lunes, 30 de mayo de 2005

Dos historias de amor

Elsa Mora. Martí enamorado


Dedicado a UMA desde Freelandia


Grandes son las jarras de la tristeza 
en las manos mortales.
Antonio Gamoneda

De vez en cuando me sentía inquieto y los deseos me atormentaban. Creía no poder resistir verla junta a mí sin estrecharla entre mis brazos. También esto lo notaba enseguida. Una vez estuve varios días sin aparecer; por fin volví confuso y ella me condujo a un lado y me dijo:
-No debe usted entregarse a deseos en los que no cree. Sé lo que desea- Pero tiene que saber renunciar a esos deseos o desearlos de verdad. Cuando llegue a pedir con plena seguridad de que su deseo va a ser cumplido, éste será satisfecho. Sin embargo, usted desea y al mismo tiempo se arrepiente de ello con miedo. Hay que superar eso. Voy a contarle una historia.


 Y me contó la historia de un muchacho enamorado de una estrella. Adoraba a su estrella junto al mar, tendía sus brazos hacía ella y le dirigía todos sus pensamientos. Pero sabía o creía saber, que una estrella no puede ser abrazada por un ser humano. Creía que su destino era amar a una estrella sin esperanza; y sobre esta idea construyó todo un poema vital de renuncia y de sufrimiento silencioso y fiel que habría de purificarle y perfeccionarle. Todos sus sueños se concentraban en la estrella. Una noche estaba de nuevo junto al mar, sobre un acantilado, contemplando la estrella y ardiendo de amor hacia ella. En el momento de mayor pasión dio unos pasos hacia delante y se lanzó al vacío, a su encuentro. Pero en el instante de tirarse pensó que era imposible y cayó a la playa destrozado. No había sabido amar. Si en el momento de lanzarse hubiera tenido la fuerza de creer firmemente en la realización de su amor, hubiese volado hacía arriba a reunirse con su estrella.
-El amor no debe pedir –dijo-, ni tampoco exigir. Ha de tener la fuerza de encontrar en sí mismo la certeza. En ese momento ya no se siente atraído, sino que atrae el mismo. Sinclair: su amor se siente atraído por mí. El día que me atraiga a sí, acudiré. no quiero hacer regalos. Quiero ser ganada.


Un tiempo después me contó otra historia. Se trataba de un enamorado que amaba sin esperanza. Se refugió por completo en su corazón y creyó que se abrasaba de amor. El mundo a su alrededor desapareció; ya no veía el azul del cielo ni el bosque verde; el arroyo ya no murmuraba, su arpa no sonaba; todo se había hundido, quedando él pobre y desdichado. su amor , sin embargo, crecía; y prefirió morir y perecer a renunciar a la hermosa mujer que amaba. Entonces se dio cuenta de que su amor había quemado todo lo demás, de que tomaba fuerza y empezaba a ejercer su poderosa atracción sobre la hermosa mujer, que tuvo que acudir a su lado. Cuando estuvo ante él, que la esperaba con los brazos abiertos, vio que se transformaba por completo; y, sobrecogido, sintió y vio que había atraído hacia sí a todo el mundo perdido. Ella se acercó y se entregó a él: el cielo, el bosque, el arroyo, todo le salió al encuentro con nuevos colores frescos y maravillosos; ahora le pertenecía, hablaba su lenguaje. Y en vez de haber ganado solamente una mujer, tenía el mundo entero entre sus brazos y cada estrella del firmamento ardía en él y refulgía gozosamente en su alma. Había amado y, a través del amor, se había encontrado a sí mismo. La mayoría ama para perderse.



De "Demian". Hermann Hesse

4 comentarios:

UMA dijo...

joshua!!!!!
esque hoy no puedo con mis emociones!! mi libro de cabecera, mi autor favorito...y una dedicatoria para mì...me he quedado pasmada!!!!UN GRACIAS ASI DE GRANDE, AMIGO MÌO!No puedo creer el poder de la palabra es infinito, no sabes cuanto me llega al alma!
un abrazo

Joshua Naraim dijo...

Hesse, con Demian, Shiddarta y el Lobo Estepario me abrieron, hace ya muchos años, la maravillosa puerta de la literatura. Desde su descubrimiento muchos han sido los amigos -los libros- que me han acompañado, entretenido y ayudado a crecer. Los primeros amores son dificiles de olvidar: ¡Hesse tambien!

Joshua Naraim dijo...

Gracías UMA, por tu peremne presencia. Emocionarte es un lujo, un privilegio y quizá el resultado de una "simpatía" que atraviesa océanos, continentes y culturas.

Anónimo dijo...

JOSHUA: Me desayuno contigo en las mañanas, atravesando ocèanos y continentes llegan tus palabras a esta alma mìa àvida de consuelos...Gracias Siempre.

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails