lunes, 29 de agosto de 2005

La mirada del maestro


Relacionarme con los demás me suponía un gran esfuerzo
pues sentía que me imponían sus necesidades
y me quitaban mi espacio;
además, acostumbrado a no tener relaciones habituales,
evitaba todo tipo de conversaciones
que revelaran mis sentimientos.

La mirada del maestro


…el Lama Wangchuk me invitó a tomar un té. Aproveche para plantearle mis dudas. Sin más preámbulos, le pregunté abiertamente qué era lo que frenaba mi progreso.

-Lo primero es creerte víctima de las circunstancias –respondió el lama-. Mientras sigas sintiendo que no tienes poder para lograr la felicidad, no llegarás a nada.

…el lama siguió hablando.

-También te crees que la vida es muy larga y que puedes posponer tus responsabilidades. No te das cuenta de que la mente cambia muy lentamente y necesita mucho tiempo. Y tú te vas a morir.

-Medita, a menudo, en la naturaleza efímera de todo –dijo- y en la muerte. Así irás desarrollando una actitud más realista y vital. Además, observar la muerte te ayudará a comprender con más claridad la parte de ti que nunca va a morir.

-No es posible obtener nada sin haber creado la causa –siguió diciendo-. Estás convencido de que la causa principal de tu felicidad es externa a ti y no entiendes que no es así. La felicidad futura debes crearla ahora; además, sólo podrás obtenerla actuando con bondad y respeto. Meditar en ello te ayudará a no engañarte y asumir la responsabilidad por todo lo que te acontece.

-Tampoco te das cuenta de que los placeres sensoriales terminan y además generan mucha insatisfacción. Las personas somos complicadas y las relaciones cambian. Analiza con detenimiento la naturaleza de tu existencia y desarrolla las cualidades de tu mente. Así podrás descubrir la felicidad imperecedera que buscas.

-Con relación a los demás –continuó, tras una pausa-, tienes demasiadas creencias. Todas ellas te vuelven inseguro, tímido, prepotente y vanidoso… Te limitan. Divides el mundo en tres grupos de personas: tus amigos, tus enemigos y los extraños, y eso te impide relacionarte de verdad. Todos somos iguales, todos deseamos ser felices y nadie quiere sufrir.

-Y hay algo más –dijo- lo más importante. Examina tu vida y verás que los momentos de mayor infelicidad y sufrimiento coinciden con los de más egoísmo, y que todos tus males y dificultades son consecuencia de ello. Aun cuando te parezca que la bondad y el amor te hacen vulnerable y frágil, son las actitudes más provechosas y benéficas. El amor libera y el egoísmo limita.

Juan Manzaneda




1 comentario:

UMA dijo...

Alto Mago!Bellìsimo post, me conmueve.

Que la felicidad se nos estarà vedada si no fuese que nos nutrimos de los otros y del poder de ser "ìntimos"... y el revelar los sentimientos es un gozo profundo que nos enriquece.
El Amor libera.
El Amor no es un mero intercambio de emociones y sentimientos, sino una ofrenda absoluta de lo que somos o de lo que podemos ser(y lo mejor que podemos ser) la entrega de todos nuestros actos de voluntad, pensamientos, de todos nuestros impulsos y sentimientos.

El Amor todo lo puede.
El Amor todo lo transforma.
El Amor es todo para el Amor.
Còmo me gusta!
Muchìsimas gracias por este regalo.
Bicos y Ternura mi Alto Mago;))
PD:Siempre se sigue aprendiendo y meditando con usted, se acerca mimar un poco a su Montaña -hoy- de madrugada;)

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