...dejo que mis ojos recorran espacios de un mundo aún no nacido;
adopto la posición del silencio, de la neutralidad;
no quiero mezclarme en sus batallas y, sin ningún remordimiento,
los abandono a su suerte de náufragos.
Indah.
adopto la posición del silencio, de la neutralidad;
no quiero mezclarme en sus batallas y, sin ningún remordimiento,
los abandono a su suerte de náufragos.
Indah.
Resuenan los ecos de otras voces: Indah, Joan Manuel, Eduardo. Escuchemos su melodía:
Barquito de papel
sin nombre, sin patrón
y sin bandera
navegando sin timón
donde la corriente quiera.
Aventurero audaz
jinete de papel
cuadriculado
que mi mano sin pasado
sentó a lomos de un canal.
Cuando el canal era un río,
cuando el estanque era el mar
y navegar
era jugar con el viento
era una sonrisa a tiempo
fugándose feliz
de país en país
entre la escuela y mi casa.
Después el tiempo pasa
y te olvidas de aquel
barquito de papel.
Barquito de papel
en qué extraño arenal
han varado
tu sonrisa y mi pasado
vestidos de colegial.
Joan Manuel Serrat
sin nombre, sin patrón
y sin bandera
navegando sin timón
donde la corriente quiera.
Aventurero audaz
jinete de papel
cuadriculado
que mi mano sin pasado
sentó a lomos de un canal.
Cuando el canal era un río,
cuando el estanque era el mar
y navegar
era jugar con el viento
era una sonrisa a tiempo
fugándose feliz
de país en país
entre la escuela y mi casa.
Después el tiempo pasa
y te olvidas de aquel
barquito de papel.
Barquito de papel
en qué extraño arenal
han varado
tu sonrisa y mi pasado
vestidos de colegial.
Joan Manuel Serrat
.
Hola. Yo tengo un barquito de papel. No es gran cosa, pero es mío, y lo sé manejar.
El problema es que no tiene ni vela, ni motor; y la mayoría del tiempo viaja a la deriva, por donde la marea de la vida lo lleve. Aunque a veces uso cualquier cosa que me sirva de vela y así viajo a favor del viento. Claro que esto tiene sus desventajas: el viento no siempre me lleva por buen camino. Entonces saco la mano, la sumerjo en las frías aguas y me pongo a remar, dándole dirección... pero voy lento y muchas veces me pierdo de puro distraído que soy.
Sólo allí es cuando realmente uno todas mis fuerzas, respiro hondo y soplo... soplo como nunca antes, encaminándome velozmente hacia buen puerto. Pero, como no podía ser de otra manera, esto también trae su desventaja: el hacerlo me agota, y sabiendo esto, muchas veces no me propongo a realizar estas maniobras, y así es como sigo sin rumbo, dejándome estar.
Claro que no viajo solo, no. Están todos mis amigos y familiares. Que, al haber tormenta, ellos son los primeros en ayudarme a remar para que no se hunda mi barquito de papel. También me ayudan a buscar un destino propicio. De otro modo, cualquier destino puede ser engañoso, al no tener ningún mapa que me oriente.
Además, existe una balsa, detrás, llevando mis amores pasados y amigos que ya no están. No me resigno a dejarlos ahogarse en el frío océano, por eso los llevo conmigo aunque no quieran o no puedan subir a bordo. La até con una cuerda cortita, para mantenerlos cerca. En caso de que necesiten ayuda, con que emitan un leve suspiro ya los escucho y trato de estar ahí, dando una vuelta a mi timón.
Como ya dije, no es gran cosa, pero es mío y lo quiero tal como es. Las aventuras vividas aquí arriba no tienen comparación, no es que sean proezas inigualables, es que las vivo yo y para mi, junto a mis seres queridos.
Así que ya saben, están todos invitados a mi barquito, que aunque sea de papel, es muy amplio y hay lugar para todos.
Cuando vean en alguna bocacalle un barquito de papel, no lo pisen! Puede ser mi barquito, o el de otra persona, tratando de buscar una vereda donde de el sol siempre y nunca se acabe el agua.
Dedicado a todos aquellos que me soportan día a día, sin que les importen mis defectos. ¡Gracias por remar junto a mi!
El problema es que no tiene ni vela, ni motor; y la mayoría del tiempo viaja a la deriva, por donde la marea de la vida lo lleve. Aunque a veces uso cualquier cosa que me sirva de vela y así viajo a favor del viento. Claro que esto tiene sus desventajas: el viento no siempre me lleva por buen camino. Entonces saco la mano, la sumerjo en las frías aguas y me pongo a remar, dándole dirección... pero voy lento y muchas veces me pierdo de puro distraído que soy.
Sólo allí es cuando realmente uno todas mis fuerzas, respiro hondo y soplo... soplo como nunca antes, encaminándome velozmente hacia buen puerto. Pero, como no podía ser de otra manera, esto también trae su desventaja: el hacerlo me agota, y sabiendo esto, muchas veces no me propongo a realizar estas maniobras, y así es como sigo sin rumbo, dejándome estar.
Claro que no viajo solo, no. Están todos mis amigos y familiares. Que, al haber tormenta, ellos son los primeros en ayudarme a remar para que no se hunda mi barquito de papel. También me ayudan a buscar un destino propicio. De otro modo, cualquier destino puede ser engañoso, al no tener ningún mapa que me oriente.
Además, existe una balsa, detrás, llevando mis amores pasados y amigos que ya no están. No me resigno a dejarlos ahogarse en el frío océano, por eso los llevo conmigo aunque no quieran o no puedan subir a bordo. La até con una cuerda cortita, para mantenerlos cerca. En caso de que necesiten ayuda, con que emitan un leve suspiro ya los escucho y trato de estar ahí, dando una vuelta a mi timón.
Como ya dije, no es gran cosa, pero es mío y lo quiero tal como es. Las aventuras vividas aquí arriba no tienen comparación, no es que sean proezas inigualables, es que las vivo yo y para mi, junto a mis seres queridos.
Así que ya saben, están todos invitados a mi barquito, que aunque sea de papel, es muy amplio y hay lugar para todos.
Cuando vean en alguna bocacalle un barquito de papel, no lo pisen! Puede ser mi barquito, o el de otra persona, tratando de buscar una vereda donde de el sol siempre y nunca se acabe el agua.
Dedicado a todos aquellos que me soportan día a día, sin que les importen mis defectos. ¡Gracias por remar junto a mi!
Eduardo Battaglia
3 comentarios:
QUIZA TU BARCO, MUCHAS VECES SEA FRAGATA SIN QUE TE DES CUENTA, PORQUE POR PRIMERA VEZ TE LEO Y ME HE EMBARCADO MUY A GUSTO...Y COMO DECIS, HAY LUGAR PARA TODOS...HEME AQUI, DEGUSTANDO DE TUS PAISAJES OCEANICOS O TUS MARISMAS...SALUDOS DEL FONDO, ALLA BAJO DEL GLOBO TERRAQUEO.
No sé cómo explicarlo. No sé cómo expresarlo. Me he quedado... puff, sin palabras, joshua.
Es una sensación muy especial y muy difícil de explicar, la que produce ver un trocín de texto que reconoces como tuyo, y sabes que lo es aunque no sepas salir del asombro que te produce, citado.
Pero, Dios mío, es imposible que el eco de mi voz se escuche junto al de Joan Manuel Serrat ni al de Aute. Ellos son pura sensibilidad, mejor dicho, ellos son sensibilidad en estado puro.
Gracias.
Acabo de darme cuenta que debo frecuentar asiduamente Freelandia, un paseo por esas islas me ayudarìa a volver un poco màs libre, màs plena...Gracias por ese lugar, gracias por saber dar de lo que te dà tu rico archipièlago.
Publicar un comentario