Me gusta esperar,
que el alba anuncie el nuevo día,
que la primavera vista de gala
los desnudos del invierno,
que el fruto alcance su dulzor en el árbol,
que los niños crezcan sin prisa,
y que las pasiones se transformen en ternuras.
Me gusta esperar que los sueños se cumplan
aunque la realidad los deforme.
Me gusta esperar sin esperar nada.
Quién tiene que llegar llega,
quién tiene que pasar de largo pasa.
En mi soledad acompañada bailan muy juntos la libertad y los afectos.