a merced de las menos importantes".
Johann Wolfgang von Goethe
¿Qué haría si me quedara solamente una hora de vida?
¿Cómo sería esa hora, la más larga o las más corta de mi vida?
¿Me queda todavía una hora de vida?
En mi corazón llevo escrita una máxima, que por desgracia, incumplo más de lo que quisiera: "Vive como si fuera el último minuto de tu vida pero como si fueras a vivir eternamente".
Me viene a la cabeza una historia, que seguro estará por internet y que recopile hace ya algunos años
Un experto asesor de empresas en Gestión del Tiempo quiso sorprender a los asistentes a su conferencia.
Sacó de debajo del escritorio un frasco grande de boca ancha. Lo colocó sobre la mesa, junto a una bandeja con piedras del tamaño de un puño y preguntó:
¿Cuantas piedras piensan que caben en el frasco?
Después de que los asistentes hicieran sus conjeturas, empezó a meter piedras hasta que llenó el frasco. Luego preguntó:
¿Está lleno?
Todo el mundo lo miró y asintió. Entonces sacó de debajo de la mesa un cubo con gravilla. Metió parte de la gravilla en el frasco y lo agitó. Las piedrecillas penetraron por los espacios que dejaban las piedras grandes. El experto sonrió con ironía y repitió:
¿Está lleno?
Esta vez los oyentes dudaron:
Tal vez no.
¡Bien!
Y puso en la mesa un cubo con arena que comenzó a volcar en el frasco. La arena se filtraba en los pequeños recovecos que dejaban las piedras y la grava.
¿Está lleno? preguntó de nuevo.
¡No!, exclamaron los asistentes.
Bien, dijo, y cogió una jarra de agua de un litro que comenzó a verter en el frasco. El frasco aún no rebosaba.
Bueno, ¿qué hemos demostrado?, preguntó.
Un alumno respondió:
Que no importa lo llena que esté tu agenda, si lo intentas, siempre puedes hacer que quepan más cosas.
¡No!, concluyó el experto: lo que esta lección nos enseña es que si no colocas las piedras grandes primero, nunca podrás colocarlas después. ¿Cuales son las grandes piedras en tu vida? Tu salud, tu familia, tus amigos .... Recuerda, ponlas primero. El resto ya encontrará su lugar.
Sacó de debajo del escritorio un frasco grande de boca ancha. Lo colocó sobre la mesa, junto a una bandeja con piedras del tamaño de un puño y preguntó:
¿Cuantas piedras piensan que caben en el frasco?
Después de que los asistentes hicieran sus conjeturas, empezó a meter piedras hasta que llenó el frasco. Luego preguntó:
¿Está lleno?
Todo el mundo lo miró y asintió. Entonces sacó de debajo de la mesa un cubo con gravilla. Metió parte de la gravilla en el frasco y lo agitó. Las piedrecillas penetraron por los espacios que dejaban las piedras grandes. El experto sonrió con ironía y repitió:
¿Está lleno?
Esta vez los oyentes dudaron:
Tal vez no.
¡Bien!
Y puso en la mesa un cubo con arena que comenzó a volcar en el frasco. La arena se filtraba en los pequeños recovecos que dejaban las piedras y la grava.
¿Está lleno? preguntó de nuevo.
¡No!, exclamaron los asistentes.
Bien, dijo, y cogió una jarra de agua de un litro que comenzó a verter en el frasco. El frasco aún no rebosaba.
Bueno, ¿qué hemos demostrado?, preguntó.
Un alumno respondió:
Que no importa lo llena que esté tu agenda, si lo intentas, siempre puedes hacer que quepan más cosas.
¡No!, concluyó el experto: lo que esta lección nos enseña es que si no colocas las piedras grandes primero, nunca podrás colocarlas después. ¿Cuales son las grandes piedras en tu vida? Tu salud, tu familia, tus amigos .... Recuerda, ponlas primero. El resto ya encontrará su lugar.
¿Cuales son las grandes piedras de mi vida? ...
¿Y de la tuya...?
2 comentarios:
Desde hace un tiempo vivo de las cosas esenciales, en mi frasquito tambièn estoy yo, cuidàndome como cuido a 3 personas que son las mas queridas, las que amo, las que son indispensables, las que me hacen sentir que sin ellas, la vida no merecerìa la pena.
Desde hace un tiempo tambièn se que no hay otra forma que vivir que degustando el instante, no ya el dìa, la pequeñez, que en cualquier momento cabe en cualquier resquicio el instante fatal e irremediable.
Bello, Alto Mago.
Ya sabes que vengo.
Bicos y ternura.
Hola Joshua,
Alguien dijo que no hay que confundir lo urgente con lo importante. Las prisas pueden hacer que llenemos de piedras pequeñas la vida e imposibilitar que podamos asentarnos en los cimientos firmes que son las grandes.
Un abrazo
Publicar un comentario