Yo estaré en tu pensamiento, no seré más que una sombra imprecisa;
habré existido en un instante en que la alegría y la piedad ardían en tus ojos.
Pero también quiero permanecer desconocido en ti.
Desconocido. Simplemente envuelto en tu felicidad.
Tú distraída en tu luz y yo apenas viviente en ella, y así, imperceptiblemente amado, esperar la desaparición.
Aunque quizá estamos ya separados por un hilo de sombra y cada uno está en su propia luz
Y la mía es la que tú vas abandonando.
Antonio Gamoneda
1 comentario:
Ah, qué gran poeta, sí señor. Lastima que su 'amistad' no haya permanecido desconocida, tal y como deseaba. No, no me importan sus amistades (tampoco las malas lenguas que aseguran saber el porqué de tanto y tan importante premio como ha recibido últimamente: el que tenga ojos que vea y el que tenga oídos que oiga). No me importan. Me gusta su poesía. Él me gusta menos :) En realidad... quizá estemos empatados, me temo que yo tampoco le gustaría demasiado :)))
Gracias, Joshua. Gracias.
¿Todo bien? ¿Todo en orden? Lo malo de estrenar maquinita es que se tarda bastante en instalar y configurar todos los programas que consideramos medio necesarios (no estoy segura de que lo sean :); si añadimos problemillas sin demasiada importancia, pues eso: tarde, mal y...
indah
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