domingo, 12 de agosto de 2007

El largo viaje entre mi mente y mi corazón (I)

CRISÁLIDA
Jenniefher Weissenberg Gandhi


En el lila despertar de una crisálida que sueña compartir contigo el milagro Infinito de la Vida
y que más allá de la oscuridad que todo lo penetra llena de soles su propia noche.

En la profunda certeza de que el Amor es color a las alas de la mariposa y poesía al sueño del que espera.



I


He nacido al amanecer de medianoche,
la oscuridad penetrando cada esquina,
la gente corriendo de prisa hacia ningún lado.


Castillos de arena que las olas se llevan.
Teatros que se montan y desmontan,
actores que igual mueren, lloran o aman,
vestidos de harapos o de seda.


Luces, colores, formas, claroscuros,
marionetas que cuelgan de los sueños de otros
que sueñan soñar.


He nacido al límite del abismo
en el tierno regazo de un ángel,
entre dioses de barro y oraciones de fuego,
en el dejarse ir por tan sólo no estar.


He sentido perder la eternidad en un instante,
en la gota de miel que sacia los labios
mientras los días y las noches de nuestras vidas
pasan y se van.


En el dolor profundo de un cuerpo que teje su vida
entre la esperanza y el miedo,
entre la incertidumbre y la fe.


En el azar de uno o todos los caminos,
las puertas que se abren
y las cimas
y los abismos
y las lágrimas
y las sonrisas que se confunden
en una borrachera de libertad.


En el interior de una columna hueca
y en la noche que se adentra oscura
en todo lo que amanece.


La vida sin vida es un profundo grito callado,
un sueño sin despertar.
La eternidad de una estrofa que se repite hasta que te quedas en silencio y no encuentras sino el eco de tu propio lamento.


Letanía de un canto sacro en un templo sin puertas ni ventanas.


Un funeral,
un féretro,
el ir y venir en el vacío,
en la soledad de una noche que pintas de colores
y disfrazas de placeres para poder escapar.


Mientras la verdadera Vida es el regalo generoso de la bondad infinita de un amor que todo lo trasciende.


Y es música cuando callas
y paisaje cuando cierras los ojos
y es comunión cuando te das cuenta
que eres la vibrante nota de una sinfonía eterna y maravillosa,
que une todos los tiempos
y todas las historias
y todas las melodías en la profunda oración de tu propia alma.


Y es regalo y es prueba...
y camino abierto y estrecho.
La majestad de un océano que encierra
todos sus misterios en el dulce milagro de una gota.


La comunión profunda entre la crisálida y la mariposa,
entre las estrellas y la noche,
entre el rocío y el amanecer.


Y es transparente y eterna...
y es la plegaria sagrada de todos los corazones.
Las alas abiertas de una gaviota que se entrega al viento de la tarde y al azul del océano.


Y es el canto anhelante de las almas que buscan.


Es luz en la oscuridad y fuego en la nieve
y sonrisa en la tempestad
y esperanza en la puerta que se cierra.


Es pasión cuando se ama
y es dolor en la espera
y es paciencia en el dolor.


Y es el deseo profundo de entregar todo hasta quedarse vacío de uno y lleno de un Infinito amor.


Es caminar descalzo besando las espinas y las piedras
y cortar flores silvestres para llenar de amor todas las mesas
y es postrarse desnudo ante Su mirada y amarle sin miedo a amar
y agradecer el dolor que se convierte en manto
y nada más desear que lo que amas sea cubierto de paz, aunque tu propia paz vuele por una ventana
y una espina te haga derramar tu propia sangre,
para que la rosa blanca sea roja,
para que lo invisible sea esencial al corazón.


Es el misterio infinito de una eternidad que se teje con los hilos sagrados de la sombra y la luz.


Y es la bendición más grande
y la más hermosa prueba
y el camino sagrado que hay que recorrer tantas veces,
para regresar al hogar del cual nunca nos hemos ido.

2 comentarios:

Carz dijo...

A veces la paciencia proactiva es único camino, junto a la certeza de los sentimientos.

Un abrazo, Joshua.

panteraenlanoche dijo...

Hay tan bellos sentimientos expresados con palabras que admiro, reconozco y siento.Me llaman la atención estas frases:

Mientras la verdadera Vida es el regalo generoso de la bondad infinita de un amor que todo lo trasciende.

Y es música cuando callas
y paisaje cuando cierras los ojos
y es comunión cuando te das cuenta
que eres la vibrante nota de una sinfonía eterna y maravillosa,
que une todos los tiempos
y todas las historias
y todas las melodías en la profunda oración de tu propia alma...

...La comunión profunda entre la crisálida y la mariposa,
entre las estrellas y la noche,
entre el rocío y el amanecer.

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