Me desnudo poco a poco, suavemente,
de los días, de las horas que estuviste;
me quedo con la última mirada
y guardo en los cajones de mi armario
las caricias, los besos y las lágrimas,
las sombras de ese pino que buscábamos,
las notas del nocturno desgranadas,
el tacto de tus manos en mi espalda
y la risa entrecortada de mis labios…
la luna bañándote la cara.
Me quedo con la última mirada
y cierro ya la página del libro
que a solas me leías.
Me desnudo poco a poco suavemente
de tu risa, de tu amor, de tus palabras,
de la noche en esa playa silenciosa,
de la brisa, del dolor, de la nostalgia,
y me quedo
con la última mirada.
Lola
1 comentario:
En el largo camino de la no-presencia yo intento mantener en la memoria lo vivido, no cerrar la puerta de un portazo y pensar que nada es definitivo.
A mí me sirve.
Un abrazo
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