A_Letter_to_Alessandra-William Whitaker
Escribo porque me salva, porque es lo único que me queda, porque fija un sonido, unas luces, el final de un acto de amor, el escenario de unas horas de deseo. Escribo porque están conmigo los que ya nunca estarán, porque bajo al mar desde la mesa donde apoyo la cuartilla y me quedo quieto en la memoria de un cuerpo, y prolongo unas voces hasta perder la noción del tiempo (días y años juntos, apretados en un instante que me deja sin defensa). Escribo porque al abrir el seno de una palabra encuentro la iluminación última del beso, porque pronuncio a solas mi única verdad: ésa que después desmiento con mi vida. Escribo porque hay un llanto íntimo que me purifica desde que comienzo a hacer signos en el papel, porque poseo las cosas desde su respiración humana y puedo habitar aquello de lo que fui desterrado. Escribo para ser joven y alimentar una esperanza radical, para tener lo que no tengo y escuchar lo que nunca me dijeron. Escribo porque nunca fue más bello el engaño.
'El instinto poético se despertó en mí gracias a la percepción más aguda de la realidad, experimentando, con un eco más hondo, la hermosura y la atracción del mundo circundante. Su efecto era, como en cierto modo ocurre con el deseo que provoca el amor, la experiencia, dolorosa a fuerza de intensidad, de salir de mí mismo, anegándome en aquel vasto cuerpo de la creación. Y lo que hacía aún más agónico aquel deseo era el reconocimiento tácito de su imposible satisfacción'
Cernuda
Cernuda
Escribo porque me salva, porque es lo único que me queda, porque fija un sonido, unas luces, el final de un acto de amor, el escenario de unas horas de deseo. Escribo porque están conmigo los que ya nunca estarán, porque bajo al mar desde la mesa donde apoyo la cuartilla y me quedo quieto en la memoria de un cuerpo, y prolongo unas voces hasta perder la noción del tiempo (días y años juntos, apretados en un instante que me deja sin defensa). Escribo porque al abrir el seno de una palabra encuentro la iluminación última del beso, porque pronuncio a solas mi única verdad: ésa que después desmiento con mi vida. Escribo porque hay un llanto íntimo que me purifica desde que comienzo a hacer signos en el papel, porque poseo las cosas desde su respiración humana y puedo habitar aquello de lo que fui desterrado. Escribo para ser joven y alimentar una esperanza radical, para tener lo que no tengo y escuchar lo que nunca me dijeron. Escribo porque nunca fue más bello el engaño.
De La rosa inclinada (poesía 1976- 2001), Madrid, Calambur, 2001).
Javier Lostalé
Javier Lostalé
6 comentarios:
(citar para comentar, mal principio) me hizo recordar a José Emilio Pacheco,
DICHTERLIEBE "La poesía tiene una sola realidad: el sufrimiento./ Baudelaire lo atestigua.....",
con esta afirmación me veo reflejada, como todo mortal... y en parte me repugna, quizá por su certeza ineludible.
continua más delante:
"Y esto por otra parte garantiza / la supervivencia amenazada de un arte / que pocos leen y al parecer / muchos detestan, / como una enfermedad de la concencia, un rezago / de tiempos anteriores a los nuestros /..."
escribir tiene un efecto purificador y salvador
leer lo escrito por otros, cuando se logra una asomarse al alma, un efecto devastador...
se reinicia así el ciclo: des-velar lo no asumido en una desde la lectura, que a su vez requerirá nueva limpieza
(que me extendí mucho esta vez)
un beso
(has recibido mis correos?)
¿Y compensa?
Olimpia.
Si, he recibido tus correos issazul. ¿Y tú mis respuestas?
No estoy de acuerdo en que la poesía tenga una sola realidad: el sufrimiento. La poesía esta en todo: en la vida e incluso en la muerte; en el dolor y en el sufrimiento, pero también en el gozo y en la alegría; en la belleza e incluso en la fealdad; todo depende de que nuestros ojos del alma la sepa descifrar.
Si compensa, Olimpia, y sobre todo ayuda a clarificar el magma interno. Además, cuando uno relee lo escrito hace años se da cuenta de la evolución que ha padecido casi sin enterarse; es una especie de fotografía que deja testimoio de lo que fuimos y ya no somos aunque nos creamos inmutables.
es cierto, la belleza es la más accesible de las poesías
aun así el texto de J. Lostalé me evoca algo de sufrimiento (una actitud sacrificial)
no he recibido las respuestas,
estoy atenta
beso
NUnca he querido ser la de ayer, ni anteayer, prefiero ser diferente y escribir en muchos caso para darme cuenta que aún puedo sorprenderme.
Deje de hacerlo tanto tiempo que no se si fue para mejor el cambio, y al fin y al cabo me dá lo mismo.
No quiero preguntarme por que lo hago.
gracias por tu visita.
Olimpia.
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