viernes, 31 de agosto de 2007

Gente

A mis amigos, en general,
y hoy especialmente a Wendy y a Carz.
Por tener la suerte de contar con "gente así"...
¡Tan necesaria !


Hay gente que con sólo decir una palabra
enciende la ilusión y los rosales:
que con sólo sonreír entre los ojos
nos invita a viajar por otras zonas,
nos hace recorrer toda la magia.

Hay gente que con sólo dar la mano
rompe la soledad, pone la mesa,
sirve el puchero, coloca guirnaldas;
que con sólo empuñar una guitarra
hace una sinfonía de entre casa.

Hay gente que con sólo abrir la boca
llega hasta los límites del alma,
alimenta una flor, inventa sueños,
hace cantar el vino en las tinajas
y se queda después como si nada
y uno se va de novio con la vida
desterrando una muerte solitaria
pues sabe que a la vuelta de la esquina
hay gente que es así, tan necesaria.

Hamlet Lima Quintana
Poemas de "La breve palabra" Hamlet Lima Quintana
Ediciones del Valle - 1998 - Bs.As. Argentina

jueves, 30 de agosto de 2007

Plegaria


Permíteme orar,
no para obtener protección contra los peligros,
sino para afrontarlos sin temor.

Permíteme pedir,
no alivio a mi dolor,
sino el valor de superarlo.

Permíteme buscar en el campo de batalla de la vida,
no aliados,
sino propia fortaleza.

Permíteme no suplicar, temeroso, por mi salvación,
pero sí tener paciencia para conseguir mi libertad.

Concédeme que no sea un cobarde,
sentir tu misericordia en mi triunfo, solamente;
pero deja que, en mi fracaso,
encuentre el apretón de tu mano.

viernes, 17 de agosto de 2007

EL SABIO Y EL APRENDIZ


Aprendiz de sabio es quién va por la vida
con la mente abierta

Un Maestro paseaba por un bosque con su fiel discípulo cuando vio a lo lejos un sitio aparentemente pobre y decidió hacer una breve visita al lugar. Durante la caminata le comentó al aprendiz sobre la importancia de las visitas, de conocer personas y las oportunidades de aprendizaje de estas experiencias.

Llegando al lugar constató la pobreza del sitio. Los habitantes: una pareja y tres hijos, vestidos con ropas sucias y rotas, y sin calzado. El Maestro se le aproximó al señor, aparentemente el padre de familia, y le preguntó: - En este lugar no existen posibilidades de trabajo ni puntos de comercio tampoco. ¿Cómo hace usted y su familia para sobrevivir aquí?

El señor calmadamente respondió: - Amigo mío, nosotros tenemos una vaquita que nos da varios litros de leche todos los días. Una parte del producto la vendemos o lo cambiamos por otros géneros alimenticios de la ciudad vecina y con la otra parte producimos queso y cuajada para nuestro consumo. Así es como vamos sobreviviendo.

El Sabio agradeció la información, contempló el lugar por un momento, luego se despidió y se fue. En el medio del camino, volteó hacia su fiel discípulo y le ordenó:
- Busca la vaquita, llévala al precipicio de allí enfrente y empújala al barranco.

El joven espantado vio al Maestro y le cuestionó sobre el hecho de que la vaquita era el único medio de subsistencia de aquella familia. Pero como percibió el silencio absoluto del Maestro, fue a cumplir la orden. Así que empujó la vaquita por el precipicio y la vio morir. Aquella escena quedó grabada en la memoria de aquel joven durante algunos años.

Un bello día el joven resolvió abandonar todo lo que había aprendido y regresar a aquel lugar y contarle todo a la familia, pedir perdón y ayudarlos.

Así lo hizo, y a medida que se aproximaba al lugar veía todo muy bonito, con árboles floridos, todo habitado, con auto en el garaje y algunos niños jugando en el jardín.

El joven se sintió triste y desesperado imaginando que aquella humilde familia tuviese que haber vendido el terreno para sobrevivir. Aceleró el paso y llegando allá fue recibido por un señor muy simpático. El joven preguntó por la familia que vivía allí hace unos cuatro años. El señor respondió que seguían viviendo allí.

Espantado el joven entró corriendo a la casa y confirmó que era la misma familia que visitó hace algunos años con el Maestro. Elogió el lugar y le preguntó al señor (el dueño de la vaquita): -¿Cómo hizo para mejorar este lugar y cambiar de vida ?

El señor entusiasmado le respondió: -Nosotros teníamos una vaquita la cual nos daba todo lo que necesitábamos. Ella cayó por el precipicio y murió. De allí en adelante nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos. Así alcanzamos el éxito que sus ojos vislumbran ahora.

Todos nosotros tenemos una vaquita que nos proporciona alguna cosa básica
para nuestra sobrevivencia la cual es una convivencia con la rutina. Nos hace dependientes, y casi el mundo se reduce a lo que esa vaquita nos produce.

¿No crees que es hora de empujarla por el precipicio?

jueves, 16 de agosto de 2007

La última mirada


A Marian,
siempre tengo tiempo para ti.

Joshua Naraim




Me desnudo poco a poco, suavemente,
de los días, de las horas que estuviste;
me quedo con la última mirada
y guardo en los cajones de mi armario
las caricias, los besos y las lágrimas,
las sombras de ese pino que buscábamos,
las notas del nocturno desgranadas,
el tacto de tus manos en mi espalda
y la risa entrecortada de mis labios…
la luna bañándote la cara.

Me quedo con la última mirada
y cierro ya la página del libro
que a solas me leías.

Me desnudo poco a poco suavemente
de tu risa, de tu amor, de tus palabras,
de la noche en esa playa silenciosa,
de la brisa, del dolor, de la nostalgia,
y me quedo
con la última mirada.

Lola

miércoles, 15 de agosto de 2007

TRES COSAS… Y CINCO REGLAS


Se ennoblece la vida

Cultivando tres cosas:
La bondad, la sabiduría y la amistad.

Buscando tres cosas:
La verdad, la filosofía y la comprensión.

Amando tres cosas:
El valor, el servicio y la caballerosidad.

Gobernando tres cosas:
El carácter, la lengua y la conducta.

Apreciando tres cosas:
La cordialidad, el contento y la decencia.

Defendiendo tres cosas:
El honor, los amigos y los seres débiles.

Admirando tres cosas:
El talento, la dignidad y la gracia.

Excluyendo tres cosas:
La ignorancia, la ofensa y la envidia.

Combatiendo tres cosas:
La mentira, el ocio y la calumnia.

Conservando tres cosas:
La salud, el prestigio y el buen humor.


"Recuerda siempre las cinco reglas para ser feliz:

Libera tu corazón del odio,
libera tu mente de preocupaciones,
vive simplemente,
da más
y espera menos".

martes, 14 de agosto de 2007

El largo viaje entre mi mente y mi corazón (y III)

III

Y cuando dejas que tu corazón se llene de contento ante la belleza eterna del Amado
y que tu alma Le reconozca en el amanecer o en la noche,
en la cima o en el abismo,
en la angustia o en la paz...

Cuando ves la hermosura de Su rostro llenándote de amor desde todo lo que existe
y dejas que la vela de tu alma se consuma sin temor...

Cuando lo mismo te da volar por la inmensidad de los cielos o llevar contigo el fuego ardiente de todos los infiernos,
cuando caminas sin temor por entre la luz o la sombra
o cuando es igual a tu alma la gloria o la humillación...

En ese instante,
en el instante mismo en que tú ya no existes...
Comprendes el misterio profundo del sacrificio,
del darse sin preguntar.

Y tu alma libre.
aunque atada por todas las cadenas,
se entrega a la vida como el agua que cae,
sobre el barro labrado de un cántaro abierto,
a la sed de todos los que tienen sed.

Y amas el clavo que penetra las manos
y los pies sobre una cruz de madera que rompe el templo sagrado del cuerpo eterno de Dios.

Despiertas al sol que se levanta más allá de la oscura noche
de un espejismo de mármol,
de la choza de paja, de la hogaza de pan,
del oro, del bronce.

La luz que resplandece más allá de todas las entregas,
de todos los sacrificios,
de todas las guerras,
de todas las glorias,
de todos los teatros que hacen confundir el acto con el actor.

Y comprendes que el amor es el milagro mismo de la vida,
el misterio del desprendimiento,
el cáliz que se desangra,
la llama que se consume a sí misma en la oscuridad.

Que el amor es estrella que guía,
vino que rompe la copa,
crisálida que sueña sueños de eternidad.

Agua que da vida,
fuego que purifica,
viento al que se entrega plena la libertad.

Surco que se abre,
semilla que se rompe en fruto
lluvia que se ofrenda pura a la tierra bendita.

Alas del ángel que seca tus lágrimas,
sandalias del pescador que tira su red al infinito mar.

Que el amor es certeza al corazón de los que dudan,
camino a los pies de los que yerran,
luz a los que buscan en la oscuridad.

Que el amor es fuego que consume toda duda,
arco desde donde lanzas tu propio corazón.

Certeza con la que tu alma moldea los caminos infinitos de tu propia libertad,

Y es tuya la opción,
tuya la intención,
tuyo el hecho, el sueño y la palabra.
De Él son los frutos.
Del Tejedor el tejido.
De Él los resultados y de Él la comunión del Todo.

De nosotros la pasión y la espera,
el anhelo y la entrega,
el ser para dejar de ser,
pues cuando la gota se entrega al mar desaparece
y cuando el rayo regresa al sol es aniquilado.

Y allí en el no ser al que sólo se llega cuando ya has sido, trasciendes todos los límites y todas las barreras.
Mientras la crisálida de tu alma sueña los colores infinitos de sus alas y la vida vibra en ella,
abierta y plena,
profunda y única en la intensidad del Todo.

Allí dejas que tu alma fluya libre como el viento
y que la misericordia del Músico Divino toque la cuerda más sensible de tu propio corazón,
para ser música,
para ser poesía,
para morir a lo que somos y despertar juntos a la Vida...
al amanecer de la medianoche.

Crisálidas que tejen la belleza de sus alas y las queman en el ardiente fuego de Su amor infinito.

lunes, 13 de agosto de 2007

El largo viaje entre mi mente y mi corazón (II)



II

Y cuando callas y las palabras callan
y callan los sueños
y las ideas
y las estrofas repetidas de todos los himnos y discursos.

Y cuando el templo de tu corazón calla a toda voz
y el silencio mismo queda en silencio,
entonces,
el Músico Divino entona en tu ser Su propio canto,
uno que no puedes oír mientras los pájaros trinan,
mientras el mar resuena
o resuena la plegaria anhelante de tu propio corazón.

Entonces,
desde un templo que está más allá de todas las voces y de todos los silencios,
Su amor abre tu alma al amanecer del Primer Día,
caminas el Valle del Asombro y escuchas Su voz viniendo de todas partes.

Y el amor es el verbo, la tempestad y el silencio.
La entrega sin preguntas,
el perdón sin juicio,
la bondad infinita que todo abarca.

Y es la espada que atraviesa el cuerpo moribundo de Jesucristo
y vinagre a Su sed
y es perdón a los pecados de los que no saben lo que hacen.

Y es vela que se consume y vida que se entrega.

Un átomo o un sol,
una gota, un océano,
el último aliento y Soplo Eterno de la Vida.

Y es el celaje lila que envuelve todo horizonte,
el galopar eterno del caballo,
la textura hermosa de la roca que juega con el agua
y es panal y es jade,
estrella.

Es amanecer y penumbra
y es hoguera al alma del frío
y despertar a la noche.

La escultura de la tuna que abre sus sueños al vuelo de un pájaro.
Montaña que se esconde tras las nubes,
viento que acaricia el eucalipto,
sendero que baja de la cima al mar.

Horizonte abierto
búsqueda,
encuentro,
tempestad,
calma, trueno y soledad.

El silencio y la música.
Eco de la noche,
latido del corazón.
La lágrima del que sufre y la espera del que ama y la entrega del que encuentra la libertad en dar.

El amor es puerta abierta al corazón de los que buscan,
más allá de todo lo dicho,
más allá de todo lo que queda por decir.

Y es poesía y es arte y es pan y es vino
y es camino para los que rompiendo cada día sus cadenas atraviesan el velo de la mente y el corazón
y se inclinan humildes ante el misterio eterno de la vida, abierto desde siempre...de par en par.

El amor es transparente
Eterno,
humilde y glorioso.

Y está allí, en el templo bendito de tu propio corazón.


domingo, 12 de agosto de 2007

El largo viaje entre mi mente y mi corazón (I)

CRISÁLIDA
Jenniefher Weissenberg Gandhi


En el lila despertar de una crisálida que sueña compartir contigo el milagro Infinito de la Vida
y que más allá de la oscuridad que todo lo penetra llena de soles su propia noche.

En la profunda certeza de que el Amor es color a las alas de la mariposa y poesía al sueño del que espera.



I


He nacido al amanecer de medianoche,
la oscuridad penetrando cada esquina,
la gente corriendo de prisa hacia ningún lado.


Castillos de arena que las olas se llevan.
Teatros que se montan y desmontan,
actores que igual mueren, lloran o aman,
vestidos de harapos o de seda.


Luces, colores, formas, claroscuros,
marionetas que cuelgan de los sueños de otros
que sueñan soñar.


He nacido al límite del abismo
en el tierno regazo de un ángel,
entre dioses de barro y oraciones de fuego,
en el dejarse ir por tan sólo no estar.


He sentido perder la eternidad en un instante,
en la gota de miel que sacia los labios
mientras los días y las noches de nuestras vidas
pasan y se van.


En el dolor profundo de un cuerpo que teje su vida
entre la esperanza y el miedo,
entre la incertidumbre y la fe.


En el azar de uno o todos los caminos,
las puertas que se abren
y las cimas
y los abismos
y las lágrimas
y las sonrisas que se confunden
en una borrachera de libertad.


En el interior de una columna hueca
y en la noche que se adentra oscura
en todo lo que amanece.


La vida sin vida es un profundo grito callado,
un sueño sin despertar.
La eternidad de una estrofa que se repite hasta que te quedas en silencio y no encuentras sino el eco de tu propio lamento.


Letanía de un canto sacro en un templo sin puertas ni ventanas.


Un funeral,
un féretro,
el ir y venir en el vacío,
en la soledad de una noche que pintas de colores
y disfrazas de placeres para poder escapar.


Mientras la verdadera Vida es el regalo generoso de la bondad infinita de un amor que todo lo trasciende.


Y es música cuando callas
y paisaje cuando cierras los ojos
y es comunión cuando te das cuenta
que eres la vibrante nota de una sinfonía eterna y maravillosa,
que une todos los tiempos
y todas las historias
y todas las melodías en la profunda oración de tu propia alma.


Y es regalo y es prueba...
y camino abierto y estrecho.
La majestad de un océano que encierra
todos sus misterios en el dulce milagro de una gota.


La comunión profunda entre la crisálida y la mariposa,
entre las estrellas y la noche,
entre el rocío y el amanecer.


Y es transparente y eterna...
y es la plegaria sagrada de todos los corazones.
Las alas abiertas de una gaviota que se entrega al viento de la tarde y al azul del océano.


Y es el canto anhelante de las almas que buscan.


Es luz en la oscuridad y fuego en la nieve
y sonrisa en la tempestad
y esperanza en la puerta que se cierra.


Es pasión cuando se ama
y es dolor en la espera
y es paciencia en el dolor.


Y es el deseo profundo de entregar todo hasta quedarse vacío de uno y lleno de un Infinito amor.


Es caminar descalzo besando las espinas y las piedras
y cortar flores silvestres para llenar de amor todas las mesas
y es postrarse desnudo ante Su mirada y amarle sin miedo a amar
y agradecer el dolor que se convierte en manto
y nada más desear que lo que amas sea cubierto de paz, aunque tu propia paz vuele por una ventana
y una espina te haga derramar tu propia sangre,
para que la rosa blanca sea roja,
para que lo invisible sea esencial al corazón.


Es el misterio infinito de una eternidad que se teje con los hilos sagrados de la sombra y la luz.


Y es la bendición más grande
y la más hermosa prueba
y el camino sagrado que hay que recorrer tantas veces,
para regresar al hogar del cual nunca nos hemos ido.

sábado, 11 de agosto de 2007

Caminando en la cuerda floja

Tan malo como el tabaco para los pulmones
es el rencor para el alma;
una sola bocanada ya es nociva.
Elizabeth Gilbert

Hace muchísimos años, vivía en la India un hombre al que se consideraba el hombre más feliz del mundo. Muchos reyes, envidiosos, le ofrecían poder y dinero, y hasta intentaron robarlo para obtener el cofre, pero todo era en vano. Mientras más lo intentaban, más infelices eran, pues la envidia no los dejaba vivir. Así pasaban los años y el sabio era cada día más feliz. Un día llegó ante él un niño y le dijo: "Señor, al igual que tu, también quiero ser inmensamente feliz. "Por que no me enseñas... ¿qué debo hacer para conseguirlo? El sabio, al ver la sencillez y la pureza del niño, le dijo: "A ti te enseñaré el secreto para ser feliz. Ven conmigo y presta mucha atención. En realidad son dos cofres en donde guardo el secreto para ser feliz y estos son: MI MENTE Y MI CORAZÓN. El gran secreto no es otro que una serie de pasos que debes seguir a lo largo de la vida".

"El primer paso, es saber que existe la presencia de Dios en todas las cosas de la vida, y por lo tanto, debes amarlo y darle gracias por todas las cosas que tienes."

"El segundo paso, es que debes quererte a ti mismo, y todos los días al levantarte y al acostarte, debes afirmar: yo soy importante, yo valgo, soy capaz, soy inteligente, soy cariñoso, espero mucho de mí, no hay obstáculo que no pueda vencer: Este paso se llama autoestima alta."

"El tercer paso, es que debes poner en practica todo lo que dices que eres, es decir, si piensas que eres inteligente actúa inteligentemente; si piensas que eres capaz haz lo que te propones; si piensas que eres cariñoso expresa tu cariño; si piensas que no hay obstáculos que no puedas vencer, entonces proponte metas en tu vida y lucha por ellas hasta lograrlas. Este paso se llama motivación."

"El cuarto paso, es que no debes envidiar a nadie por lo que tiene o por lo que es, ellos alcanzaron su meta, logra tú las tuyas."

"El quinto paso, es que no debes albergar en tu corazón rencor hacia nadie; ese sentimiento no te deja ser feliz; deja que las leyes de Dios hagan justicia, y tú perdona y olvida."

"El sexto paso, es que no debes tomar las cosas que no te pertenecen, recuerda que de acuerdo a las leyes de la naturaleza, mañana te quitaran algo de mas valor."

"El séptimo paso, es que no debes maltratar a nadie; todos los seres del mundo tienen derecho a que se nos respete y se nos quiera."

"Y por ultimo, levántate siempre con una sonrisa en los labios, observa a tu alrededor y descubre en todas las cosas el lado bueno y bonito; piensa en lo afortunado que eres al tener todo lo que tienes; ayuda a los demás sin pensar que vas a recibir nada a cambio; mira a las personas y descubre en ellas sus cualidades y dales también a ellos el secreto para ser triunfador y que de esta manera, puedan ser felices..."

"Aplica estos pasos y veras que fácil es Ser Feliz."

miércoles, 8 de agosto de 2007

LA MAESTRA CONCHITA


"Los amigos son Ángeles que nos levantan sobre nuestros pies
cuando nuestras alas tienen problemas para recordar como volar".


Su nombre era Seño Conchita.
Mientras estuvo al frente de su clase de 5º grado, el primer día de clase lo iniciaba diciendo a los niños una mentira...

Como la mayor parte de los profesores, ella miraba a sus alumnos y les decía que a todos los quería por igual. Pero eso no era posible, porque ahí en la primera fila, desparramado sobre su asiento estaba un niño llamado: Pedrito Morales.

Seño Conchita había observado a Pedrito desde el año anterior y había notado que él no jugaba muy bien con otros niños, su ropa estaba muy descuidada y constantemente necesitaba darse un buen baño.

Pedrito comenzaba a ser un tanto desagradable. Llegó el momento en que Seño Conchita disfrutaba al marcar los trabajos de Pedrito con un lapicero rojo haciendo una gran X y colocando un cero muy llamativo en la parte superior de sus tareas.

En la escuela donde Seño Conchita enseñaba, le era requerido revisar el historial de cada niño, ella dejó el expediente de Pedrito para el final.
Cuando ella revisó su expediente, se llevó una gran sorpresa.

La Profesora de primer grado escribió: “Pedrito es un niño muy brillante con una sonrisa sin igual. Hace su trabajo de una manera limpia y tiene muy buenos modales... es un placer tenerlo cerca".

Su profesora de segundo grado escribió: “Pedrito es un excelente estudiante, se lleva muy bien con sus compañeros, pero se nota preocupado porque su madre tiene una enfermedad incurable y el ambiente en su casa debe ser muy difícil".

La profesora de tercer grado escribió: "Su madre ha muerto, ha sido muy duro para él. El trata de hacer su mejor esfuerzo, pero su padre no muestra mucho interés y el ambiente en su casa le afectará pronto si no se toman ciertas medidas".

Su profesora de cuarto grado escribió: “Pedrito se encuentra atrasado con respecto a sus compañeros y no muestra mucho interés en la escuela. No tiene muchos amigos y en ocasiones duerme en clase".

Ahora Seño Conchita se había dado cuenta del problema y estaba apenada con ella misma.
Ella comenzó a sentirse peor cuando sus alumnos les llevaron sus regalos del Día del Maestro, envueltos con preciosos moños y papel brillante, excepto Pedrito. Su regalo estaba mal envuelto con un papel amarillento que él había tomado de una bolsa de papel.

A Seño Conchita le dio pánico abrir ese regalo en medio de los otros presentes. Algunos niños comenzaron a reír cuando ella encontró un viejo brazalete y un frasco de perfume con solo un cuarto de su contenido. Ella detuvo las burlas de los niños al exclamar lo precioso que era el brazalete mientras se lo probaba y se colocaba un poco del perfume en su muñeca.

Pedrito Morales se quedó ese día al final de la clase el tiempo suficiente para decir:
“Seño Conchita, el día de hoy usted huele como solía oler mi mamá".

Después de que el niño se fue ella lloró por lo menos una hora..
Desde ese día, ella dejó de enseñarles a los niños matemática, a leer y a escribir. En lugar de eso, comenzó a educar a los niños. Seño Conchita puso atención especial en Pedrito.

Conforme comenzó a trabajar con él, su cerebro comenzó a revivir. Mientras más lo apoyaba, él respondía más rápido. Para el final del ciclo escolar, Pedrito se había convertido en uno de los niños más aplicados de la clase y a pesar de su mentira de que quería a todos sus alumnos por igual, Pedrito se convirtió en uno de los consentidos de la maestra.

Un año después, ella encontró una nota debajo de su puerta, era de Pedrito, diciéndole que ella había sido la mejor maestra que había tenido en toda su vida.

Seis años después por las mismas fechas, recibió otra nota de Pedrito, ahora escribía diciéndole que había terminado la preparatoria siendo el tercero de su clase y ella seguía siendo la mejor maestra que había tenido en toda su vida.

Cuatro años después, recibió otra carta que decía que a pesar de que en ocasiones las cosas fueron muy duras, se mantuvo en la escuela y pronto se graduaría con los más altos honores. Él le reiteró a Seño Conchita que seguía siendo la mejor maestra que había tenido en toda su vida y su favorita.

Cuatro años después recibió otra carta. En esta ocasión le explicaba que después de que concluyó su carrera, decidió viajar un poco. La carta le explicaba que ella seguía siendo la mejor maestra que había tenido y su favorita, pero ahora su nombre se había alargado un poco, la carta estaba firmada por el Doctor Pedro Fernando Morales.

La historia no termina aquí, existe una carta más que leer, Pedrito ahora decía que había conocido a una chica con la cual iba a casarse. Explicaba que su padre había muerto hacía un par de años y le preguntaba a Seño Conchita si le gustaría ocupar en su boda el lugar que usualmente es reservado para la madre del novio, por supuesto, Seño Conchita acepto y adivinen...Ella llega usando el viejo brazalete y se aseguró de usar el perfume que Pedrito recordaba que usó su madre, la última Navidad que pasaron juntos.

Se dieron un gran abrazo y el Dr. Morales le susurró al oído, "Gracias Seño Conchita por creer en mí. Muchas gracias por hacerme sentir importante y mostrarme que yo puedo hacer la diferencia".

Seño Conchita con lágrimas en los ojos, tomó aire y dijo, “Pedrito, te equivocas, tú fuiste el que me enseñó a mí que yo puedo hacer la diferencia. "No sabía cómo educar hasta que te conocí".


Alegra el corazón de alguien hoy...
Y recuerda que a donde quiera que vayas y hagas lo que hagas, tendrás la oportunidad de tocar y cambiar los sentimientos de alguien, trata de hacerlo de una forma positiva.

Emocionado y con lágrimas en los ojos. Joshua Naraim


domingo, 5 de agosto de 2007

Humanos


Escuchas historias, la historia de una separación, otra.

- Así no puedo seguir. Cada uno en su sitio.

Y escuchas otra historia. Una historia bella. Los humanos no pueden tener la felicidad. Lo decían los dioses. “Crearemos humanos, pero les esconderemos la felicidad para que nunca sean perfectos”. Un Dios dijo:


- “Hay que escondérsela debajo del mar, en lo más profundo de los océanos.Los demás dijeron que no, que habían hecho a los humanos listos y que llegarían hasta allí, inventarían submarinos y la encontrarían.”


Otro dios dijo:


- “La pondremos encima de la más alta de las montañas. No la alcanzaran.”


Los demás a coro le taparon la boca:


- “No. Se fijaran en los pájaros. Inventaran dirigibles. Harán aviones, helicópteros. Treparan a las montañas. Se harán escaladores, pilotos. La descubrirán y cuando la tengan, cuando tengan la felicidad en sus manos, dejaran de ser humanos.Hay que esconderla mejor.”


Estuvieron pensando y entonces hablo el más sabio de los dioses.


- “Se me ocurrió el mejor lugar posible. Un lugar en el que nunca miraran. Son curiosos y siempre buscan fuera. Así que la esconderemos en el interior de su corazón. Cada humano llevara la felicidad escondida dentro de su propio corazón. Jamás miraran ahí. Lo intentaran en todas partes y fracasaran porque no sabrán que la llevan con ellos. Así nunca dejaran de ser humanos, de ser curiosos, de buscar y volver a buscar. El mundo en marcha gracias a los humanos insatisfechos.”


Y los dioses aplaudieron felices. El cofre del tesoro de la felicidad seria el corazón de los hombres y las mujeres.

Un humano satisfecho es un humano muerto.


Historia recogida por César Casal y publicada en la Voz de Galicia el 1 de julio de 2007

jueves, 2 de agosto de 2007

La "pasión" de Edna


Aquella noche celebramos mi cumpleaños; mi novio, mis amigos y yo. Tras la cena, nos acercamos a uno de los PUB de moda para rematar la fiesta.
Me apetecía bailar. Mi novio algo cansado se quedo en la barra con los amigos tomando unas copas y yo, sola y alegre como unas castañuelas, me deslice a la pista y me sumergí en la música, dejándome llevar por los calientes ritmos que sonaban.
Al poco rato, estaba bailando con un tipo bien bueno: alto –debía medir un metro ochenta y ocho-, musculoso, de cabello castaño y ojos verdes y que, además, bailaba divinamente.
Estaba fascinada con aquél tipo…
Al cabo de un rato, con la excusa de refrescarnos, me invitó a una de las barras a tomarnos un trago. Yo acepté encantada. No cabía en mí y aquel hombre me embriagaba de deseo.
Le confesé que era mi cumpleaños y él, sin más, me dió un efusivo abrazo y me planto en la boca un ardiente beso que conmovió todo mi organismo, haciéndome casi perder el sentido.
Seguimos con los besos y después llegó un agasajo de película. Estábamos en la puerta de los baños cuando me dijo: “¿Qué piensas? ¿Quieres festejar tu cumpleaños ahora, sólo conmigo?" A lo que yo sin pensarlo respondí:”Claro que si”.
Salimos del PUB, sin avisar a mis amigos y dejando plantado a mi novio en la barra y nos fuimos directamente a un hotel.
Los dos ya estábamos más que encendidos y lo único que nos urgía era llegar a un lugar tranquilo para poder desfogarnos a gusto.
En verdad no recuerdo si en algún momento me dijo su nombre. Al llegar al hotel nos despojamos de la ropa casi de un tirón, e inmediatamente entramos en acción.
Así que esa noche -en verdad fue inolvidable- tuve sexo hasta hartarme; aprendí diez posiciones diferentes y experimenté más de cinco orgasmos en sólo un par de horas. ¿Lo pueden creer? Creo que él también se lo pasó de lujo, pues la verdad me preocupé por recibir placer, pero también por darlo.

Lo único que puedo decir ahora es que si esa noche le hubiera dicho: "no", hoy mi vida no estaría afectada y podría seguir haciendo planes para festejar mis próximos 48, 58 y hasta 68 años. Pero, por desgracia, mi realidad es que solo cuento con 38 años y soy una mujer destrozada física y emocionalmente.
Mi cuerpo es un costal de huesos y mi cabello, en su día tan radiante, ahora sólo es un despojo de unos cuantos mechones resecos sin vida. Ya no logro levantarme de la cama, ni siquiera para hacer mis propias necesidades. Dependo todo el tiempo de un tanque de oxígeno, no logro tragar alimentos sólidos y me alimentan, únicamente por sondas.
Mis amigos se fueron alejando poco a poco y mi familia, casi no viene a verme. "Me rechazan". No tengo pareja desde hace 8 años y jamás supe lo que es ser madre. “Nadie me acepta por temor de contagiarse”. Y ahora sé bien que mis últimos días de vida los tendré que pasar atada a esta cama y encerrada en este hospital con el mal recuerdo de que fui capaz de arruinar mi vida, yo misma.

Ten presente que, más allá de un momento de placer, por excepcional que sea, lo importante es tu vida; y si te sirve de algo, recuerda que una persona sana y llena de vida, igual que tu y llamada Edna, esta muriendo siendo joven y deseosa de vivir todo a causa del SIDA.
Pero, sobretodo, por no saber detenerme a tiempo y por pedirle y permitir a un perfecto desconocido disfrutar del acto y, además, sin protección alguna.

No entres en la larga y trágica lista de personas que mueren a causa de su irresponsabilidad.

Con dolor, pensando en Edna.

Joshua Naraim

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