domingo, 24 de abril de 2005

Y MIRARSE A LOS OJOS

Han pasado los vientos
y mirarse a los ojos no es sencillo.

Vivir esta ciudad
es pisar un jardín de tachaduras,
la presencia infrectada de lo que ya no existe,
de lo que fue recinto de invierno
o refugio del sol,
teatro de las lluvias y de los conocidos.

Recorrer la memoria de las habitaciones
es provocar la niebla del interrogatorio.
Y no deben hablar, pero se anulan
en un silencio turbio
que delata el pasado de las sombras pacíficas,
los cristales hirientes por donde pisa el orden,
las botellas guardadas en mensajes vacíos.

Porque apago las horas
con el interruptor de los olvidos
y retumban los pasos en el sótano.
Imagínate tú, la habitación,
las llaves en la puerta,
los tacones que cruzan el pasillo,
la cremallera seca
y el cuerpo que no ofrece libertad,
sino cansancio,
calor de más, excusas previsibles.
Así llegan los sueños,
mártires descentrados de un corazón maníatico.

Han pasado las leyes del honos y la vida,
las mejores palabras,
y mirarse a los ojos no es sencillo.

Luis García Montero

1 comentario:

indah dijo...

"Y no deben hablar, pero se anulan
en un silencio turbio
que delata el pasado de las sombras pacíficas,
los cristales hirientes por donde pisa el orden,
las botellas guardadas en mensajes vacíos."

Realmente, Joshua, consigues que lea y después haya de hacer un gran esfuerzo para no morirme de envida. ¡Ay!, si yo pudiese explicar qué se siente, con esa sensibilidad, con esa facilidad que hasta parece fácil.

Gracias. Me quejo. Pero los disfruto :)

indah

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