domingo, 22 de mayo de 2005

Por senderos olvidados con un anciano indio

"Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestras maneras.
Una parte de la tierra es igual para él que cualquier otra parte,
pues es un extraño que llega de noche y toma de la tierra lo que necesita.
La tierra no es su hermana sino su enemiga — y una vez conquistada, se larga.
Jefe Seattle de los Suquamish, 1853


ORACION LAKOTA

Wakan Tanka, Gran Misterio,
enséñame a confiar
en mi corazón,
en mi mente,
en mi intuición,
en mi sabiduría interna,
en los sentidos de mi cuerpo,
en las bendiciones de mi espíritu.
Enséñame a confiar en estas cosas,
para que pueda entrar en mi Espacio Sagrado
y amar más allá de mi miedo,
y así Caminar en Equilibrio
con el paso de cada glorioso Sol.

Para los Lakota, el Espacio Sagrado es el espacio
entre la inhalación y la exhalación.
Caminar en Equilibrio es tener el Cielo (espiritualidad)
y la Tierra (fisicalidad) en Armonía.

Sobre Libertad y Honor

Lo más importante para la gente blanca es la libertad. Lo más importante para los indios es el honor.
El mundo blanco pone todo el poder arriba. Cuando alguien llega a la cumbre, tiene el poder de quitarte tu libertad. En sus iglesias hay alguien a la cabeza. En sus escuelas también. En su gobierno. En sus negocios. Siempre hay alguien en la cumbre, y esa persona tiene el derecho de decir si eres bueno o malo. Les perteneces. Con razón los americanos siempre se preocupan por su libertad. ¡Tienen tan poca! Si no la protegen, alguien se las quitará.
Cuando ustedes llegaron entre nosotros, no podían entender nuestras maneras. Querían encontrar a la persona de arriba. Querían encontrar las cercas que nos limitaban. Su mundo estaba hecho de jaulas y pensaban que el nuestro también lo estaba.
Todo parecía una jaula. Sus ropas los entallaban como jaulas. Sus casas parecían jaulas. Colocaban cercas en sus patios y parecían jaulas. Todo era una jaula. Ustedes convirtieron la tierra en una jaula. Pequeños cuadros. Y luego formaron un gobierno para proteger esas jaulas. Y el gobierno era sólo jaulas. La única libertad que tenían era dentro de su propia jaula. ¡Y luego se preguntaban por qué no eran felices y por qué no se sentían libres!
Nosotros nunca pensamos así. Todos éramos libres. No hacíamos jaulas de las leyes ni de la tierra. Nosotros creíamos en el honor. Para nosotros, el hombre blanco parecía un ciego caminando: sabía que estaba en el camino equivocado cuando se tropezaba con la orilla de una de sus jaulas. Nuestra guía estaba adentro, y no afuera. Era el honor. Era más importante para nosotros saber lo que estaba bien, que saber lo que estaba mal.
Observábamos a los animales y veíamos lo que era apropiado. Veíamos cómo cada animal tenía sabiduría, y tratábamos de aprender esa sabiduría. Observábamos cómo se llevaban entre ellos y cómo criaban a sus pequeños. No buscábamos lo que estaba mal. En lugar de eso, siempre nos esforzábamos por hacer lo que estaba bien. Y esa búsqueda era lo que nos mantenía en el buen camino, no las reglas ni las cercas. Queríamos honor para nosotros mismos y para nuestras familias.
La libertad sólo es importante cuando otros están tratando de encadenarte. Nosotros no teníamos cadenas, así que no necesitábamos libertad. Siempre habíamos tenido nuestra libertad, así que ustedes no tenían nada de valor para darnos. Lo único que podían hacer era quitárnosla y luego regresárnosla en forma de jaulas.Ustedes nos quitaron nuestro honor y nos dieron su libertad. E incluso ustedes mismos saben que eso no es libertad en absoluto. Es simplemente la libertad de vivir dentro de sus propias jaulas cerradas.

Extractos del libro
"Neither Wolf nor Dog. On Forgotten Roads with an Indian Elder"
("Ni Lobo ni Perro. Por Senderos Olvidados con un Anciano Indio")
por Kent Nerburn
New World Library, 1994
Resumen y traducción de Cheryl Harleston

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