Era un hombre que, por su profesión,
cuando cometia errores eran siempre de bulto.
Me estoy refiriendo a un maletero
o porteur, eso depende
de la situación del sujeto respecto
a la cordillera pirenaica
quien, atendiendo por uno u otro nombre,
acababa deslomado cada día
de tanto descargar y cargar trenes.
Yo también cometo errores de bulto:
voy a abrazar tu cuerpo y me abraso en el aire,
voy apedir tequila y pronuncio te quiero,
voy a aspirar la brisa y estás en mi garganta.
Así acabo descorazonado cada noche
de tanto acarrear mi amor por todas partes:
un amor que no sé dónde dejar
cuando llega la tarde y tú no estás conmigo.
Ángel González
cuando cometia errores eran siempre de bulto.
Me estoy refiriendo a un maletero
o porteur, eso depende
de la situación del sujeto respecto
a la cordillera pirenaica
quien, atendiendo por uno u otro nombre,
acababa deslomado cada día
de tanto descargar y cargar trenes.
Yo también cometo errores de bulto:
voy a abrazar tu cuerpo y me abraso en el aire,
voy apedir tequila y pronuncio te quiero,
voy a aspirar la brisa y estás en mi garganta.
Así acabo descorazonado cada noche
de tanto acarrear mi amor por todas partes:
un amor que no sé dónde dejar
cuando llega la tarde y tú no estás conmigo.
Ángel González
3 comentarios:
Es mucho más triste cometer errores fuera del oficio.
No te pueden despedir y has de seguir cometiéndolos.
Una verdadera pena lo de Ángel.
Un abrazo.
La ausencia, siempre la ausencia carcomiendo nuestras plantas...
Un besazo, mi alto Mago
De bulto...no torpemente, sino inconscientemente. Mejor dicho, amateur de tanta ausencia.
Olimpia.
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