domingo, 6 de febrero de 2011

¿Como hemos podido sobrevivir?


A los nacidos entre 1950 y 1075


La verdad es que no sé como hemos podido sobrevivir. ... a nuestra infancia. Aunque no todo tiempo pasado fue mejor. Porque fuimos la generación de la "espera"; nos pasamos nuestra infancia y juventud esperando.
Teníamos que hacer "dos horas de digestión" para no morirnos en el agua, dos horas de siesta para poder descansar , nos dejaban en ayunas toda la mañana del domingo hasta la hora de la comunión para... todavía no sé para que, los dolores se curaban esperando, "aguantaformo" se llamaba.
Pero... Mirando atrás, es difícil creer que estemos vivos: Nosotros viajábamos en coches sin cinturones de seguridad y sin airbag, hacíamos viajes hasta Salvacañete de 10-12h. con cinco personas en un 600 y no sufríamos el síndrome de la clase turista.
No tuvimos puertas, armarios o frascos de medicinas con tapa a prueba de niños.
Andábamos en bicicleta sin casco, eso sin contar con que hacíamos auto-stop. Más tarde en moto, sin papeles, y no la habíamos robado.
Los columpios eran de metal y con esquinas en pico, y jugábamos a "lo que hace la madre hacen los hijos", esto es a ver quien era el más bestia.


Pasábamos horas construyendo nuestros carros de rodamientos para bajar por la cuesta hasta el Nacimiento y sólo entonces descubríamos que nos habíamos olvidado de los frenos. Lo mismo hacían los más afortunados con los coches de pedales, pero tampoco tenían freno y les duraban 2 días.
Después de chocar con algún árbol, aprendimos a resolver el problema.
Jugábamos a "churro va" y nadie sufrió hernias ni dislocaciones vertebrales. Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el día, y sólo volvíamos cuando se encendían las luces de la calle.
Nadie podía localizarnos. No había móviles. Nos rompíamos los huesos y los dientes y no había ninguna ley para castigar a los culpables. Nos abríamos la cabeza jugando a guerra de piedras y no pasaba nada, eran cosa de niños y se curaban con mercromina y unos puntos. Nadie a quién culpar, sólo a nosotros mismos.


Tuvimos peleas y nos "esmorramos" unos a otros y aprendimos a superarlo.
Comíamos dulces y bebíamos refrescos, pero no éramos obesos. Si acaso alguno era gordo y punto.
Estábamos siempre al aire libre, corriendo y jugando. Compartimos botellas de refrescos, "minis" o lo que se pudiera beber y nadie se contagio de nada. Solo nos contagiábamos los piojos en el cole. Cosa que nuestras madres arreglaban lavándonos la cabeza con vinagre caliente.
No tuvimos Playstations, Nintendo 64, vídeo juegos, 99 canales de televisión, películas en vídeo, DVD, sonido surround, móviles, computadoras ni Internet. Nosotros tuvimos amigos. Quedábamos con ellos y salíamos. O ni siquiera quedábamos, salíamos a la calle y allí nos encontrábamos. Y jugábamos a las chapas, al peón, a las bolas, al taco, al rescate, a la taba..., en fin tecnología punta.
Íbamos en bici o andando hasta su casa y llamábamos a la puerta. ¡Imagínense!, sin pedir permiso a los padres, y nosotros solos, allá fuera, en el mundo cruel ¡Sin ningún responsable! ¿Cómo lo conseguimos?
Hicimos juegos con palos, perdimos mil balones de fútbol, y comimos pipas, y aunque nos dijeron que pasaría, nunca nos crecieron en la tripa ni tuvieron que operarnos para sacarlas.


Bebíamos agua directamente del grifo, sin embotellar y algunos incluso chupaban el grifo. Íbamos a cazar lagartijas y pájaros con la "escopeta de perdigones", antes de ser mayores de edad y sin adultos, ¡¡DIOS MÍO!!
En los juegos de la escuela, no todos participaban en los equipos. Los que no lo hacían, tuvieron que aprender a lidiar con la decepción.
Algunos estudiantes no eran tan inteligentes como otros y repitieron curso. ¡Qué horror, no inventaban exámenes extra! Veraneábamos durante 3 meses seguidos, y pasábamos horas en la playa sin crema de protección solar ISDIN 15, sin clases de vela, de paddle o de golf, pero sabíamos construir fantásticos castillos de arena con foso y pescar con arpón. Y ligábamos con las chicas persiguiéndolas para tocarles el culo, no en un chat diciendo ": )" ":D"":" "P".
Éramos responsables de nuestras acciones y arreábamos con las consecuencias. No había nadie para resolver eso. La idea de un padre protegiéndonos, si transgredíamos alguna ley, era inadmisible. ¡Ellos protegían las leyes! Tuvimos libertad, fracaso, éxito y responsabilidad, y aprendimos a crecer con todo ello.


No te extrañe que ahora los niños salgan gilipollas. Si tú eres de los de antes. ¡Enhorabuena!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues mira,por que antes eramos unos pocos,con los de los pueblos algunos más.Ahora somos demasiados, no solo españoles sino ciudadanos del mundo y dices que nadie se contagió.
Ahora existen sistemas preventivos para beber en grupo de una misma botella de agua,por eso de los contagios.Se llama Boquilla Personal puedes verlas en www.boquillapersonal.es
Y es que antes eramos unos pocos,ahora cualquiera te puede pegar la hepatitis B,la tuberculosis,los herpes como poco.
Y es que ANTES y AHORA ya no son ni parecidos. Donde iremos a parar dentro de 50 años.

gaia07 dijo...

¡Qué cosas! Todas aquellas vivencias que nadie se cuestionaba están casi olvidadas. Son las que harto, te hacen sonreír y dejar que se peguen el “morrazo”.

Sin embargo, más de una vez en mi niñez oí una realidad similar de mis antepasados más próximos. De la dureza de la vida, de la capacidad de inventiva sin materias y sin moldes, de la constante necesidad de sacar ambos pies de la miseria, y nos endurecimos, y sobrevivimos, y llegamos con su empuje a donde ellos sin sus fatigas pero cargados con las nuestras.

Y ahora ellos, las privilegiadas, ensalzadas, cuidadas y protegidas nuevas generaciones también se enfrentarán a sus fatigas, porque así es el mundo, porque por mucho que mejoremos situaciones, siempre, siempre, estaremos supeditados a la verdadera fatalidad, vivir soberanamente.

¡Qué placer leerte!

Un beso.

mateosantamarta dijo...

No estoy seguro de que no fuésemos más felices. Un abrazo. Pertenezco a esa generación y quizá tenía menos.

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