Ayer tuve un sueño.
Era un día de niebla espesa,
niebla que atravesaba el alma,
que lo invadía todo.
La niebla se fue desdibujando,
sus formas se tornaron caprichosas,
salió el sol y apareciste tú:
mujer singular donde las haya:
tallada en dolor y vida,
en vida y dolor tallada.
El mar contempló la escena,
y sonreía cómplice de tanto encanto,
sus dientes de espuma enseño al viento,
el murmurar de olas elevo su canto.
Y entonces,
mujer de hierro y seda,
de risa y llanto,
me contaste un cuento,
el cuento de un mago,
de un mago bonachón y despistado,
que en ocas trasformaba a las princesas,
que en sus despistes creaba
un bosque encantado.
Y también me hablaste de una poeta
de nombre difícil, de nombre cerrado,
con versos heridos,
de esos que hieren
sin hacerte daño.
Y de un amor uruguayo,
de pluma bella y de ojos claros,
de cuento corto y de alma larga,
un amigo que te habla callado.
El mar y el viento escuchaban,
entre envidias y celos,
el cuento que me contabas
tu voz suave, cálida, entonada,
acariciaba mis oídos,
también acariciaba mi alma.
De cuando en cuando,
tímida, para no acostumbrarse a nada,
una caricia suave
se te escapaba,
y una risa, que enamoraba al viento
en el viento viajaba
para que el mar la escuchara
y sus olas se callarán.
Y el tiempo ya no fue tiempo,
fue eternidad concentrada,
un día fue sólo un momento,
un momento preñado de magia,
tus ojos buscaban mis ojos,
mis ojos los esquivaban,
que no quería perderme,
en el pozo de tu mirada.
Y desperté del sueño en un beso
esculpido por tus labios.
Abrí los ojos y estabas tú:
Mujer singular donde las haya:
tallada en dolor y vida,
en vida y dolor tallada.
Y te fuiste,
también el sol
y volvió la niebla.
Era una noche de niebla espesa,
niebla que atravesaba el alma,
que lo invadía todo.
... para seguir soñando.
Era un día de niebla espesa,
niebla que atravesaba el alma,
que lo invadía todo.
La niebla se fue desdibujando,
sus formas se tornaron caprichosas,
salió el sol y apareciste tú:
mujer singular donde las haya:
tallada en dolor y vida,
en vida y dolor tallada.
El mar contempló la escena,
y sonreía cómplice de tanto encanto,
sus dientes de espuma enseño al viento,
el murmurar de olas elevo su canto.
Y entonces,
mujer de hierro y seda,
de risa y llanto,
me contaste un cuento,
el cuento de un mago,
de un mago bonachón y despistado,
que en ocas trasformaba a las princesas,
que en sus despistes creaba
un bosque encantado.
Y también me hablaste de una poeta
de nombre difícil, de nombre cerrado,
con versos heridos,
de esos que hieren
sin hacerte daño.
Y de un amor uruguayo,
de pluma bella y de ojos claros,
de cuento corto y de alma larga,
un amigo que te habla callado.
El mar y el viento escuchaban,
entre envidias y celos,
el cuento que me contabas
tu voz suave, cálida, entonada,
acariciaba mis oídos,
también acariciaba mi alma.
De cuando en cuando,
tímida, para no acostumbrarse a nada,
una caricia suave
se te escapaba,
y una risa, que enamoraba al viento
en el viento viajaba
para que el mar la escuchara
y sus olas se callarán.
Y el tiempo ya no fue tiempo,
fue eternidad concentrada,
un día fue sólo un momento,
un momento preñado de magia,
tus ojos buscaban mis ojos,
mis ojos los esquivaban,
que no quería perderme,
en el pozo de tu mirada.
Y desperté del sueño en un beso
esculpido por tus labios.
Abrí los ojos y estabas tú:
Mujer singular donde las haya:
tallada en dolor y vida,
en vida y dolor tallada.
Y te fuiste,
también el sol
y volvió la niebla.
Era una noche de niebla espesa,
niebla que atravesaba el alma,
que lo invadía todo.
... para seguir soñando.
8 comentarios:
Además de sueños muy bellos, tienes suerte: es estupendo que te cuente un cuento. Y parece claro que es una mujer muy singular. Imagino que no es fácil serlo. (Bueno, tampoco resulta fácil ser una matriz singular :)
Cuánta ternura. Cuánta.
Reconozco...
que todos los sueños engendran sombras,
que soy náufrago en este mar desierto,
que recorro las calles sin buscarte,
que soy río lejano,
lodazal en donde no me identifico.
Y entre tú y yo, agua, lluvia liviana,
una bendición de primavera,
vida que transcurre sin medida ni tiempo.
Reconozco...
que todo paraíso es un sueño perdido
cargado de misterios y nombres extraños.
Reconozco…
el nombre ajeno que imagina en demasía y pierde sueños,
que a veces nos obligamos a recordar naufragios
que son más dolorosos cuando no hay posibilidad de exilios.
Reconozco… -y reconoce-
rimas internas de amplias sonrisas,
que si el mar es conocido nunca será extraño.
Reconozco y recojo
el guiño amigo
Reconozco y te entrego
el beso cómplice.
Si mi querida Indah, tengo mucha suerte, como puedes comprobar por ti misma, mi soledad está rodeada de mujeres singulares,que saben volar y correr con los lobos, inteligentes, un poco salvajes y, consiguientemente, algo peligrosas; aunque no gozen del número mágico de la belleza comercial:60-90-60 y sus cuerpos no estén moldeados por Coorporacion Dermoestética, su hermosura no tiene parangón
Reconozco que me ha sorprendido este poema; ahora tendrás que reconocer tu capacidad de sorprenderme.
Necesito digerirlo, singular amiga
Y tambien
Reconozco y recojo
el guiño amigo
Y
Reconozco y te entrego
el beso cómplice.
Pues curiosamente se lee cuando se pincha en mensajes, pero sino, pues no, así que repito :)
Tienes toda la razón, Joshua :)
Ah, Mar, qué gran poema el tuyo.
Por cierto, hace unos días escuché uno de Juana Castro, ganadora del Jaén de poesía 2005, con un hermoso poemario que se llama "Cuerpos oscuros" (todo su tema es la "desmemoria"). A ver si puedo transcribirlo. Si puedo, lo pondré en mi libretilla. Me ha impresionando tanto, tanto. Qué magnífica poeta.
Pues curiosamente se lee cuando se pincha en mensajes, pero sino, pues no, así que repito :)
Tienes toda la razón, Joshua :)
Ah, Mar, qué gran poema el tuyo.
Por cierto, hace unos días escuché uno de Juana Castro, ganadora del Jaén de poesía 2005, con un hermoso poemario que se llama "Cuerpos oscuros" (todo su tema es la "desmemoria"). A ver si puedo transcribirlo. Si puedo, lo pondré en mi libretilla. Me ha impresionando tanto, tanto. Qué magnífica poeta.
Y sigo sin verla, no sé qué pasa :)
13 febrero, 2006 20:43
Hola Indah, yo te veo doble pero ¡eh! no pienses mal que no he desayunado con orujo... jajajajaaa
Buscaré los poemas de Juana Castro, pero me encantará leerlo en tu libretilla.
Besos y gracias, guajina.
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