El anciano debiera ser como la luna,
un cuerpo opaco destinado a dar luz.
Hay un anciano ante una senda vacía. Nadie regresa de la ciudad lejana; sólo el viento sobre las últimas huellas.
Yo soy la senda y el anciano, soy la ciudad y el viento.
Antonio Ganoneda ("Libro del frío")
2 comentarios:
Hay caminos que son sólo de ida hasta que dejan de serlo.
Un abrazo
A veces uno se siente asì, sin ser del todo sabio:)
Solo tal vez.
Un besazo Alto Mago
Bicos y Ternura
Publicar un comentario