"Alrededor de la hembra solar
aún sigue girando oscuro el universo"
José Ángel Valente
-¿De qué va? –preguntó de improviso.
De inmediato supe a qué se refería. Le miré: el gorro de piel y la solapa alzada del chaquetón casi le ocultaban la cara; en sus ojos no había rastro de lágrimas, pero me pareció que estaba sonriendo.
¿De qué va el qué? –dije.
-La novela -contestó.
-Ah, eso –dije con un gesto a la vez suficiente y despreocupado, como si la inexplicable displicencia de Rodney respecto e ese asunto no hubiese sido causa de que yo suspendiera nuestros encuentros en Treno’s-. Bueno, en realidad todavía no estoy muy seguro…
-Me gusta –me interrumpió Rodney.
-¿Qué es lo que te gusta? –pregunté, atónito.
-Que aún no sepas de qué va la novela –contestó-. Si lo sabes de antemano, malo: sólo vas a decir lo que ya sabes, que es lo que sabemos todo. En cambio, si aún no sabes lo que quieres decir pero estás tan loco o tan desesperado o tienes el coraje suficiente para seguir escribiendo, a lo mejor acabas diciendo algo que ni siquiera tu sabías que sabías y que sólo tú puedes llegar a saber, y eso a lo mejor tiene algún interés. –Como de costumbre, no supe si Rodney hablaba en serio o en broma, pero en esta ocasión no entendí ni una sola de sus palabras. Rodney debió notarlo, porque, echando a andar de nuevo, concluyó-: Lo que quiero decir es que quien siempre sabe a dónde va nunca llega a ninguna parte, y que sólo se sabe lo que se quiere decir cuando ya se ha dicho.
De inmediato supe a qué se refería. Le miré: el gorro de piel y la solapa alzada del chaquetón casi le ocultaban la cara; en sus ojos no había rastro de lágrimas, pero me pareció que estaba sonriendo.
¿De qué va el qué? –dije.
-La novela -contestó.
-Ah, eso –dije con un gesto a la vez suficiente y despreocupado, como si la inexplicable displicencia de Rodney respecto e ese asunto no hubiese sido causa de que yo suspendiera nuestros encuentros en Treno’s-. Bueno, en realidad todavía no estoy muy seguro…
-Me gusta –me interrumpió Rodney.
-¿Qué es lo que te gusta? –pregunté, atónito.
-Que aún no sepas de qué va la novela –contestó-. Si lo sabes de antemano, malo: sólo vas a decir lo que ya sabes, que es lo que sabemos todo. En cambio, si aún no sabes lo que quieres decir pero estás tan loco o tan desesperado o tienes el coraje suficiente para seguir escribiendo, a lo mejor acabas diciendo algo que ni siquiera tu sabías que sabías y que sólo tú puedes llegar a saber, y eso a lo mejor tiene algún interés. –Como de costumbre, no supe si Rodney hablaba en serio o en broma, pero en esta ocasión no entendí ni una sola de sus palabras. Rodney debió notarlo, porque, echando a andar de nuevo, concluyó-: Lo que quiero decir es que quien siempre sabe a dónde va nunca llega a ninguna parte, y que sólo se sabe lo que se quiere decir cuando ya se ha dicho.
Javier Cercas. La velocidad de la luz.
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