jueves, 30 de junio de 2011

Recuerda...


"Recuerda...
Que siempre existen tres enfoques en cada historia: mi verdad, tu verdad y la Verdad.
Que toma mucho tiempo llegar a ser la persona que deseas ser.
Que es más fácil reaccionar que pensar.
Que podemos hacer mucho más cosas de las que creemos poder hacer.
Que no importan nuestras circunstancias, lo importante es cómo interpretamos nuestras circunstancias.
Que no podemos forzar a una persona a amarnos, únicamente podemos ser alguien que ama. El resto depende de los otros.
Que requiere años desarrollar la confianza y un segundo destruirla.
Que dos personas pueden observar la misma cosa, y ver algo totalmente diferente.
Que las personas honestas tienen más éxito con el paso del tiempo.
Que podemos escribir o hablar de nuestros sentimientos, para aliviar mucho dolor.
Que no importa cuan lejos he estado de DIOS, siempre me vuelve a recibir.
Que todos somos responsables de nuestros actos.
Que existen personas que me quieren mucho, pero no saben expresarlo.
Que puedo hacer todo o nada con mi mejor amigo y siempre gozar el momento.
Que a veces las personas que menos esperamos, son las primeras en apoyarnos en los momentos más difíciles.
Que la madurez tiene que ver más con la experiencia que hemos vivido, que con los años que hemos cumplido.
Que hay dos días de la semana por los que no debemos de preocuparnos: ayer y mañana. El único momento valioso es ahora
Que aunque quiera mucho a la gente, algunas personas no me devolverán ese amor.
Que no debo competir contra lo mejor de otros, sino competir con lo mejor de mí.
Que puedo hacer algo por impulso y arrepentirme el resto de mi vida.
Que la pasión de un sentimiento desaparece rápidamente.
Que si no controlo mi actitud, mi actitud me controlará a mí.
Que nunca debo decirle a un niño que sus sueños son ridículos, ¿que pasa si me cree?
Que es más importante que me perdone a mi mismo a que otros me perdonen.
Que no importa si mi corazón está herido, el mundo sigue girando.
Que la violencia atrae más violencia. Que decir una verdad a medias es peor que una mentira.
Que las personas que critican a los otros, también me criticarán cuando tengan la oportunidad.
Que es difícil ser positivo cuando estoy cansado.
Que hay mucha diferencia entre la perfección y la excelencia.
Que los políticos hablan igual en todos los idiomas.
Que es mucho mejor expresar mis sentimientos, que guardarlos dentro de mí.
Que al final de la vida me doy cuenta que las únicas cosas que valieron la pena son: Dios, mi familia, un grupo muy selecto de amigos y unas experiencias que me dieron crecimiento personal. Para ser exitosos no tenemos que hacer cosas extraordinarias. Hagamos cosas ordinarias, extraordinariamente bien.
Si alguna vez no te dan una sonrisa esperada, se generoso y da la tuya, porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa como aquel que no sabe sonreír."

sábado, 25 de junio de 2011

El gozo está detrás de cada puerta



El gozo está detrás de cada puerta, de cada paso, de cada encuentro, a pesar del cansancio, a pesar del cuerpo que se tensa para evitarlo. El gozo es visión, más acá, un poco retraída, un poco desde cierta distancia y, no obstante, adentro, en el mismo centro. El gozo es estar en mí estando en todos. Veo lo que son, veo más allá de ellos, veo lo que somos, dentro de ellos, nos veo y es tan simple, todo es tan simple que el gozo se confunde con la risa.

Chantal Maillard. "Filosofía de los días críticos"

lunes, 20 de junio de 2011

martes, 7 de junio de 2011

Me basta así



Si yo fuese Dios
y tuviese el secreto,
haría un ser exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreír,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
—de esto sí estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso—;
                                entonces,
si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando —luego— callas...
(Escucho tu silencio.
                     Oigo
constelaciones: existes.
                        Creo en ti.
                                    Eres.
                                          Me basta).

Ángel González

sábado, 4 de junio de 2011

Las patatas


Son muchos los indicadores económicos que ponen de manifiesto el empobrecimiento general de los españoles. Lo peor en esta ocasión no es que se vendan menos pisos, que haya decrecido la compra de coches o que sea más fácil encontrar mesa para cenar en el restaurante. Mucho más grave que todo eso es que según los sondeos del mercado se haya disparado el consumo de patatas, un producto cuya demanda suele decrecer de manera sensible en momentos de prosperidad. Hay muchas maneras de averiguar la marcha real del país, pero el dato de las patatas parece incontestable, más aun que el del precio del pollo, que era hasta ahora la referencia más socorrida para conocer con cierto rigor estadístico la salud de las cuentas familiares. Pero hay otras señales alarmantes, entre ellas la sobrecogedora evidencia de que en los comedores benéficos se sientan a la mesa personas cuya presencia allí era impensable hace solo unos meses. Y si uno se fija bien hasta descubrirá la sombra obvia del empobrecimiento en el número de personas que se deshacen de su perro porque necesitan para que coman los suyos el dinero que les costaba a diario la dieta del animal. Si preguntásemos a los empleados del servicio de limpieza tal vez detectaríamos otra inequívoca señal del creciente empobrecimiento en la calidad de las basuras domésticas. De las calles han ido desapareciendo los perros que husmeaban en los desperdicios, y si prestásemos atención, nos daríamos cuenta de que por falta de contenido orgánico en las basuras, tenemos ya vagando sin aliento por nuestras ciudades a muchos de los gatos más delgados de Europa. Según los expertos tendremos crisis para cuatro o cinco años, lo que significa que incluso cabe la posibilidad de que las patatas se conviertan en artículo de lujo y los españoles más necesitados se vean obligados a improvisar una dieta de emergencia, con severas restricciones acordes con cualquier hecatombe ecológica o propias de inquietantes tiempos de postguerra. Yo miro alrededor y me preocupa que cada día eche el cierre algún negocio, que las basuras ya no tengan huesos ni espinas y que los perros miren con recelo a sus amos, quien sabe si temerosos de dejar de ser un fiel amigo de antes para convertirse en una receta de cocina que sus invitados degusten en una cena a media luz, condimentado el pobre can si fuese conejo a la cazadora. ¿Saldremos de esta? Desde luego que si, claro que saldremos. Los ciclos de la economía suelen hacer mejor las cosas que los políticos que interfieren en ellos. Superaremos el mal momento, bajará otra vez el consumo de patatas y nuestros gatos ganarán peso. Y llegado ese momento habremos aprendido que el empobrecimiento de estos años nos sirvió al menos para darnos cuenta de que el ser humano da lo mejor de si mismo cuando tiene los sueños de sus dioses sin perder de vista la dieta de su perro.


José Luis Alvite.

jueves, 2 de junio de 2011

Alas


No,
no le cortaré al pájaro sus alas
sólo por miedo a que, en su vuelo,
sufra un golpe de viento
y caiga…


No,
tampoco quiero observarlo
allá, volando en la lejanía
atravesando nubes de algodón
mientras, muerta de envidia,
desde el suelo sueño con cazarlo…


No,
alzaré yo también mi vuelo,
a su lado, sólo a su lado
sentiré el viento
nuestros rostros golpeando,
abriré mis alas,
seguiré al poderoso halcón
más allá de las llamas
que crea el propio Sol
al esconderse.


Volaré a su lado,
pese a tu imponente planta,
pese a no ser, como tú, un gran pájaro,
volaré,estaré pendiente
de que no caigas,
amaré a tu lado..


Sentiré la pasión
de encontrar un camino sólo de los dos…
Porque halcón mío, amar,
como volar,
no es mirarse el uno al otro..
es mirar juntos en la misma dirección.


Kiram

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