de este mundo, en lugar de simplemente observarlo, hará que su vida no vuelva a ser la misma.

Esta película se ha hecho pensando en un grupo de individuos llamados Creativos Culturales, que buscan algo más en la vida. Este grupo de creativos tienen una visión del mundo, unos valores y un estilo de vida diferente que les lleva a buscar diversos cambios culturales.
Estos Creativos Culturales están cansados de las películas para hombres que sólo proporcionan altas dosis de adrenalina. También de las películas femeninas que sólo ofrecen falsas esperanzas de paraísos románticos. Están buscando algo que ofrezca los conceptos más provocadores de la creación de ideas del modo más divertido.

Esta lista puede darnos una idea sobre qué es un Creativo Cultural:

1. Amas la Naturaleza y estás profundamente concienciado con su destrucción.
2. Eres consciente de los problemas de todo el planeta (el calentamiento global, la destrucción de los bosques, la sobrepoblación, la explotación de la gente en los países más pobres) y quieres que se actúe más para solucionarlos.
3. Pagarías más impuestos y comprarías más caros los bienes de consumo si de algún modo pudieras saber que el dinero se destinaría a limpiar el medioambiente y a parar el calentamiento global.
4. Das mucha importancia a desarrollar y mantener las relaciones personales.
5. Das mucho valor a ayudar a los demás y ofrecerles todo lo que tienes.
6. Participas como voluntario en una o más buenas causas.
7. Te preocupas intensamente por el desarrollo psicológico y espiritual,
8. Ves la espiritualidad o la religión como algo muy importante en tu vida pero eres consciente del papel del Derecho Religioso en la Política.
9. Quieres la igualdad de la mujer en el trabajo y más mujeres liderando en los negocios y la política.
10. Estás sensibilizado con la violencia y el abuso de las mujeres y los niños en todo el mundo.
11. Quieres que nuestros políticos y el gobierno pongan más énfasis en la educación y el bienestar de los niños, en reconstruir nuestros barrios y comunidades y en crear un futuro ecológicamente sostenible.
12. Estás descontento tanto con los partidos políticos de derechas como los de izquierdas y quieres encontrar algo nuevo que no está exactamente en el centro.
13. Tiendes a ser de alguna manera optimista sobre el futuro y desconfías del punto de vista cínico y pesimista ofrecido por los medios de comunicación.
14. Quieres verte involucrado en crear una manera de vivir nueva y mejor en nuestro país.
15. Eres consciente de todo lo que las grandes compañías están haciendo por tan solo obtener beneficios: problemas medioambientales, explotación de los países más pobres.
16. Tienes tus ahorros bajo control y no malgastas el dinero.
17. No te gusta el énfasis de la cultura moderna en el éxito y en cómo obtenerlo, en conseguir y en gastar, en la riqueza y en los lujos.
18. Te gusta la gente y los lugares exóticos y te gusta experimentar y aprender sobre otras formas de vivir.

Si estás de acuerdo con 10 o más de estas afirmaciones, probablemente seas unCreativo Cultural.

domingo, 23 de julio de 2006

Proverbios de la tradición sufí


PROVERBIOS DE LA TRADICIÓN SUFÍ

Vuestra alegría es vuestra tristeza con máscara.
Y el mismo pozo que origina vuestra risa
se puebla a menudo de vuestras lágrimas.
Gibran Khalil Gibran

Para una hormiga, una tormenta es una lluvia torrencial.

Existe la falsificación debido a que existe algo que es real.

Aquel que ha hecho una puerta y un cerrojo, también ha hecho una llave.

La sal no es atacada por las hormigas.

Una mano y un pie no aplauden juntos.

La falta de respuesta es en sí misma una respuesta.

Un beso robado no se devuelve fácilmente.

Si golpeas tu mano contra una piedra, no esperes más que dolor.

Pasará, sea lo que sea.

Como el azúcar no es arsénico, muchas tumbas están llenas.

Coge una abeja amablemente y aprenderás las limitaciones de la amabilidad.

Se necesita viajar mucho hasta que el hombre crudo alcanza su madurez.

La paciencia es amarga, pero produce un dulce fruto.

Un día el lobezno se convertirá en lobo, aunque se haya criado entre los hijos del hombre.

Mejor el demonio que te hace progresar, que el ángel que te amenaza.
Conoce tu medida.

Si quieres convertirte en calígrafo: Escribe, escribe y escribe.

Valiente es el ladrón que lleva una lámpara en su mano.

Nada es barato sin una razón.

jueves, 20 de julio de 2006

Gotas de agua


GOTAS DE AGUA


Cualquier papel es bueno para guardar un océano.
En pequeños trozos de papel recojo las frases,
las ideas y los pensamientos que me salen al paso,
inesperadamente.
Cuando hago limpieza los tiro,
ya han dejado su poso
y cumplido su misión.
Pero a veces se convierten en gotas de agua
y vuelven en forma de lluvia a prosegir su ciclo de etermidad
Joshua Naraim

El pasado siempre está presente


La vida es lo que hacemos de ella.
El mundo que vemos no es el mundo,
sino lo que somos.


El mundo no anda mal por la maldad de los malos
sino por la indiferencia
y la apatía de los buenos.


En los ciclos no existe el principio
Y en las espirales no existe el final.
La vida es sólo otra forma de ser.


Palabras con duende:
Catarsis, sabiduría, ágape, serenidad, armonía...


A veces no nos dan a escoger entre las lágrimas y la risa,
sino solo entre las lágrimas,
y entonces,
hay que saber decidirse por las más hermosas.


Quod nunc ratio est, impetus ante fuit.


Hay muchas clases de amores,
tantas como mujeres existen


El ojo y la mente deben estar en disciplina constante,
concentrados en captar el sentido de la imagen,
que ofrece la realidad
a través de una composición formal rigurosa


El poder judicial no suele ser humilde,
el poder ejecutivo no suele ser eficaz
y el poder legislativo no suele ser interesante.
Por eso el pueblo no puede ser feliz…


La desesperanza esta fundada en lo que sabemos:
que es nada,
y la esperanza en lo que ignoramos:
que es todo.

martes, 18 de julio de 2006

Subrayados : Tratado de Armonía (II)


  • La mejor educación es ejercer el ejemplo; pero un ejemplo natural, persistente, sobrehumano a veces. Un ejemplo que reproduzca las invariables constantes de la naturaleza. Que un maestro o un padre sean ejemplares para los niños como lo son los arquetipos: el otoño, el alba y el ocaso, el crecimiento del árbol, el curso del agua entre las duras rocas.
  • Para el escritor no existe reconocimiento mayor que el que le ofrece el lector anónimo, ese lector apartado, sin poder de ningún tipo; ese lector -dicho sea con todos los honores- que no existe. El creador arroja su palabra nueva al océano de la noche y, en la orilla apartada, el anónimo lector recoge el mensaje, sintoniza con la palabra revelada. No otro es el fin de la creación: encontrar un espejo claro y anónimo donde reflejar la palabra inspirada.
  • Casualmente descubro en un texto infantil la siguiente frase, aparentemente superficial y ligera: "Si buscas algo que no haya en este mundo, corre, ríe, canta, baila. Canta, amor, baila; baila, amor, canta; ríe, amor, corre; corre, amor, ríe". Parece sólo un simple trabalenguas, pero derviches y sufíes no hubieran ejemplificado mejor con palabras la práctica de ser feliz con absoluta despreocupación.
  • En todo paraíso siempre habita una serpiente. Lo que se trata es de saber dónde está agazapada.
  • Escribir en la página en blanco y, al hacerlo, irnos dando cuenta de que estas palabras -estos signos- durarán más que nosotros, serán más resistentes al paso del tiempo que toda nuestra compleja maquinaria corpórea. Sentirse derrotados por el signo, ¿no es terrible?

(Subrayados en el libro "Tratado de Armonía" de Antonio Colinas)

sábado, 15 de julio de 2006

Subrayados I: Tratado de Armonía

El secreto del río era hablar en voz alta.
Todo lo que a uno le parece que son problemas muy gordos
suenan absurdosen cuanto se dicen en voz alta.
yo nunca lo pude hacer...
(De "Roma" film de Adolfo Aristaráin)

  • La prisa es una carrera hacia la muerte. La lentitud detiene el tiempo, ensancha el instante, propaga a vida en armonía.
  • Para ahorrarnos muchas fuerzas y alguinos disgustos hay que tener presente que al necio siempre se le convence con hechos y nunca con palabras. Y si estos hechos vienen avalados por el paso del tiempo -si el necio descubre la verdad tardíamente y por su cuenta-, mucho mejor
  • El confucianismo es una doctrina adecuada para moverse en sociedad. El taoísmo es la doctrina perfecta para movernos dentro de nosotros mismos. Confucio nos ayuda a "ir tirando" y guardar las formas. Lao Tse nos ayuda a ser felices con todas las consecuencias.
  • cuanto más arriba se ascienda en la montaña de la vida (o del reconocimiento) más huracanados son los vientos que azotan. Esta es una verdad incuestionabñe. Pienso, sin embargo, que lomás díficil no es aguantar, impertérrito, los fuertes vientos de la cima. Lo más difícil es bajar de la montaña a tiempo.
  • El verso es la palabra originaria, fundadora; palabra que reproduce el ritmo del mundo. Por eso, al leer el verso, al respirar las palabras, respiramos el ritmo y la música del mundo. Y nuestro pecho se inflama entonces de eternidad musical.

(Subrayados en el libro "Tratado de Armonía" de Antonio Colinas)

lunes, 29 de mayo de 2006

Escritura para guitarra y deudas



Hay tres cosas en la vida
que cuando se van
jamás regresan:
El tiempo,
las palabras
y las oportunidades.

Escritura para guitarra y deudas

Esto de escribir es una cosa sedentaria en la que uno se enfrenta a la soledad de la gramática con un café, un cigarrillo, algunos recuerdos y la sensación de que lo mejor que puede ocurrir con su columna es que el pescadero envuelva con ella los mejores desperdicios de la tienda. De joven me parecía que los escritores eran unos señores extravagantes y misteriosos que te-nían siempre a mano una frase original con la que llamar la atención en los círculos sociales y que con un poco de suerte algunos incluso se podían permitir una vida cómoda y sin privaciones, recorriendo mundo y pagando holgadamente con su autógrafo la cuenta del hotel. Con el tiempo llegó el desengaño, que es un sentimiento que de paso que te enriquece el alma, te arruga descaradamente el rostro. De la escritura viven desahogadamente unos cuantos y el resto van tirando como buenamente pueden mientras haya alguien que les publique sus artículos en un periódico a cuyos lectores lo que verdaderamente les importa es que por el precio del ejemplar les regalen una camiseta, cien gramos de pistachos o una funda dental. En los bares de copas el escritor brilla de manera esporádica y circunstancial y deja de hacerlo cuando sus frases resultan menos interesantes que el ruido y sobre todo porque hay un momento de la alta madrugada en la que lo que cuenta no es lo bien que escribas, sino que sepas tocar el piano, la guitarra o los timbales, de modo que te vuelves a casa con la decepcionante sensación de que para triunfar en ciertos ambientes culturales, lo que cuenta no es el lenguaje o la sintaxis, muchacho, sino que sepas tocar las maracas. Has estado perdiendo el tiempo sentado frente al teclado mientras te engordaban las dioptrías, la saliva y las piernas. "Será mejor que desistas de la literatura y salgas de paseo para rebajar peso, amigo", te recomiendan. Conozco a un escritor que renunció a sus aspiraciones literarias para no seguir engordando. Salió durante dos meses de caminata con la excusa social de pasear al perro. De regreso a la báscula comprobó que sólo había perdido peso al suprimir la ropa de invierno y que quien de verdad había adelgazado era el jodido perro, que pesaba menos que la correa... Entonces claudicó y regresó a la ingrata faena de escribir, que es un hábito tan solitario como la masturbación, aunque no tan húmedo, y por lo general, menos divertido. Hay escritores que tienen la desgracia de engordar y la responsabilidad añadida de que escriben una prosa tan gruesa, que, por leerla sentados, incluso le engordan los lectores. En el caso de Antonio Gala, como es un dulce escritor como de confitería, sus lectores lo que cogen es azúcar en sangre. Ni que decir tiene que en el caso de Sánchez Dragó, algunos de sus textos más profundos son perfectos si te intriga descubrir por qué algunos editores no tienen reparo alguno en tirar su dinero editando cemento con un prólogo de plomo. En cambio hay que ver lo que le ocurrió a Oscar Wilde, un tipo carnal, lujurioso y rebosante de talento al que apartaron del éxito porque los puritanos ingleses no soportaban que escribiese como Dios un tipo con los vicios del Diablo, de modo que acabó en la prisión de Reading y de allí salió para el exilio y murió como un mendigo, con el culo lleno de semen y de pupas, como si se hubiese resignado a esperar la gloria sentado en el regazo de un mulo excitado, después de haber comprobado en su propia carne, maldita sea, que el de escribir es un hermoso trabajo en el que puede ocurrir que te llegue el éxito a tiempo de que a tu viuda la quieran por el juvenil dinero de tu cadáver. Es distinto en mi caso. Ni tengo el talento de Oscar Wilde, ni comparto al pie de la letra sus vicios. Tal vez por eso me conformo con redactar cualquier cosa que no parezca escrita a guitarra en la tez de una pandereta. Así son las cosas, muchacho. Tengo sentido de la realidad. Por eso no aspiro a que en mi funeral alguien se levante a recitar un verso de Whithman; me conformo con que mi barman no cometa la desfachatez de leer mis facturas sin citar al autor...

Jose Luis Alvite

lunes, 22 de mayo de 2006

Escorzos


A mi musa, porque ella sabe
quién es y dónde está…

“Somos infalibles en nuestra elección de amantes, especialmente cuando necesitamos a la persona equivocada. Y ésa es, por supuesto, la adecuada para algo: para castigarnos, intimidarnos, defraudarnos, darnos por muertos o, lo peor de todo, darnos la impresión de que no es inadecuada, sino prácticamente perfecta, para de este modo colgarnos en el limbo del amor”
Hanif Kureishi

“Una historia de amor consiste en encontrar
la pieza que encaja perfectamente con la que tú tienes,
y una de dos,
o tienes el azar de tu parte
o te construyes una pieza a tu medida”

R era más pequeña que J, pero a J le gustaba verla más grande. Era su manera particular de rendirle tributo, una manera de demostrarle sus sentimientos, de sentirse más cerca de los poetas.

Si la rizada melena de R se movía al compás del viento, J veía las lianas de una selva virgen y hermosa.

Si R lo miraba con sus ojos color de miel, J veía dos panales de luz capaces de alimentar una vida entera.

Si R sonreía con su boca perfilada de una forma dulce y soberbia, J imaginaba un anzuelo lleno de carne viva en el que era inevitable dejarse atrapar.

Si R lo acariciaba con sus manos largas y aniñadas, J sentía en su piel una brisa marina y salina, llena de nota de mil músicas.

Si R posaba sus labios en los de J, él se dejaba llevar por aquella catarata de brasas húmedas crepitando en un tiempo detenido.

Si R desnudaba su pecho, J imaginaba una playa de arena finísima con dos caracolas blancas.

R era más pequeña que J. pero en J era tan grande como un universo.

De “Escorzos”. Juan Carlos Vellido

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