sábado, 30 de abril de 2005

ENSÉÑAME, AMOR

"Yo concibo el espíritu como el olor de una rosa; que siendo ella tan
pequeña por mayor que sea, él puede hacer una rosa del tamaño de la luz
del día o de la sombra de la noche."
Juan Ramón Jiménez



Enséñame, amor, la permanencia de lo amado en el amor.
Enséñame el aire que mesa las hojas de los sauces
y el lento vuelo de los álamos por las aguas frías.
Enséñame a vivir como una alondra en las ramas de tu aire,
vivir como un beso en la tarde de azahar que vive en ti.
Enséñame la fuerza del río en los montes y la suave
fe de los frutos que se ignoran a sí mismos para ser fruto.
Enséñame la eterna sabiduría del bosque en marzo,
la belleza de lo que no tiene nombre y vive en la sonrisa.
Enséñame a soñar con el tranquilo aroma de tu abrazo,
a ser rosal de calma y lluvia en la tormenta que me niega.
Enséñame en tu cuerpo la palabra; en tu piel, la alegría;
en tu beso, la libertad; en tu ausencia, el fuego de la ausencia.
Enséñame el asombro, a correr por la soledad como un canto,
a sentarme en los árboles y los ríos y permanecer,
a ser algo más que tristeza, carne y brevedad fundidas,
a ser llama de tu llama y paz en la paz de tu cuerpo.
Enséñame a elevar los montes sobre el río, a elevar playas
sobre la nieve, el desencanto, el desasosiego y el olvido.
Enséñame tu cuerpo. Enséñame la vida con tus manos.
Enséñame, amor, hoy que es otoño, a parecerme a la vida.

Sara Pujol Russell

1 comentario:

indah dijo...

Caray. La conocía por el prólogo que escribió para "En el viento, hacia el mar"; bueno, ya sabes, el libro de Julia Uceda que fue Premio Nacional de Poesía 2003. Pero no había leído ningún poema suyo. Magnífico.

indah

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails