Algunos optan por el yoga, otros por la meditación, otros por los spas...
son muchas las fórmulas para la búsqueda del bienestar que se han puesto de moda.
Sin embargo, un estudio de la Universidad de Carolina del Norte
son muchas las fórmulas para la búsqueda del bienestar que se han puesto de moda.
Sin embargo, un estudio de la Universidad de Carolina del Norte
sostiene que la mejor terapia para hacernos sentir mejor y garantizar una vida larga
es el método más antiguo que existe:
un abrazo.
es el método más antiguo que existe:
un abrazo.
EL ABRAZO (parte 6ª)
Cuatro pasos,
una sonrisa,
doscientas palabras que no sabes cómo enlazar,
cómo ordenar
y que salen por tus ojos,
por tu mirada,
-que siempre es más clara que tu boca en estos casos-.
Cuatro ojos que se siguen mirando,
dos a dos.
Y dos cuerpos que se acercan,
que se rozan,
que se unen como sin darse cuenta
en un abrazo.
En ese lazo de ternura
que lo envuelve todo.
Y por una eternidad,
-que nadie sabe cuánto dura
porque se paran todos los relojes del mundo-,
esas dos almas permanecen enlazadas,
unidas,
a salvo en esa protección mutua.
En ese santuario que crean los dos.
Todo se detiene,
todo es cálido, suave.
Plenitud completa del cariño.
Y esos brazos que se resisten
a soltar ese cuerpo que anhelan,
que se aferran al momento
como náufragos a sus tablas de madera.
Y caricias en la espalda como mariposas,
como chorros de agua tibia.
Mejilla con mejilla,
pensamientos paralelos
en el tiempo,
en la distancia
y en el sentimiento que lo llena todo.
Y dos cabezas que se hunden
en el hueco que dibujan el hombro y el cuello,
sin atreverse a salir de esa cueva,
sin atreverse a despegarse.
Más y más cerca.
Hasta que son la misma cosa.
Y laten juntos.
Y los brazos se abrazan fuertemente,
pero tan suave como si rozaran
con esas caricias que erizan la piel,
con esos besos que queman.
Y parece que no se van a soltar nunca.
No sólo aprietas tú,
no sólo sientes tú,
porque es él el que no suelta,
al que no le da miedo
que se note que aprieta,
que no quiere soltar.
Por un momento,
sienten lo mismo,
no hay duda.
No hay abrazo así
sin un sentimiento pegado,
es imposible,
sea cual sea...
esa es la magia.
Todo, mientras tanto,
sigue girando impasible,
alejadísimo,
y en una galaxia paralela.
Dentro de la burbuja de cristal
que se forma a su alrededor,
dos almas no quieren soltarse.
Y no se sueltan,
aunque los brazos poco a poco se aflojen,
aunque las manos se suelten lentamente...
aunque comience el aire a correr tímido
entre sus cuerpos aún calientes,
aún temblorosos.
Aunque vuelva a aparecer
el resto de la humanidad
otra vez ante sus ojos,
-como cuando abres los párpados
recién levantado, y todo es borroso-.
Aunque vuelvan a oír
el mundo en su trajín,
la gente que pasa,
el universo, del que por un rato
escaparon abrazados...
Porque de alguna manera,
ya están unidos.
Y ese abrazo en el alma
no se suelta,
hasta que ellos no quieran
dejar de abrazarse,
mientras sigan sintiendo esa magia
que les ha enlazado.
una sonrisa,
doscientas palabras que no sabes cómo enlazar,
cómo ordenar
y que salen por tus ojos,
por tu mirada,
-que siempre es más clara que tu boca en estos casos-.
Cuatro ojos que se siguen mirando,
dos a dos.
Y dos cuerpos que se acercan,
que se rozan,
que se unen como sin darse cuenta
en un abrazo.
En ese lazo de ternura
que lo envuelve todo.
Y por una eternidad,
-que nadie sabe cuánto dura
porque se paran todos los relojes del mundo-,
esas dos almas permanecen enlazadas,
unidas,
a salvo en esa protección mutua.
En ese santuario que crean los dos.
Todo se detiene,
todo es cálido, suave.
Plenitud completa del cariño.
Y esos brazos que se resisten
a soltar ese cuerpo que anhelan,
que se aferran al momento
como náufragos a sus tablas de madera.
Y caricias en la espalda como mariposas,
como chorros de agua tibia.
Mejilla con mejilla,
pensamientos paralelos
en el tiempo,
en la distancia
y en el sentimiento que lo llena todo.
Y dos cabezas que se hunden
en el hueco que dibujan el hombro y el cuello,
sin atreverse a salir de esa cueva,
sin atreverse a despegarse.
Más y más cerca.
Hasta que son la misma cosa.
Y laten juntos.
Y los brazos se abrazan fuertemente,
pero tan suave como si rozaran
con esas caricias que erizan la piel,
con esos besos que queman.
Y parece que no se van a soltar nunca.
No sólo aprietas tú,
no sólo sientes tú,
porque es él el que no suelta,
al que no le da miedo
que se note que aprieta,
que no quiere soltar.
Por un momento,
sienten lo mismo,
no hay duda.
No hay abrazo así
sin un sentimiento pegado,
es imposible,
sea cual sea...
esa es la magia.
Todo, mientras tanto,
sigue girando impasible,
alejadísimo,
y en una galaxia paralela.
Dentro de la burbuja de cristal
que se forma a su alrededor,
dos almas no quieren soltarse.
Y no se sueltan,
aunque los brazos poco a poco se aflojen,
aunque las manos se suelten lentamente...
aunque comience el aire a correr tímido
entre sus cuerpos aún calientes,
aún temblorosos.
Aunque vuelva a aparecer
el resto de la humanidad
otra vez ante sus ojos,
-como cuando abres los párpados
recién levantado, y todo es borroso-.
Aunque vuelvan a oír
el mundo en su trajín,
la gente que pasa,
el universo, del que por un rato
escaparon abrazados...
Porque de alguna manera,
ya están unidos.
Y ese abrazo en el alma
no se suelta,
hasta que ellos no quieran
dejar de abrazarse,
mientras sigan sintiendo esa magia
que les ha enlazado.
(mañana un final apropiado...)
1 comentario:
"Dos a dos...
que se unen como sin darse cuenta
en un abrazo,
a salvo en esa protección mutua.
En ese santuario que crean los dos
pensamientos paralelos
Y parece que no se van a soltar nunca...esa es la magia.
Dos almas no quieren soltarse.
Y no se sueltan,
Y ese abrazo en el alma
no se suelta,
hasta que ellos no quieran
dejar de abrazarse,
mientras sigan sintiendo esa magia
que les ha enlazado."
Me lo guardo cual un regalo...Alto Mago, Mi Alto Mago...ver desde la montaña es ver claro.
Gracias, hoy, un abrazo en la eternidad esa en la que se paran los relojes del mundo;)
Bicos y ternura...hoy me deja 'polinstalada' y 'multinstalada' en un mundo que parece conocemos ambos.
PD: Su fiel lectora no deja de sorprenderse gratamente;)
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