domingo, 11 de marzo de 2007

Regalos que dejan huella

Pensando en Wendy emocionado y agradecido,
brindando con ella por el comienzo de mi otoño,
y gozando lentamente de su perenne y paciente amistad.
¡Va por nosotros, Wendy!



Son las 00:00 horas del día 7 de marzo del año 52 dJN. Abro mi pequeña ventana al mundo y ahí estás tú como siempre, con tu homenaje, tu cariño y tu sensibilidad. ¡Nunca una persona tan lejos ha estado tan cerca! Como una estrella tu luz, tu brillo y tu belleza hechiza mi pupila

Joshua Naraim




Dedicado con todo mucho cariño a mi Amigo del Alma
que esta semana comienza a transitar el otoño de su vida,
lo que sólo es un cambio de estación prácticamente imperceptible.
Amigo...¡¡¡TQM J.N.!!!!
Wendy


Muere lentamente quien no viaja,
quien no lee,
quien no oye música,
quien no encuentra gracia en sí mismo.
Muere lentamente
quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.
Muere lentamente
quien se transforma en esclavo del hábito
repitiendo todos los días los mismos
trayectos,
quien no cambia de marca,
no se atreve a cambiar el color de su
vestimenta
o bien no conversa con quien no
conoce.
Muere lentamente
quien evita una pasión y su remolino
de emociones,
justamente estas que regresan el brillo
a los ojos y restauran los corazones
destrozados.
Muere lentamente
quien no gira el volante cuando esta infeliz
con su trabajo, o su amor,
quien no arriesga lo cierto ni lo incierto para ir
detrás de un sueño
quien no se permite, ni siquiera una vez en su vida,
huir de los consejos sensatos...
¡Vive hoy!
¡Arriesga hoy!
¡Hazlo hoy!
¡No te dejes morir lentamente!
¡NO TE IMPIDAS SER FELIZ!

Texto de Pablo Neruda.



A pesar de ser verano está lloviendo, un día gris que invita al recogimiento y a la intimidad. Me encuentro en la más pequeña habitación de mi casa, la que más frecuento: donde trabajo; donde sueño despierto; donde leo, escribo, veo cine o escucho música. La habitación tiene dos ventanas: la más grande da a la calle, la más pequeña da al mundo. Desde esta última te percibo, te vislumbro y te adivino, allá, muy lejos, allende los mares; pero a la vez cercana, próxima en el espíritu y en la intención.

Mientras escribo estas letras Ella Fitzgerald y Louis Armtrong desgranan “Summertime”, una música que internamente me emociona y el jazz inunda la estancia dándole un aire de romántico garito. Muy cerca una barrita de incienso perfuma el ambiente con un toque de esotérica espiritualidad.

Escancio una copa de rioja y mojo los labios es un imaginario brindis, pensándote: ¡Va por vos!

Esta noche mi soledad está celosa por vuestra presencia.

Wendy







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