¿Quién tiene más poder: el que domina los despachos o el que domina su vida?
¿Qué es mejor: tener peso en la sociedad o tenerlo en tu casa?
¿Quién es más listo: el que tiene la nómina y el coche blindados o el que trabaja su horario y disfruta de la caña diaria o del paseo vespertino?
El trabajo sólo es una realización en su justa medida.
Los hombres que tienen una agenda frenética viven lo que les plantean sus secretarias.
Casi no saben qué será de ellos al día siguiente.
Dicen que todo tiene sus plazos, como las malditas hipotecas.
Hay momentos para exprimirte y dar todo de ti y otros para mirar cómo se exprimen los demás.
Lo peor de entregarte en cuerpo y alma es que te olvidas de mirar hacia dentro, casi te olvidas de quién eres y de por qué haces todo lo que haces.
El auténtico poder lo disfruta el que domina sus horas, el que sabe que una sonrisa es una cometa al viento.
Cierto es que nuestra sociedad necesita líderes.
Pero yo me quedo con los trabajadores honrados, con los profesionales que hacen su trabajo como amanuenses, que cumplen a la perfección, sin vanidades, y se marchan a sus casas para disfrutar de su otra vida:
la auténtica.
César Casal
¿Qué es mejor: tener peso en la sociedad o tenerlo en tu casa?
¿Quién es más listo: el que tiene la nómina y el coche blindados o el que trabaja su horario y disfruta de la caña diaria o del paseo vespertino?
El trabajo sólo es una realización en su justa medida.
Los hombres que tienen una agenda frenética viven lo que les plantean sus secretarias.
Casi no saben qué será de ellos al día siguiente.
Dicen que todo tiene sus plazos, como las malditas hipotecas.
Hay momentos para exprimirte y dar todo de ti y otros para mirar cómo se exprimen los demás.
Lo peor de entregarte en cuerpo y alma es que te olvidas de mirar hacia dentro, casi te olvidas de quién eres y de por qué haces todo lo que haces.
El auténtico poder lo disfruta el que domina sus horas, el que sabe que una sonrisa es una cometa al viento.
Cierto es que nuestra sociedad necesita líderes.
Pero yo me quedo con los trabajadores honrados, con los profesionales que hacen su trabajo como amanuenses, que cumplen a la perfección, sin vanidades, y se marchan a sus casas para disfrutar de su otra vida:
la auténtica.
César Casal
6 comentarios:
Detesto el poder.
Porque esos hombres tienen vedad una parte de su cerebro.
No llegan, no alcanzan, porque la omnipotencia los ciega.
Buen texto.
Yo prefiero otra clase de poder, eso està claro.
Bicos y ternura, Alto Mago
Mi estimado cómplice:
Te he otorgado un premio.
Acude a mi blog, para recogerlo, por favor.
Un beso,
Vesta, desde mi corazón
Siempre pensé que el poder no lo tienen los líderes gritones sino los que saben compartir secretos, susurros, sutilezas... O será que prefiero creer eso.
Buenos días, mi estimado cómplice:
Empiezo a estar preocupada por ti. Supongo que algo ha de ocurrirte para que lleves tanto tiempo sin publicar nada y la posibilidad de que incluso, no hayas pasado por tu blog.
Confío que tanto tu familia como tú os encontréis bien de salud y que este paréntesis de tu presencia, sea por pura decisión personal.
Te dedico un pensamiento positivo y te ofrezco mi energía por si te hiciera falta.
Cuidate mucho y vuelve pronto, por favor.
Un besito,
Vesta, desde mi corazón.
Mi estimado cómplice:
Nuevamente vengo a visitarte pero, esta vez, para comunicarte que has sigo premiado (sí, una vez más) por mi persona y que tus dos premios están esperándote en mi blog, para que los recojas y lo traigas a casita.
Enhorabuena y espero que no te demores. Un besito,
Vesta, desde mi corazón.
¡Qué Dios te bendiga, siempre alma de luz!
¡Bendito seas por hacer que esta alma, vuele hacia la felicidad, al reencuentro consigo misma!
No sé qué puedo decirte para agradecer tus palabras y tus lindos sentimientos hacia mi; siempre me quedaría corta. Pero algo sí que puedo decirte: ¡tú si que eres un GRAN premio para mi!
¡Qué afortunada soy porque tus hermosas palabras y tus nobles sentimientos, se tropezaran conmigo, un día!
Gracias con todo mi corazón y con toda mi alma.
Confío que estéis todos bien aunque os seguiré mandando mi energía y mis pensamientos positivos, por si os hiciera falta.
Mi cariño, mi admiración y mi gratitud,
Vesta, desde mi corazón.
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